La división dentro del progresismo latinoamericano favorece a las fuerzas conservadoras, dijo en entrevista exclusiva con Sputnik el expresidente uruguayo José ‘Pepe’ Mujica (2010-2015), para quien este ha sido un problema «histórico» de la izquierda, que tiende a dividirse por ideas y «las derechas se juntan por intereses».

-¿Cuáles son sus reflexiones ante los resultados que se dieron en Ecuador y Perú?

En realidad pienso que el resultado de Ecuador es demostrativo de la dificultad que enfrentan en general las fuerzas progresistas cuando son incapaces de ser amplias y de tratar de incluir a todos porque es evidente que esa contradicción del movimiento Pachakuti que se puede definir como un indigenismo progresista, no pudo encajar en las cosas que llevaron al candidato progresista, fueron incapaces de lograr una comunión y como tal, una vez más, la falta de unidad de la izquierda posibilita un triunfo de la derecha.

-¿Cree que el voto nulo que promovieron algunos dirigentes indígenas fue lo que influyó en que Arauz perdiera las elecciones?

-Para mí es importante. No es el voto nulo, no solo eso, es la incapacidad de haber hecho un frente común. Eso es una limitante se ve a la distancia. Es un problema histórico, porque las izquierdas tienden a dividirse por ideas y las derechas se juntan por intereses entonces naturalmente es una lección de la historia que se repite. Hitler llegó al poder porque gastaron mucho más en sus luchas socialistas y comunistas internamente, lo propio pasó con Franco y ha pasado mil veces en la historia en el mundo. Es una ley que se repite. Parce que no la podemos aprender.

-¿Considera que la figura de Correa pudo tener alguna incidencia en la campaña de Arauz?

-No, no sé. No puedo llegar, estoy muy lejos. Yo me lamento de que en todo caso contradicciones que existieran en el tiempo de Correa se han mantenido en el tiempo y es lamentable por el pueblo ecuatoriano. Tampoco me niego a hacer un juicio definitivo de este señor que ganó las elecciones porque si bien es un conservador más o menos liberal, es la tercera vez que intenta llegar al Gobierno, algo habrá aprendido en el camino y esperemos que asuma el Gobierno y después lo juzgamos.

-Cuando Usted decía que se mantenían ciertas contradicciones que habían estado en el Gobierno de Correa, ¿a qué hace referencia?

-A las contradicciones con el movimiento Pachakuti.

-¿Qué futuro tiene el correísmo tras el fracaso de Arauz y considerando que Correa tiene varios juicios en su contra?

-No, no puedo juzgarlo a eso. De todas maneras, es una figura fuerte, que tiene incidencia y que es un dato de la realidad. Va a incidir de una forma u otra en Ecuador, pero apuesto que vaya surgiendo gente nueva y movimientos nuevos y espero que aprendan la lección de no haber apostado a la unidad de la izquierda. Esto se los voy a decir a todos en América Latina, a veces por diferencias programáticas, por visiones, se le abre la puerta a las fuerzas más conservadores.

-¿Lo que pasó en Ecuador puede considerarse un golpe para el progresismo?

-Yo creo que afecta. Creo que hubiera sido un aliciente progresista que se hubiera tenido otro resultado, hizo un traspié, espero que con el tiempo se supere y se aprenda. Pero así es esto.

-Por el momento, Pedro Castillo, el candidato de izquierda, lidera la votación en Perú y va a pasar con toda seguridad a la segunda vuelta. ¿Qué reflexión le merece la muy probable presencia de un candidato izquierdista, aunque hasta el momento poco conocido, en la segunda vuelta de las presidenciales en Perú?

Es interesante. Por lo menos parece que se está dibujando una fuerza. Me tiene sorprendido la atomización que hay en Perú. De todas maneras, me parece que la política debería estar, con esos resultados, a la orden del día. Logró 16% de los votos. Bueno, realmente hay mucho que sumar y como tal, tal vez tener en cuenta lo que acaba de pasar en Ecuador. ¿La fuerza medianamente progresista y un poco de centro no podrán conformar un algo? Esa es la gran interrogante.

-Según los resultados disponibles hasta el momento en Perú, no es de descartar que Castillo se enfrente en la segunda vuelta a Keiko Fujimori o Rafael López Aliaga, ambos situados entre la derecha y la extrema derecha. ¿Qué estará en juego en este caso para Perú y el progresismo en América Latina?

-Creo que lo más importante es la suerte del pueblo más humilde, hay una deuda social enorme. Quien gane el gobierno debería de acordarse de que cierto aumento de las exportaciones que ha tenido Perú, particularmente el desarrollo de la minería, hay que reconocer que hay una deuda social. Lima es una cosa que lastima. Es una ciudad gigantesca, con un muro que separa los barrios ricos de los pobres y pienso que sería bueno que un Gobierno progresista ayudara a mitigar esas diferencias sociales tan fuertes que hay en Perú.

-Cambiando de tema, hace unos días el presidente Alberto Fernández denunció que volvía a comenzar la persecución política contra Lula en Brasil. ¿Qué piensa sobre esto?

Pienso que parte de las mismas fuerzas que atacaron a Dilma van a seguir conspirando y moviéndose, no se van a resignar que la figura de Lula pueda llevar un cambio de rumbo político a Brasil. ¿Qué éxito puede tener? No lo puedo juzgar. Pero seguramente que no se van a quedar de brazos político.

(Sputnik)