El ingreso de los trabajadores ha sido la principal víctima de la crisis económica nacional. En eso hay un acuerdo generalizado. Pero sobre cómo enfrentar ese grave problema hay posiciones muy opuestas, incluso dentro del ámbito revolucionario.  

En el programa Desde Donde Sea, del filósofo y comunicador Miguel Ángel Pérez Pirela, se hizo una visión panorámica de este tema tan candente, para que cada quien se forme su propia opinión. 

El programa presentó –y en buena medida puso a debatir- los puntos de vista de tres de los economistas más prominentes que han venido fijando posición sobre el tema. Por un lado, dos impulsores de la tesis de la indexación salarial, Pasqualina Curcio y Tony Boza; y por el otro, el defensor de la política que ha mantenido en vigor el Gobierno, Jesús Faría. Como un gran cable a tierra, también ofreció a la audiencia los puntos de vista de gente del pueblo, entrevistada en la calle y reportajes sobre la cotidianidad económica de la población, como la dolarización y sus peculiaridades. 

También en este tema marcó pauta el trabajo del agudo caricaturista Iván Lira. En este Iguanazo, un típico Tío Sam (hombre blanco malencarado, que lleva ropajes y sombrero de copa con los colores de la bandera de Estados Unidos), está asfixiando con la rodilla en el cuello a una mujer criolla y le pregunta: “¿Todavía respiras, Venezuela?”. La mujer tiene el puño levantado y exclama: “¡No al bloqueo!”. 

Curcio: teoría y números

El foco inicial estuvo en la posición sostenida por la economista y profesora Pasqualina Curcio, tanto en sus artículos en la prensa, como durante una entrevista concedida al espacio de LaIguana.TV Cara a cara, con el periodista Clodovaldo Hernández. Ella asegura que la propuesta de indexación salarial está siendo realizada con base en la teoría y en los números oficiales. 

Curcio explica en un artículo publicado el mismo día de emisión del programa (6 de julio) que “la indexación no es otra cosa sino lo contrapuesto a la reconversión” y dice que lo que se busca, y por eso siempre debe hablarse de la indexación de la economía y no a la indexación solo de los salarios. “Indexación es que cada vez que el imperialismo ataque nuestro bolívar y nos cambie la escala de medición del dinero, multiplicándola por un bojote de ceros a la derecha, esta nueva escala/denominación aplique para todas las mercancías incluyendo la fuerza de trabajo, así como el presupuesto público”. 

Puso al aire una parte de la referida entrevista a Curcio en la que expresa: “Nosotros, quienes estamos proponiendo la indexación salarial lo estamos haciendo desde la teoría y desde los números oficiales. Y no hablo solo de las teorías marxistas, pues con las propias teorías neoclásicas y sus contradicciones, desmontamos el discurso de la necesidad de la producción y de disminuir la cantidad de dinero. Juntamos ambas cosas (teoría y números) para llegar a un diagnóstico. Si no reconoces que la causa (de la caída del salario) es la manipulación del bolívar, si te vas por otra vía y dices que lo que hay que hacer es producir más, estás desestimando la verdadera causa del problema y, por lo tanto, las políticas no necesariamente van a dar el resultado que se espera”.  

Se pronunció por lleva a cabo “un debate de altura, respetuoso, con argumentos, con números, con teorías, con papeles sobre la mesa… No es un debate netamente académico, sino que tiene implicaciones en toda la población”. 

Pérez Pirela se mostró de acuerdo en el sentido de que al hablar de economía no sirven los elementos conservadores ni alejados de la cotidianidad de las personas. 

Muy activa en esta discusión, Curcio ha dado una explicación sobre el ataque a la moneda. “Cuando el imperialismo ataca nuestro bolívar lo que realmente está haciendo es imponer desde fuera una nueva escala de medición y expresión monetaria/denominación del dinero. Si de la noche a la mañana, como efectivamente ocurre, en los portales web aparece que hoy un bolívar equivale a un dólar y mañana es un millón de bolívares por dólar, están multiplicando por un millón la escala del valor del bolívar, no porque haya cambiado dicho valor sino por una convención premeditada y criminalmente impuesta. Tampoco cambió el valor de las mercancías, sino que éstas se expresan ahora en una escala de medición del dinero multiplicada por un millón”. 

