Aunque en el documento constitutivo de la Organización de Estados Americanos (OEA) se establece que el ente, fundado en 1948 debe enfocarse en «la toma de decisiones, el diálogo multilateral y la integración de América», lo cierto es que a lo largo de su existencia el organismo ha actuado muy alejado de esas premisas.

Por ello, en su programa Desde Donde Sea, el filósofo, comunicador y analista político Miguel Ángel Pérez Pirela precisó que «cada vez que se ha pedido una moción de esta institución, el organismo ha decepcionado a la mayoría de sus miembros. Parece, en todo caso, un organismo decidido a colocar todos los Estados americanos al servicio de uno solo«.

Los ejemplos, señaló, sobran. Así, el ente no ha hecho nada por promover «el levantamiento del bloqueo impuesto a Cuba por los Estados Unidos» y «tampoco pudo revertir los hechos y reinstaurar el orden constitucional en Honduras durante el golpe de Estado a Manuel Zelaya»; antes bien, «facilitó la imposición de administraciones y fraudes electorales consecutivos, que dejan un saldo de desidia y asesinato de líderes sociales y periodistas en la región».

En data reciente, refirió, la OEA ofreció declaraciones injerencistas relativas a Bolivia que motivaron respuestas regionales de rechazo, como por ejemplo, el Parlamento Andino.

De acuerdo con lo expuesto por Pérez Pirela, el organismo regional criticó las declaraciones de la OEA sobre el país andino, al señalar que «sientan un peligroso precedente para una organización creada con el propósito de buscar consenso, fomentar el diálogo interamericano y la solución pacífica de controversias en el continente».

Además, el Parlamento Andino cuestionó los «excesos e intromisiones» de su secretario general, Luis Almagro, quien propuso, entre otras cosas, «crear una comisión internacional para investigar supuestas denuncias de corrupción y para reformar el sistema jurídico boliviano».

Desde el punto de vista del también Director de LaIguana.TV, «la OEA no solamente se permite dar un golpe de Estado en Bolivia, sino cuando la descubren, dice: ‘es hora de cambiar el sistema judicial boliviano'», lo que constituye una clara injerencia en los asuntos internos de Bolivia.

El Parlamento Andino indicó, asimismo, que la OEA debería «concentrar todos los esfuerzos en contribuir a una salida institucional de la crisis, con el debido respeto de las instituciones nacionales y entregar todas las garantías necesarias para fomentar el diálogo político», razón por la cual demandó a los Estados miembros «pronunciarse y rechazar las directrices emanadas de su secretaría que ponen en riesgo la mismísima existencia de Estados independientes».

Por otra parte, el comunicador comentó que los presidentes Andrés Manuel López Obrador (México) y Luis Arce (Bolivia) llamaron a botón a la OEA, al destacar «la importancia de promover el carácter exclusivamente técnico, objetivo e imparcial de las misiones de observación electoral» de este ente.

Desde su punto de vista, este exhorto es importante puesto que «donde llega la OEA para fungir como observador electoral, hay golpe de Estado» y, efectivamente «se ha convertido (…) en una amenaza para las democracias de la región.

México y La Paz también concordaron en recordar que «dichas misiones deben ceñirse a los principios de no intervención, el respeto a la autodeterminación, el diálogo, la negociación, la búsqueda de consensos y la solución pacífica de controversias, considerando prioritaria la construcción de un multilateralismo que favorezca en el bienestar de las personas y la dignidad de los pueblos» y enfatizaron que «la Secretaría General de la OEA debe limitarse a actuar dentro de su propio marco institucional».

Individualmente, México demandó a la OEA «respetar la voluntad del pueblo boliviano y la democracia», pero «ambos países» coincidieron en que no tolerarían «injerencias en asuntos internos de otros países».

Para concluir este punto, el analista puntualizó que estos Estados «sí reconocen el proceso de investigación que lleva adelante el Grupo Interdisciplinario de Expertos en Bolivia sobre las masacres perpetradas por los golpistas bolivianos apoyados por Almagro entre el 1 de septiembre y el 31 de diciembre de 2019 en las regiones de Senkata y Sacaba, entre otras represiones violentas».

(LaIguana.TV)