La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, expresó su preocupación por la situación democrática en El Salvador, tras la destitución de varios magistrados y el fiscal general en la sesión inaugural de la legislatura 2021-2024, dominada por el oficialismo.

«Tenemos profundas preocupaciones sobre la democracia de El Salvador, a la luz del voto de la Asamblea Nacional para destituir a los jueces de la corte constitucional. Un poder judicial independiente es fundamental para una democracia sana y para una economía fuerte«, escribió Harris en su cuenta de la red social Twitter.

Harris fue encomendada por el presidente Joe Biden para atender las causas de la migración irregular en Centroamérica, región para la que ya comprometió una ayuda de 310 millones de dólares.

El pronunciamiento de Harris sobrevino tras la confirmación de que el secretario de Estado, Antony Blinken, se comunicó con el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, para expresarle la preocupación de Washington por los hechos recientes.

«La gobernabilidad democrática requiere respeto a la separación de poderes, por el bien de todos los salvadoreños», escribió el jefe de la diplomacia estadounidense tras su plática con Bukele.

La decisión de destituir a los magistrados de la corte constitucional y al fiscal general, Raúl Melara, también fue cuestionada por la subsecretaria interina de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado, Julie Chung.

«La existencia de una relación fuerte entre Estados Unidos y El Salvador dependerá de que el Gobierno de El Salvador apoye la separación de poderes y de que sostenga las normas democráticas», alertó Chung desde sus redes sociales.

El congresista demócrata Jim McGovern reconoció su desconcierto y enojo por la medida, aprobada en la sesión inaugural de la legislatura 2021-2024 en El Salvador, por considerar que se destruye la independencia judicial y el imperio de la ley.

Juan González, asistente especial del presidente Joe Biden, se limitó a comentar en sus redes sociales «así no se hace», en alusión a la decisión adoptada por la Asamblea Legislativa de El Salvador, controlada por el oficialista partido Nuevas Ideas.

El senador estadounidense Albio Sires calificó la medida como «un abuso de poder, un acto ilegal de venganza y un gran paso hacia el autoritarismo» en El Salvador, y llamó a reducir la cooperación de Washington con la Administración Bukele.

A su vez, el jefe de Estado salvadoreño replicó a las críticas iniciales que las primeras medidas de la nueva legislatura de mayoría oficialista no son de la incumbencia de la comunidad internacional.

«Nuestras puertas están más abiertas que nunca. Pero con todo respeto: Estamos limpiando nuestra casa. …y eso no es de su incumbencia», publicó Bukele al filo de la medianoche del 1 de mayo.

Diversos actores de la sociedad civil reclamaron respeto por la separación de poderes al criticar una medida que, según el oficialismo, cumple con la voluntad del pueblo expresada en las urnas el pasado 28 de febrero.

(Sputnik)