La pandemia de coronavirus, que ya ha dejado más de medio millón de muertos en Brasil, es una “bomba de tiempo” que dejará graves secuelas sanitarias y sociales, dijo a la AFP el investigador en salud pública Alexandre da Silva.

Para este doctor de la Universidad de Sao Paulo (USP), el concepto de “sindemia”, una emergencia sanitaria que se potencia mutuamente con los estragos socioeconómicos que provoca.

–¿Hasta qué punto la pandemia acentúa las abismales desigualdades en Brasil?

La pandemia expuso la desigualdad de una forma cruda, inimaginable desde hacía hace mucho tiempo. (…) Cuando llega a Brasil, ya están ocurriendo otras cosas muy malas. Y entonces usamos el término sindemia. Ya había por ejemplo una crisis sanitaria, un congelamiento de las inversiones en salud pública.

Pero el problema radica sobre todo en el hecho de que los poderes públicos no hacen prácticamente nada para reducir las desigualdades socioeconómicas. El desempleo sigue aumentando y muchas personas pobres tienen que exponerse al virus para sobrevivir. El hambre sigue ganando terreno. Y la población negra es a menudo la más vulnerable.

Desafortunadamente, la pandemia es una bomba de tiempo. Si la vacunación no se acelera y no hay una mejor coordinación de las políticas de salud y de asistencia social, todavía habrá muchas muertes que podrían evitarse.

–¿Cree que hubiera sido posible evitar que Brasil llegara a medio millón de muertes por Covid-19?

-Ciertamente. Brasil ya demostró en el pasado su capacidad de vacunación masiva, pero las vacunas llegaron tarde y en pequeñas cantidades. Constantemente se cuestiona la evidencia científica, como el uso de la máscara. Y también podríamos haber evitado muchas muertes con más prevención y más atención primaria, que hubieran permitido identificar a las personas más vulnerables, con comorbilidades.

En nuestra sociedad, debilitada por la pandemia, no ha habido en ningún momento una autoridad capaz de marcar un rumbo. En cambio, el debate político está cada vez más polarizado y favorece la difusión de información falsa, es una amenaza real para el país.

–¿Qué consecuencias podemos temer a largo plazo después de la pandemia?

Este virus puede causar una serie de problemas, con secuelas neurológicas, respiratorias o musculares. Sin mencionar trastornos mentales. Esto planteará enormes desafíos de salud pública. En Brasil estamos retrocediendo. Muchos derechos conquistados empiezan a ser violados, como el simple derecho a la vida.

Según datos agregados por el Consejo Federal de Medicina (CFM) y el Consejo Federal de Enfermería (Cofen), hasta mayo pasado, casi mil 600 profesionales de salud murieron en Brasil por complicaciones de la Covid-19, refiere Xinhua.

El último Boletín Epidemiológico del Ministerio de Salud (14 de junio) apuntó que, en lo que va del año, 112 mil 997 profesionales de salud fueron diagnosticados con COVID-19. Las profesiones más afectadas han sido los técnicos y auxiliares de enfermería (29,5%), seguidos de los enfermeros (16,9%), los médicos (10,6%) y los trabajadores sanitarios de la comunidad (5,3%).

Según el recuento del Centro de Ciencia e Ingeniería de Sistemas de la Universidad Johns Hopkins a las 15:00 GMT del 20 de junio, Brasil asciende a 17 millones 883 mil 750 casos confirmados de Covid-19.

(AFP)