Desde principios de siglo se viene advirtiendo que “Colombia es el Israel de América Latina”, y esta opinión se va transformando en certeza al analizar los comportamientos concretos, las políticas de los dos países frente a supuestos enemigos externos y la relación bilateral de las élites gobernantes de ambos Estados.

En el décimo tercer día del paro en Colombia, coincidente con una jornada sangrienta en el Medio Oriente por los bombardeos israelíes a Gaza, el programa Desde donde sea estuvo dedicado a explorar que hay de cierto en la frase que asimila el rol de estas naciones en su respectiva región.

El conductor de este espacio de información y análisis, Miguel Ángel Pérez Pirela, dijo que las circunstancias de Colombia obligan a continuar tratando el tema, tal como se hizo la semana anterior. “La represión militar contra civiles es alarmante. En ciudades como Cali se viven noches de terror porque Duque se permitió llamar a la ofensiva militar más importante que haya conocido Colombia en los últimos años, contra el pueblo indígena, campesino y urbano. Están utilizando armas de artillería contra los manifestantes. Cómo será de grave eso que hasta un individuo como José Miguel Vivanco, de Human Rights Watch, lo denunció esto”.

Mientras tanto, sigue la agresión contra Palestina por parte de Israel y en los dos casos, la maquinaria mediática global y buena parte de la llamada comunidad internacional, guardan silencio y amparan así las actuaciones de estos dos gobiernos aliados de Estados Unidos y la Unión Europea. “Muchas veces se dice que Colombia es  el Israel de Latinoamérica. Vamos a tratar de entender que hay detrás de esa frase”, prometió el filósofo y comunicador  venezolano.

Así actúa Israel
Pérez Pirela comenzó con un reporte completo de lo ocurrido en las últimas horas ente Israel y Palestina.

El ejército israelí aumentó su presencia en la frontera con Gaza y lanzó  ataques aéreos que causaron al menos 9 palestinos muertos, entre ellos tres niños. Esto ocurrió luego de que Hamás  fijara un plazo para que Israel abandonase la Explanada de las Mezquitas y lanzó cohetes desde Gaza “como respuesta a crímenes y agresiones” que Israel comete cotidianamente, como lo es la destrucción de las viviendas de los palestinos por parte de los llamados colonos.

Husein al Sheij, ministro de Asuntos Civiles y miembro del comité central de Al Fatá (la otra de las facciones palestinas, la cual junto a Hamás gobierna las regiones donde está presente la Autoridad Nacional Palestina), dijo al respecto: «irrumpir en la mezquita de Al Aqsa es un crimen cometido por la ocupación israelí».

Entretanto, el Ministerio de Exteriores palestino ha confirmado que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas celebraría una reunión a puerta cerrada para abordar la situación, ante el aumento de las tensiones por la represión de las protestas contra los desalojos previstos en el barrio de Sheij Jarrá, en Jerusalén Este.

En este sentido, ha reclamado al organismo internacional que dé protección a la población palestina y ha hecho énfasis en que «es momento de que el Consejo de Seguridad de la ONU asuma sus responsabilidades morales y legales ante los crímenes de la ocupación».

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, por su parte, dijo que «Quien nos ataque pagará un precio muy alto. Estamos en una lucha en varios frentes: Jerusalén, Gaza y otras partes del país”.

Hace seis días, colonos israelíes prendieron fuego a tierras palestinas en el distrito de Naplusa. La Liga Árabe condenó en un comunicado la actuación de las fuerzas de seguridad israelíes y, en palabras de su secretario general, Ahmed Abulgueit, consideró que «este ataque provoca los sentimientos de los musulmanes de todo el mundo y puede causar una explosión de la situación en los territorios ocupados».

La Explanada de las Mezquitas, llamada Monte del Templo por los judíos, es el tercer lugar santo del islam, y está situado justo por encima del Muro de las Lamentaciones, el lugar de plegarias más importante para los judíos.

 

Otros actores internacionales también han alertado sobre el conflicto. El portavoz del Ministerio iraní de Asuntos Exteriores, Said Jatibzade, dijo que «este crimen de guerra demostró una vez más al mundo entero la naturaleza criminal del régimen ilegítimo sionista y la necesidad de una acción internacional urgente, para detener la violación de los principios más fundamentales del derecho internacional humanitario».