La economista ha dado un ejemplo: “Si el kilogramo de arroz tenía un precio de 1 bolívar, de la noche a la mañana pasará a 1 millón de bolívares, pero su valor en función de las horas de trabajo contenido en el proceso social de producción no varió. Así con todas las mercancías. El detalle es que, cuando atacan al bolívar, a diferencia de la reconversión que aplica para todos los valores, en este caso, la nueva escala criminal impuesta desde el exterior no se aplica al valor de la fuerza de trabajo, ni al presupuesto público derivando en una serie de distorsiones económicas en detrimento del pueblo trabajador”. 

El sueldo no alcanza

Si los análisis de alto nivel de Curcio necesitaran una traducción en la realidad, vendría bien para ello la encuesta realizada en la calle por la periodista Mirelvis Gutiérrez en su programa En la pista, otro de los que componen la parrilla de LaIguana.TV. En ese sondeo, varios venezolanos se expresan sobre la crisis económica y el aumento de sueldo decretado por el Gobierno nacional. 

El encuestado Efraín Clavo dice que “es insuficiente, diez millones de bolívares, en la situación que tenemos ahora con respecto al dólar, es muy poco. Con esto del dólar es como un alicate que nos aprieta la garganta. Hay que buscar otras medidas para frenar el dólar criminal que tiene al pueblo de rodillas. El presidente, el Alto Gobierno, deben buscar la forma de parar a ese monstruo porque ya no aguantamos más”. 

Rosendo Camejo, quien se declara chavista de entrada, dice que el salario es “muy poquito porque la situación está muy cara”. Opina que la remuneración para jubilados y pensionados debería ser como mínimo de “cien millones mensuales para medio resolver”.  

Fernando Galán agrega: “Ocurre lo de siempre: el presidente anuncia un aumento salarial y al día siguiente aumentan todos los productos útiles para el pueblo, especialmente los alimentos. Presidente, le hago este llamado de todo corazón: aprendamos a vivir con la experiencia, como decía nuestro comandante Chávez”. 

Libia Gamboa dijo que el pueblo busca alternativas, camina mucho buscando los mejores precios, hace intercambios de su pequeña producción. En las zonas populares se impone el trueque, que es la forma de paliar este gran problema económico. 

Pérez Pirela retornó interpelando a la audiencia sobre para qué alcanza el salario mínimo venezolano y cuáles son las causas de su nivel actual. 

Sumó otra reflexión de Pasqualina Curcio en un artículo periodístico: 

“No es cualquier tema el de los salarios, es lo central. Despacharlo repitiendo dogmas monetaristas y afirmando que no hay dinero para ajustarlos cuando en Venezuela el grado de explotación/ganancia ha aumentado 270% en menos de 4 años, mientras el salario mínimo legal ni siquiera cubre el 0,65% de las necesidades materiales mínimas de la clase obrera, no solo es paradójico en un discurso en el que mencionan sin cesar la palabra socialismo, sino que refleja un preocupante desconocimiento acerca de la cada vez mayor desigualdad entre salario y ganancia en nuestro país, además de un irrespeto hacia el elevado nivel de conciencia de la clase obrera venezolana, vanguardia en las luchas antineoliberales desde 1989”. 

Faría: no engañar a la gente

El debate, como lo dijo el usuario Petrodivisas, se está dando fundamentalmente entre factores de la izquierda venezolana. Entre los que rechazan la tesis de la indexación está el economista y diputado a la Asamblea Nacional Jesús Faría, quien ha aseverado que la causa esencial que ha provocado la actual situación dramática de los salarios está relacionada con las sanciones económicas impuestas a Venezuela de parte del gobierno de los Estados Unidos. 

En mayo pasado, Faría concedió una entrevista exclusiva a Michel Caballero, periodista de LaIguana.TV, para su programa Las reglas del juego. Faría dijo entonces que “es un charlatán todo aquel que argumenta que el sueldo de los trabajadores venezolanos se puede aumentar de un día para otro a 100 dólares”. Indicó que, para tomar una medida como esta, primero los sectores económicos de nuestro país deben comenzar a producir. 

