Decenas de ciudades españolas acogieron una nueva jornada de movilizaciones contra el encarcelamiento del rapero Pablo Hasel, registrándose enfrentamientos entre antidisturbios y manifestantes en varios lugares, siendo Madrid, Barcelona y Lleida (ciudad natal del artista) los puntos con mayores altercados.

Según comunicaron a Sputnik desde los Mossos d»Esquadra –la policía autonómica catalana– en Cataluña se practicaron hasta el momento 29 arrestos: 10 en la provincia de Barcelona, 12 en Lleida, 5 en Girona y 2 en Tarragona.

A falta de un recuento oficial por parte de las autoridades policiales, medios locales apuntan que los altercados en Madrid dejaron al menos 15 detenidos, lo que deja un mínimo de 44 detenidos, eso sin contar posibles arrestos en otros puntos del mapa.

En Cataluña se trata de la segunda noche consecutiva de altercados después de las manifestaciones del martes, que dejaron 18 detenidos y 55 personas heridas, entre ellas una joven que perdió un ojo.

Enfrentamientos en Madrid

Los manifestantes de Madrid se concentraron en la céntrica Puerta del Sol convocados por movimientos antirrepresivos bajo el lema «Pablo Hasel, Libertad. Fuera la Justicia Franquista’.

Varios miles de personas se congregaron en la plaza para manifestar su rechazo al encarcelamiento del artista, que este martes ingresó en prisión para cumplir una condena de nueve meses por enaltecimiento del terrorismo e injurias a la Corona tras la publicación de tuits y canciones que –entre otras cosas– tildan a Juan Carlos I de «mafioso» y «criminal».

«En España no hay una auténtica libertad de expresión, todavía existe una presión muy fuerte por parte de las instituciones que es una herencia de la época franquista, sobre todo en el Poder Judicial», explica a Sputnik Raquel, una jubilada asistente a la marcha.

En un tono similar se expresa una mujer de otra generación: «Se está encarcelando por motivos políticos a artistas que expresan sus ideas a través del arte. Somos uno de los países que más encarcela por este motivo, es algo que no podemos tolerar, especialmente los jóvenes que queremos un futuro mejor», dice Luna, una estudiante de 22 años.

Otro manifestante, Manuel, de 35 años, que acude a la protesta envuelto en una bandera republicana, lamenta que «España tiene una justicia en la que sale más barato robar que insultar a la monarquía», aunque advierte que «los intentos de censura pueden salir mal y empujar a la gente a no callarse».

Esta afirmación casa con lo visto durante la protesta en Madrid, donde uno de los cánticos más coreados fue «los borbones son unos ladrones».

La manifestación se desarrolló en un tono pacífico hasta que la chispa saltó en uno de los laterales de la plaza –junto a la sede del Gobierno regional de Madrid– después de que un grupo de manifestantes intentara mover la protesta a las calles adyacentes.

El movimiento fue rápidamente frenado por agentes antidisturbios que reforzaron todos los accesos a la plaza, encapsulando a los manifestantes dentro de ella, respondiendo con cargas y golpes de porra a los grupos que intentaban salir. Al mismo tiempo, estos grupos lanzaron objetos de diversa índole a los agentes, tratando de hacerles retroceder.

Poco a poco, las cargas de los antidisturbios –que incluyeron el uso de gas pimienta– consiguieron reducir el círculo de actuación de los manifestantes, aunque algunos de ellos lograron evadirse y crearon pequeñas barricadas en calles adyacentes prendiendo fuego a contenedores de basura, lo que alargó la disolución de la protesta.

Protestas en toda Cataluña

En Barcelona, la protesta comenzó en el Paseo de Gracia en un ambiente festivo, pero los manifestantes se desplazaron rápidamente hasta la cercana Plaza Urquinaona, uno de los habituales escenarios de movilizaciones en la ciudad.

Allí comenzaron a formar barreras con contenedores ardiendo y mobiliario urbano, a la vez que agentes de los Mossos d’Esquadra trataban de dispersarlos.

Los grupos de manifestantes se dividieron por las calles del centro de la ciudad provocando pequeños incendios y arrojando todo tipo de objetos contundentes a los policías que intentaban contenerlos.

Según informó la policía catalana, algunas personas llegaron a irrumpir en un hotel del Paseo de Gracia donde rompieron varias cámaras de seguridad y otros grupos accedieron al interior de un concesionario y destrozaron varios coches.

Aunque la mayor protesta fue en Barcelona, incidentes similares se reprodujeron en las ciudades catalanas de Vic, Girona, Tarragona y Lleida donde la noche terminó con altercados, enfrentamientos con la policía y contenedores ardiendo.

Resto de España

También se produjeron numerosas y nutridas manifestaciones de protesta en diferentes ciudades del territorio español, como Zaragoza, Alicante, Guadalajara, Santiago de Compostela o Granada. Por lo general, las protestas transcurrieron de forma pacífica, aunque en esta última también se crearon barricadas con contenedores de basura en llamas.

La oleada de protestas mantiene más vivo que nunca el debate sobre los límites de la libertad de expresión en España, un asunto que ya llevó al Gobierno a anunciar su intención de despenalizar los delitos de opinión en el ámbito artístico.

De hecho, las protestas fueron saludadas por Unidas Podemos, la formación de izquierdas que se integra en minoría dentro del Gobierno español, a la sombra de los socialdemócratas del PSOE que encabeza el presidente Pedro Sánchez.

«Todo mi apoyo a los jóvenes antifascistas que están pidiendo justicia y libertad de expresión en las calles. Ayer en Barcelona, hoy en la Puerta del Sol», escribió en Twitter el portavoz parlamentario de Unidas Podemos, Pablo Echenique, cuya formación aboga por conceder un indulto al rapero.

Está previsto que las manifestaciones sigan teniendo réplicas en los próximos días. Por ejemplo, para este jueves hay convocadas concentraciones en el País Vasco y en Lleida, donde los manifestantes se reunirán frente a los juzgados de la ciudad en solidaridad con los detenidos.

(sputniknews.com)