Rusia también condenó la escalada de la violencia y llamó a abstenerse de cualquier medida que pueda contribuir a agravar la situación.

Pero lo más destacado en el escenario internacional es el silencio que predomina. “Se habla mucho de algunos países, mientras suceden atrocidades en Israel y Colombia con un silencio sepulcral”, resumió Pérez Pirela.

Así actúa Colombia
Pasó entonces a informar y analizar lo que está ocurriendo en Colombia cuando se cumplen trece días de paro nacional.

La situación más grave se presenta en el departamento del Valle del Cauca, que fue cerrado hasta el sábado por la situación de violencia en Cali.

Grupos paramilitares atacaron a la gran movilización indígena conocida como la Minga. Luego, en los medios colombianos, como la revista Semana, lo presentan como enfrentamientos. Clara Luz Roldán, gobernadora del Valle del Cauca, explicó su decisión por la existencia de la alerta roja hospitalaria, la aceleración de los contagios del coronavirus y la crítica situación del orden público.

El presidente de Colombia, Iván Duque, realizó el sábado una visita relámpago a Cali luego de ordenar “el mayor despliegue de fuerza pública en el territorio”, una auténtica orden de guerra. Ofreció patrullaje y cercanía a la ciudadanía para darle confianza, restricciones a la movilidad y ley seca, pero el domingo, sicarios en complicidad con la policía dispararon con armas de fuego a jóvenes representantes de los pueblos indígenas.

Se viralizaron videos que evidenciaban ataques de civiles armados, resguardados por la policía, contra indígenas. Para los dirigentes de los pueblos originarios es una muestra de la connivencia entre el gobierno nacional y el paramilitarismo.

El senador Iván Cepeda resaltó el uso del argumento racista para descalificar la presencia de indígenas en Cali, con la finalidad de generar pánico en la población al acusarlos con videos y noticias falsas de estar allí para causar daños, cuando ya tienen siete días en la zona. “La violencia no se generó por la venida de la Minga. Estaba en un nivel muy alto desde el primer día del paro”, expresó Cepeda.

La representante de la Alta Comisionada de la ONU en Colombia, Juliet de Rivero, expresó rechazo y grave preocupación por los ataques sufridos por la Minga indígena.

En este contexto de racismo, el exalcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa, dijo que los indígenas deberían estar agradecidos porque tienen beneficios gracias a los impuestos pagados en las ciudades. “Algunos indígenas del Cauca olvidan que las carreteras, colegios, acueductos, centros de salud, electrificación y subsidios de viviendas se hacen con impuestos pagados en Bogotá, Medellín, Cali y otras ciudades. Nuestra democracia funciona”.

Las redes se incendiaron. “¿De qué carreteras, colegios, acueductos, centros de salud, electrificación y viviendas habla este tecnócrata de pacotilla? Se nota que nunca ha ido a las comunidades donde se carece de todo eso, que es donde viven los indígenas. Es precisamente por la falta de todo eso que se está protestando en Colombia”, fueron algunos de los mensajes que recibió en respuesta.

Hasta el domingo, 12 días de protesta, había 46 asesinados, 548 desaparecidos, 963 detenciones arbitrarias, 12 casos de violencia sexual, 28 víctimas de heridas en los ojos, 278 agresiones de la policía,  1 mil 876 hechos violentos,  según la ONG Temblores.

Desde Bucaramanga salió una manifestación desde la Universidad Industrial de Santander. En Bogotá y Cundinamarca siguen algunos bloqueos y manifestaciones en algunos puntos del Transmilenio.

“Lo que está pasando es peligroso no solo para Colombia. Puede incendiar toda Latinoamérica, pues es un país con innumerables grupos armados (narcotraficantes, paramilitares, guerrilleros,  delincuentes comunes) con todas las bases gringas llenas de marines, una cultura de la guerra cotidiana de al menos 70 años, un país al borde una violencia que puede tornarse incontrolable. Además, hay muchas drogas circulando por las calles, mezcladas con armas: una bomba atómica que parece a punto de estallar, y Venezuela, como vecina, no está exenta de pagar una vez más por los desmanes de la violencia en Colombia”, puntualizó el moderador del programa.

El diálogo
Se refirió al inicio de las gestiones para el diálogo, empleando para ello materiales de agencias de noticias y del portal RT.