En un fragmento de la entrevista con Caballero, Faría dice que “la única manera de que aumenten los salarios en el país es que mejoren los niveles de producción, que se genere riqueza y con ello estabilidad y con ello una remuneración que se acerque a las expectativas por lo demás justas de los trabajadores. Nadie discute si se necesita o no, si es justo o no, si es un requerimiento histórico o no. En eso estamos todos de acuerdo. Aquí no cabe ningún engaño. No podemos engañar a los trabajadores, hacerles ofertas engañosas y falsificaciones terribles de que, si podemos aumentar los salarios en 100, 200 o 300 dólares, como si fuese un conejo que pudiéramos sacar de un sombrero. Para mejorar los ingresos tenemos que crearlos primero; para crearlos tenemos que producir; y para producir necesitamos inversión; y esa inversión la traeremos con la Ley Antibloqueo, al menos mientras exista bloqueo. Tenemos que proteger a los inversionistas frente a la amenaza que significan para ello las sanciones de EE.UU.”.

Con respecto al tema de la dolarización que hoy día se vive en nuestra nación, Faría señaló que esta no se va a mantener por siempre. Subrayó que una vez que se controle la inflación, el bolívar dejará de devaluarse y recuperará su papel por encima de la divisa estadounidense. 

“La dolarización es el resultado de la misma situación que estamos viviendo. Aquí se suprimió el control cambiario que se había agotado. Imaginemos que existiera control cambiario. ¿Quién hubiera traído dólares al país? Nadie”, destacó. 

En la otra parte de la entrevista de Las reglas del juego, Faría dice que “la dolarización se ha producido porque hay una situación inflacionaria muy alta, el bolívar pierde valor cada vez que aumentan los precios. La gente busca refugio en una moneda más estable. Eso no lo decretó el gobierno, sino que vino de manera inercial, espontánea y ha jugado un papel importante para atender algunas cosas. ¿Va a permanecer por siempre así? No, porque vamos a restablecer el equilibrio de la economía y la estabilidad de los precios. Cuando eso se logre, el bolívar recuperará el papel que venía jugando siempre, de instrumento para el intercambio, el ahorro y para medir el valor de las mercancías. Perdió ese rol porque la inflación se ha tragado su valor, pero nosotros vamos a derrotar la inflación. Todo este cuadro de produce en medio del bloqueo, por eso tenemos que reconocerle al pueblo su resistencia y la comprensión del problema. El pueblo entiende que si no hay unas remuneraciones de acuerdo a sus expectativas, no es por una decisión del gobierno, sino por el bloqueo criminal. Aunque algunos tratan de jugar con la necesidad de la gente”. 

Volvió entonces con Pasqualina Curcio para ahondar en el punto de la dolarización. Ella explica por qué este fenómeno ha tenido lugar en Venezuela: “Se debe a la conjunción de dos factores. De una parte, la manipulación permanente del tipo de cambio devenido a la postre en un proceso hiperinflacionario, lo que ha ocasionado que los agentes económicos opten por migrar a una moneda más fuerte para evitar los efectos de la devaluación permanente; de otro lado, la discusión sobre la cantidad de dinero que debe circular en la economía”. 

Curcio es contraria a la tesis que sostienen quienes aseguran que es necesario “reducir la cantidad de bolívares porque, además, es lo que ocasiona la inflación”, pues esa no es la causa del fenómeno y la adopción de esta política no solamente no resuelve el problema, sino que se le está “dando espacio al dólar en cuanto a las transacciones diarias”. 

Insertó otro segmento de la entrevista de Curcio en Cara a cara, sobre la importancia de revertir a la dolarización en Venezuela: 

“Uno esperaría que sí (se revierta la dolarización) porque la moneda no es un detalle, sino un símbolo de independencia y soberanía. Uno esperaría que sea transitorio. Pero ha ocurrido que los agentes económicos tratan de migrar a una moneda más fuerte porque el bolívar pierde valor a diario. Es un comportamiento y un fenómeno que los economistas llaman racional porque la gente busca no perder. Pero hay otra discusión, y es sobre la cantidad de dinero que debe circular en la economía. En 2014, de todo lo que se producía (las cantidades de lo que se produce multiplicadas por su precio) circulaba el 80%. Es decir, que si en el país se producían 100 bolívares, 80 circulaban. En 2020, según datos del BCV, de lo que se produce solo circula 20% (en bolívares). Pero esa cantidad de dinero que circula es para poder realizar los intercambios y las transacciones. Si se disminuye la cantidad de bolívares y esas transacciones tienen que realizarse, se le está dando espacio al dólar, que pasa a ocupar el espacio que debería tener el bolívar. Esa es una de las críticas que le hacemos a quienes dicen que la inflación es producto de la cantidad de bolívares que están circulando. No es así. La inflación la genera la manipulación del tipo de cambio y si se reduce la cantidad de bolívares no se resuelve el problema (porque no se ataca la causa) y se le da espacio al dólar”. 

Los problemas cotidianos de la dolarización

Pero el uso de la divisa estadounidense está lejos de ser un asunto exclusivo de las deliberaciones entre grandes economistas. En la cotidianidad de la economía doméstica de la Venezuela actual se presentan diversos fenómenos de a partir de la dolarización de facto que se ha vivido en los últimos años.  

Pérez Pirela explicó que uno de esos fenómenos es que, con la aparición de las divisas como monedas corrientes en los comercios, incluso en los más pequeños, no hay vuelto para dar en sencillo a aquellos que tienen lo justo para gastar. Así, los compradores son obligados a consumir la totalidad del monto de un billete de 20 o 100 dólares.  

Otro video de En la Pista refleja esta situación en los Valles del Tuy, zona popular cercana a Caracas. Se observan los productos con sus precios en dólares, no en bolívares. Los compradores se ven obligados a gastar el monto completo de los billetes porque no tienen vuelto. Al no ser la dolarización un aspecto legal de la economía venezolana, no hay cajeros automáticos que expendan esa moneda y los que hay para retirar bolívares, dan montos insuficientes para las compras. Pagar con un billete de 20$ correspondería a grandes fajos de dinero en bolívares que en la actualidad no se consigue en circulación en las calles. 

Un video del canal alemán DW también ofrece una visión de esta economía doméstica que se maneja de manera híbrida entre dólares y bolívares. Muestra a una pequeña comerciante que dice tener problemas porque los clientes compran con billetes de 20 dólares o de 100 y no tienen sencillo para devolverles el cambio. Una señora explica que el bolívar ha quedado para redondear las transacciones pagadas en dólares. 

Los transportistas, que son prácticamente los únicos que tienen dinero en efectivo y para lo cual aún se requiere tenerlo, cambian el dólar a una tasa de 30% menos a lo que cuesta en las páginas oficiales o no. Pérez Pirela acotó que son los mismos transportistas que tienen subvencionado el combustible en 100%. 

Un trabajo periodístico, esta vez de Euronews, aborda este punto de la dolarización en el transporte público. Dice que los autobuses son casas de cambio sobre ruedas ante la falta de efectivo. Un conductor asegura que los transportistas son el único “establecimiento comercial” que tiene capacidad para entregar efectivo a la gente. La reportera cuenta que algunos pasajeros practican el trueque, pagan con un kilo de arroz y el chofer les da la diferencia.  

Pérez Pirela añadió que los transportistas aumentan el pasaje mínimo sin pudor y sin contraloría y dijo que si bien los venezolanos han resistido a esta “elasticidad de la economía”, esperan las acciones de las autoridades o un avance rápido hacia un proceso de cobro digital. 

Nuevamente presentó un sondeo de En la pista sobre estas mafias del efectivo. El encuestado Edgar Mejía señaló que le ha tocado cambiar un dólar por un precio muy inferior al cotizado. Los bancos dan muy poco efectivo en bolívares, los pasajes aumentan constantemente. Los cambistas se encuentran en las estaciones de metro y sus alrededores y en las paradas de buses. “No hay autoridad que los frene, no hay nadie a quien denunciar y ellos hacen lo que les da la gana”. 

Aquiles Polanco confirmó que estos negociantes hacen los cambios por una cantidad inferior a la cotización del día, aprovechando la necesidad de la gente para pagar el transporte. Algunos de esos cambistas son los mismos transportistas, que además fijan la tarifa del pasaje según su parecer. Sugiere que la Superintendencia de Bancos tome medidas que faciliten este cambio. 