Esas interpretaciones periodísticas apuntan a que existe un dilema entre el Gobierno y los promotores de la protesta en Colombia en su primer encuentro. Los obstáculos comienzan desde la concepción que tiene cada uno del diálogo. Mientras el Ejecutivo se ha referido a un proceso de conversaciones, el Comité Nacional de Paro, que coordina las manifestaciones, exige un «diálogo social o negociación útil» con resultados.

Sobre los responsables de los hechos de violencia en las movilizaciones también hay divergencia. Desde las instituciones del Estado hacen énfasis en los actos vandálicos y de terrorismo en las protestas, mientras que grupos defensores de derechos humanos, organizaciones internacionales y participantes de las marchas hablan del  uso excesivo de la fuerza  y de los abusos policiales en la contención de los manifestantes.

El Comité Nacional de Paro aceptó formar parte de una reunión exploratoria el lunes y le pidió a la Casa de Nariño «respeto y garantías para el libre ejercicio de la movilización». Igualmente, solicitó para los próximos encuentros la presencia de miembros de la Organización de Naciones Unidas (ONU) y de la Conferencia Episcopal.

Lo que solicitan los organizadores del paro:

  • Retiro del proyecto de ley de reforma a la salud, que es criticado por haberse creado de manera inconsulta y por fomentar la privatización de ese sector.
  • Vacunaciónpara la población.
  • Renta básicade un salario mínimo legal vigente por seis meses para treinta millones de personas en condición de pobreza, vulnerables y afectadas por la crisis.
  • Defensa de la producción nacional(agropecuaria, industrial, artesanal, campesina) y de la soberanía y la seguridad alimentaria.
  • Subsidio a la pequeña y mediana industria.
  • Matrícula gratuitapara los estudiantes.
  • Garantizar los derechos de las mujeres y de las diversidades sexuales durante la emergencia.
  • Rechazo a las privatizacionesdel sector público.
  • Derogación deldecreto que abre paso a las aspersiones aéreas con glifosato.
  • Derogación del decreto 1174que según sus detractores precariza las condiciones laborales con el país en beneficio de los empleadores.

“La respuesta de Duque hasta ahora ha sido represión y más represión y hablar de puntos que no son negociables, como si él estuviese en condiciones de poner o quitar determinados asuntos de la agenda. Como lo dije la semana pasada, cree tener más fuerza de la que realmente tiene y cuidado si el país termina exigiendo su renuncia”, enfatizó.

Relaciones Colombia-Israel
Pasó entonces a analizar el punto medular el programa: ¿Existe una relación real entre Israel y Colombia y su plan para enfrentar el supuesto terrorismo y las disidencias?

En 2020, los ejércitos de ambos países se jactaban de su cooperación, realzando que instructores de las Fuerzas de Defensa de Israel reforzaron el entrenamiento en técnicas antiterroristas y de combate de soldados de las fuerzas especiales del Ejército de Colombia.

Según comunicado del Ejército de Colombia: “La experiencia de las fuerzas de defensa de Israel en temas estratégicos contribuye a fortalecer el entorno militar y operacional, fomentando tecnificación y profesionalización del Ejército nacional y los equipos que se utilizan para el desarrollo de las operaciones militares en nuestro país”.

Específicamente se trabaja en combate cuerpo a cuerpo con el sistema personal de lucha y defensa personal israelí, krav magá. Formación en polígono, combate urbano, asalto aéreo y operaciones antiterroristas.

La alianza también tiene expresión en los equipos militares. Los aviones caza de la Fuerza Aérea Colombiana son israelíes. De hecho,  4 mil millones de dólares (de los 6 mil 500) de la reforma tributaria era para adquirir nuevas aeronaves

Citó un reportaje de la BBC en el que se recuerda que Hugo Chávez repitió en varias ocasiones que  «la hermana Colombia se está convirtiendo en la Israel de América Latina». Lo dijo en 2008, 2009 y 2010, cuando Álvaro Uribe era el gobernante colombiano. Chávez lo sugería siempre en referencia a una relación bilateral que cada vez se afianzaba más, sobre todo en términos de intercambio de armamento e inteligencia militar.

En agosto de 2020, esa relación se hizo todavía más especial, con la firma de un Tratado de Libre Comercio de última generación, según lo calificaron en Colombia.  