La opinión de Boza

El economista Tony Boza, también diputado a la Asamblea Nacional, es otro de los partidarios de la indexación. Afirma que se trata de un mecanismo clave para derrotar la inflación en el país, y plantea que la idea es “indexar todo al mismo tiempo, al mismo ritmo y en las mismas proporciones”. 

“Esta es la propuesta presentada por Pasqualina Curcio y rechazada, en buena medida, por Jesús Faría –recalca el moderador de Desde Donde Sea-. El diputado señala que ‘no hay que tenerle miedo a las divisas que circulan libremente en el país, porque el problema no es monetario y por eso ha habido grandes errores y no son exclusivos de Venezuela. En casi todos los países que ha habido hiperinflación han pagado durante años, por ejemplo, el caso de Brasil que tardó 10 años en derrotarla’, recordó Boza”. 

Boza también fue entrevistado por Michel Caballero para Las reglas del juego. En el fragmento presentado señala que en la actualidad el mecanismo de indexación es desigual: unos actores se indexan constantemente (por ejemplo, los empresarios que suben los precios); otros no se indexan (los trabajadores que dependen de un salario fijo); y otros de indexan a menor velocidad (los trabajadores que tienen otras fuentes de ingreso). “Lo importante es que todos los sectores se indexen al mismo ritmo. Sería como subirnos todos a un tren de alta velocidad. No importaría el crecimiento de los precios porque todos tendríamos la misma capacidad adquisitiva. El valor nominal de una mercancía no significa nada si se mantiene a la par del poder adquisitivo. En cambio, las reconversiones no derrotan la inflación, aunque ayudan a mejorar los sistemas contables y hacer más sencillas las transacciones”. 

Sobre los salarios, Tony Boza sostiene que “indexar impide que el salario de los venezolanos siga cayendo y para eso no necesitamos recursos, solo se necesita que el Estado entienda que la tesis al respecto, que mantienen el Banco Central de Venezuela y otros actores de la economía, está desfasado y equivocado”. 

¿Se puede indexar ya el salario de los venezolanos para evitar que siga cayendo? esto dice Tony Boza: “Hay que indexar el salario, el presupuesto público y el sistema tributario. Se puede hacer ya lo que se lograría fijándolo en dólares, de modo que tenga el mismo poder adquisitivo con el paso del tiempo. No requiere recursos adicionales, sino que el BCV y algunos actores de la economía entiendan que su tesis está desfasada y equivocada. Se ve el dinero como una mercancía y lo no es. A veces el dinero actúa como mercancía. Si se compra un dólar, actúa como mercancía, igual que si fuera un reloj o un kilo de azúcar, pero cuando regresa a la Reserva Federal, puede ser quemado y no se pierde nada, salvo el papel. Es un error conceptual ver al dinero como un valor en sí mismo”. 

Según el especialista, la distribución del dinero se ha vuelto menos equitativa y más desigual en Venezuela, no por culpa del gobierno, sino por culpa de la inflación.  

Otro extracto de la entrevista se refiere a la caída del PIB: “Antes (la economía de Venezuela) era más grande, ahora es más pequeña. El punto es que con menos dinero se puede hacer una distribución más equitativa. El problema no es que haya menos dinero, sino que su distribución se ha vuelto más desigual, no por culpa del gobierno, sino de la inflación. Del 2014 al 2017, el excedente neto de explotación, es decir, la retribución al capital, pasó del 31% del PIB al 50%; mientras la retribución a los salarios se redujo a la mitad, del 36% al 18% y la del Estado pasó del 13% al 9%. El problema de los recursos no es solo la cantidad, sino también la proporción. Si se corrige la proporción se encuentran recursos donde otros no los ven. Con mecanismos correctivos se puede hacer que esos recursos muy mermados rindan más de lo que hoy están rindiendo”. 

Pérez Pirela recordó que El gobierno de Venezuela anunció el pasado primero de mayo, Día del Trabajador, el tradicional aumento del salario mínimo, que en esta oportunidad fue de casi 300 por ciento y que, sin embargo, resulta insuficiente en medio de la galopante hiperinflación. 

«Entra en vigencia un incremento del salario mínimo a 7 millones de bolívares “(equivalente en ese momento a 2,5 dólares aproximadamente según la tasa diaria), informó el entonces ministro del Trabajo, Eduardo Piñate (ahora ministro de Educación). 

El salario, que aumentó 288,8% respecto al que estaba vigente de 1,8 millones, se complementa con un bono de alimentación de 3 millones de bolívares, para llegar a un ingreso mínimo de 10 millones de bolívares. Parece mucho, pero esos 10 millones se quedan cortos para comprar alimentos referenciales como: un kilo de carne, de 3,75 dólares, en medio de una economía dolarizada, que transita su cuarto año de hiperinflación y octavo en recesión. Un cartón de 30 huevos, por ejemplo, vale 11 millones de bolívares, un kilo de queso entre 6 y 7 millones. 

Para ilustrar la situación que viven los trabajadores y las trabajadoras, mostró otra caricatura de Iván Lira en la que una persona huye de un gran remolino de viento, mientras dice: “Esto no es una espiral inflacionaria sino un tornado especulativo”. 

Acotó que, en el mismo mes de mayo, le fue presentado al presidente Maduro una serie de propuestas con el fin de poder aliviar la situación que padecen los venezolanos. 

A fin de cuentas, ¿para qué alcanza el salario?

Luego de esta revisión del tema económico, Pérez Pirela preguntó a su audiencia para qué alcanza actualmente el salario en Venezuela. Dijo que esa misma pregunta se la hizo el equipo de LaIguana.TV en una nota titulada “¿Alcanza el reciente aumento del sueldo mínimo? esto dijo diputado Wills Rangel (+criptomonedas)” 

Citó el texto de esa nota:  

El presidente de la Federación Única de Trabajadores Petroleros de Venezuela (Futpv) y diputado a la Asamblea Nacional, Wills Rangel indicó que este documento se realizó con la colaboración de varios sectores y acotó que el mismo tuvo que hacerse sin que fuera de conocimiento público con el fin de “evitar que nos boicoteen los planes para derrotar la inflación”. 

Durante una entrevista concedida al canal VTV, el diputado reconoció que el aumento del salario mínimo no es suficiente debido a la hiperinflación. 

En este contexto, en cuanto a las prestaciones sociales y el dinero de la pensión para las personas de la tercera edad, Rangel explicó que dentro de las propuestas al Ejecutivo está el convertir esos recursos a criptomonedas, por lo que señaló que han estado debatiendo con varias universidades si es factible o no esta sugerencia y así poderlas potenciar en beneficio de este grupo. 

Según lo planteado por Rangel la idea es “permitir con las criptomonedas potenciar las prestaciones sociales para que cuando pases a retiro, tengas cómo continuar con el ahorro de toda una vida con tu vida normal, producto de la sustentabilidad que da el petro a las prestaciones sociales y que tu pensión te refuerce”. 

Para profundizar en este punto, Pérez Pirela se preguntó si es posible salir de este atolladero con criptomonedas, si acaso el petro puede ser la salvación. Consultó al respecto a los muy activos participantes del programa y presentó otra nota de LaIguana.TV titulada “¿Cuáles son las ventajas de usar el petro venezolano? (+gasolina)”. 

El texto señala que “el dólar paralelo desde el 28 de junio al 02 de julio, promedió una tasa de cambio de 3.226.350,41 bolívares por dólar. Abrió en 3.222.329,68 bolívares y cerró en 3.226.350,41 bolívares, un diferencial bajo en comparación a la variabilidad que suele tener en algunos lapsos. 

Por su parte, el dólar oficial (Banco Central de Venezuela) promedió en ese mismo lapso 3.213.896,40 bolívares por dólar, teniendo una variabilidad semanal más o menos similar a la del paralelo. 

El petro, a nivel oficial, es decir, el valor en el mercado primario publicado por la Superintendencia Nacional de Criptoactivos y Actividades Conexas (Sunacrip), tuvo una media de alrededor 56 dólares, lo que en bolívares sería igual a 179.978.198,29 por cada petro, según la tasa oficial. 

Mientras tanto, en el mercado secundario, en la Plataforma Patria y Venezuela Exchange (VEX) los promedios fueron de 145.904.968,40 y 152.020.598,40 bolívares por cada petro. En ambos casos, la variación en el valor de la semana fue inferior al 1%. 