«Hoy le damos vida a este tratado —dijo en su momento Duque— un tratado que les permite a las exportaciones colombianas, básicamente en un 97% de nuestros productos, llegar sin arancel a Israel; que le permite también a Israel llegar a Colombia con muchos de sus productos, pero también con mucha de su inversión, inversión estratégica, inversión focalizada”

El reportaje del portal británico termina por concluir que, según todos los indicios, tenía razón Chávez en su teoría del Israel latinoamericano.

Leyó entonces algunos pasajes del trabajo académico del autor José Luis Bernal, titulado “Colombia e Israel bajo la administración Uribe: compañeros en la guerra global contra el terrorismo”, en el que se explica cómo ambos países se acogieron a la política global impuesta por EEUU sobre este asunto.

Luego del ataque a las torres gemelas, en 2001 y de la llegada al poder de Álvaro Uribe, en 2002, Colombia se adhirió a la Guerra Global contra el Terrorismo (GWOT, por su sigla en inglés), la doctrina que abre caminos para la situación actual en la que se caracteriza al pueblo manifestante como enemigo y se le ataca, incluso con armas de guerra, como los cañones de artillería.

Antes de ese viraje, Colombia incluso fue uno de los países que se abstuvo en la votación de 1947 en la ONU que finalmente dio origen del Estado de Israel.

En 1960, ambos países establecen embajadas y relaciones económicas, pero eso no impidió que en las décadas siguientes, Colombia protestara en foros y votaciones de la ONU por muchos de los ataques y ocupaciones israelíes en territorio palestino  y abogara por la neutralidad de Latinoamérica ante el conflicto.

Juan Manuel Santos, primero como ministro de Defensa de Uribe y luego como presidente, acentuó la relación, en parte por su amistad personal con Benjamín Netanyahu. El Premio Nobel de la Paz hizo que Colombia reconociera en 2018 a Israel como Estado.

Al asumir la doctina GWOT, Colombia declaró a las guerrillas organizaciones terroristas y pasó de ver su propia guerra interna como un conflicto armado para señalarla como amenaza terrorista, tal como lo está haciendo ahora mismo. Fue entonces cuando los militares israelíes, con experiencia enfrentando a Hamás y Hezbolá, entraron de lleno a apoyar a las Fuerzas Armadas Colombianas.

Los roles en la Guerra Fría
Añadiendo más elementos al análisis, explicó que durante la Guerra Fría, varios países ejercieron roles como agentes antiimperialistas  y otros como defensores de la fe. Aunque no compartían un mismo referente ambos roles denotaron una idea de oposición y resistencia frente a un enemigo externo.

El agente antiimperialista es aquel país que percibe al imperialismo como una seria amenaza a la seguridad y que se identifica como agente que lucha contra esa amenaza. El defensor de la fe es un país que defiende un sistema de valores amenazado por un agente externo. Estos roles reflejan el contexto de la Guerra Fría y traducen una forma de dividir al mundo entre un ellos y un nosotros, distinción que se manifiesta aún hoy.

Por ejemplo en la división entre el Eje del Mal (Irán, Irak y Corea del Norte) o a Myanmar y Zimbabue como Estados parias; mientras EEUU, Reino Unido, Australia y Alemania, entre otros, se reconocen como la Coalición de la Voluntad.

A partir del 11S, esto muta con el antiterrorismo. Bush dijo que la guerra contra el terrorismo sería una iniciativa global de incierta duración y que EEUU ayudaría a los países que necesitaran enfrentar al terrorismo e impedir que establezcan nuevos asentamientos. “A partir de esta doctrina, Colombia transforma su conflicto armado interno en parte de la lucha contra el terrorismo global, y eso les permite tratar al pueblo como enemigo externo. Eso explica que se ataque a manifestantes incluso con artillería”.

Después de los sucesos de Nueva York,  el Departamento de Estado definió el terrorismo como “la violencia premeditada y políticamente motivada, perpetrada contra blancos no combatientes por grupos subnacionales o agentes clandestinos y que normalmente se hace con la intención de influir en una audiencia determinada”.

Entre los países que adoptaron este enfoque para enfrentar sus conflictos internos, Colombia e Israel sobresalen en sus respectivas regiones.

 Desde 2002 y hasta el fin de su gobierno, Uribe enmarcó su lucha contra la guerrilla en este modelo. “Solo que ahora ya no estamos hablando de guerrilla, sino de un pueblo tratado como enemigo militar”, acotó Pérez Pirela.

Esta postura no es solo discursiva, sino en las acciones de su política doméstica y exterior debe adaptarse a este rol. Colombia apoyó la invasión de EEUU a Irak en 2003, siendo el único gobierno de Suramérica, y acabando con una tradición de su política exterior de no intervenir directamente en ese tipo de conflictos.

El rol adquirido también lo llevó a adoptar una posición poco favorable, similar a la de EEUU, con respecto a la Corte Penal Internacional. Aceptó firmar un convenio con EEUU para que se requiera la aprobación de Washington el llevar a un ciudadano estadounidense ante la CPI. “Se bajaron los pantalones y EEUU se apoderó de ese país. No lo va a entregar por las buenas. Si tienen que seguir matando colombianos para mantener a sus aliados en el poder, lo harán Es una orden imperial”, advirtió el presentador de Desde donde sea.

Al asumir la doctrina antiterrorista estadounidense, cambió incluso el lenguaje del Estado colombiano. No solo se calificó como terroristas a las FARC , el ELN y otras organizaciones guerrilleras, sino que se catalogó como tal a todo aquel actor crítico de las políticas, incluyendo varias ONG de derechos humanos, que fueron acusadas de estar al servicio del terrorismo.

Los miembros del Polo Democrático Alternativo fueron llamados “terroristas vestidos de civil”. En la actualidad, ese enfoque sirve para que el gobierno colombiano trate a quienes critiquen sus políticas como enemigos de guerra.

2007 el periodista Hollman Morris fue acusado por Uribe de escudarse en su condición para ser permisivo cómplice del terrorismo. Lo mismo hizo con Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz, como defensor y vocero del terrorismo. Igualmente dijo que Hugo Chávez  y Rafael Correa eran patrocinadores del terrorismo de las FARC-EP y ELN.

“Se hace comprensible el nivel de alianza entre Colombia e Israel y el peligro que esto representa para los pueblos del Medio Oriente y la región latinoamericana. Es una especie de simpatía criminal entre ambas élites gobernantes”, señaló.

El discurso antiterrorista homogeniza los grupos armados, tiene la intención de remover el contenido social y política de la agenda de los insurgentes, debilita el principio bajo el cual estos grupos luchas en nombre de los sectores marginales y, por el contrario, presenta sus actividades como hostiles hacia esas poblaciones y hacia todo el país.

La estrategia antiterrorista de Uribe se basó en una supuesta guerra contra los grupos armados y el narcotráfico, pero en realidad era  una guerra contra el pueblo. Israel tuvo un papel de apoyo porque en los cuatro primeros años de Uribe aumentaron las compras de armas. Se hicieron alianzas para fabricar equipos bélicos, como lanzagranadas de 60 milímetros.

En el segundo gobierno, WikiLeaks  filtró información sobre la búsqueda de asesoramiento militar israelí, incluyendo contratistas mercenarias privadas, orientada a derrotar a las FARC y otras organizaciones terroristas, la evaluación de las amenazas externas, incluidos Venezuela y Ecuador y la compra de armamento.

“Estas son el mismo tipo de empresas mercenarias que luego utilizan Leopoldo López y Juan Guaidó para tratar de asesinar a políticos venezolanos. Ya cuando era alcalde de Chacao, y Uribe presidente de Colombia, López propició varias visitas de especialistas en seguridad en su jurisdicción. Con él comienza la colombianización de Venezuela, dicho en sentido negativo”, expresó.

Durante el programa se produjo de nuevo una constante interacción con la audiencia. Los usuarios radicados en Colombia informaron sobre la continuación de las protestas en varias regiones y la intensificación de la represión. Se advirtió que la alcaldesa de Bogotá, Claudia López,  ha pedido ayuda a las fuerzas militares, por lo que la capital podría vivir situaciones similares a las de Cali.

Algunos usuarios reportaron versiones de que numerosos soldados rasos se han negado a salir a las calles a reprimir, por lo que están presos en calabozos, sin alimentos.

Desde varios otros países se confirmó la tesis de que los medios de comunicación han tendido un cerco de censura alrededor del tema colombiano.

El profesor de música Manuel Barrios resumió lo que está ocurriendo en el país vecino, al afirmar que “Duque va a convertir las masacres en genocidio, por lo que vivimos un momento muy peligroso para toda la región”.

(LaIguana.TV)