Conclusión: el comportamiento del petro es más estable que el resto de los mercados cambiarios y, evidentemente, mejor valorado que el bolívar. El petro es un instrumento para la estabilización de los precios, reduciendo el impacto del dólar paralelo, su diferencial y variabilidad inter diaria sobre el bolívar. Esto, sin duda, tiene un efecto directo en la especulación. 

Además, el petro sirve para armonizar la economía, fungiendo como una herramienta para esterilizarla al recoger bolívares, revalorizarlos frente al dólar y, al mismo tiempo, absorber dólares del mercado, permitiéndole al usuario que lo intercambia, tener una herramienta de valor que no solo le equilibra y protege el bolívar, sino que le sostiene el valor del dólar en razón del diferencial cambiario y la especulación. 

Este último aspecto es muy importante para tener en consideración, pues en la economía cotidiana del país los precios en dólares aumentan como consecuencia de la variación muy rápida y violenta del diferencial dólar-bolívar.

Con el petro, no habría margen para tal diferencial, pues en la medida que su valor se estabiliza y su cotización a nivel de mercado secundario aumente, el bolívar tomará fuerza y el dólar se debilitaría, absorbido por el petro. 

“En conclusión, por donde se quiera ver, el petro es una ventaja para la macroeconomía del país y la microeconomía del pueblo venezolano, que es el que está viviendo el drama del salario que no alcanza para nada”, aseveró Pérez Pirela. 

Interacción

En los últimos minutos del programa, numerosos usuarios comentaron que el petro, ciertamente, es una solución a la inflación inducida por agentes externos. Indicaron que es necesario ponerle operatividad a la criptomoneda venezolana para que pueda cumplir ese rol.

Sobre la dolarización, un usuario recordó que hubo oportunas advertencias acerca de lo que podía ocurrir, pero quienes las hicieron fueron silenciados, incluso en los medios del Estado. “Les cerraron las puertas de VTV”, aseguró. 

También hubo numerosas participaciones para denunciar la grave situación en que se encuentran los trabajadores que perciben salario mínimo, incluyendo los pensionados y jubilados. Pérez Pirela hizo un reconocimiento especial a los pensionados, al personal sanitario y a los docentes, a quienes calificó de verdaderos héroes porque sus salarios son simbólicos. “La mejor campaña electoral que el Gobierno podría hacer es ponerle control a todos los abusos que estas personas sufren”, enfatizó. 

Otros opinaron sobre el debate entre economistas, en particular en lo referido al punto de que la mayor producción genera riqueza para toda la población. “Eso de la economía de goteo es mentira –dijo un participante-. Pregúntenle a los afrodescendientes de EE.UU. si les cayó alguna gota durante la era Reagan”.  

Un punto significativo fue sobre el caso de instituciones públicas que cobran en dólares por sus servicios y pagan salarios en bolívares.  

Igualmente generó varias participaciones el tema de las extravagantes exigencias de los comerciantes venezolanos para aceptar los dólares. “Esto solo se ve en Venezuela: exigen que el billete esté recién impreso y no esté mal doblado para aceptarlo”, dijo Pérez Pirela.  

En uno de sus comentarios, el presentador se refirió al dólar como una moneda dura. Una persona de la audiencia opinó que con ello estaba reconociendo la fortaleza de la divisa estadounidense. “El dólar es una moneda no anclada en nada, pero está claro que es una moneda dura en el mundo actual. No tengo problemas en admitir eso”, respondió.  

Reiterando uno de los planteamientos centrales del programa del día anterior, referido a la situación petrolera, remarcó que no todo es bloqueo y sanciones, pues en la crisis venezolana influyen también la corrupción y la ineficiencia.  

Muy activo estuvo el usuario de la cuenta Petrodivisas. Señaló que el pueblo no se preparó para enfrentar la política de libre mercado que se aplica en este momento y recomendó a los partidarios de la tesis de la indexación que analicen cómo funciona el bitcóin desde el punto de vista monetario. 

Pérez Pirela convocó nuevamente a las usuarias y los usuarios a compartir el programa con entre una y tres personas para multiplicar su efecto de “clase en universidad 2.0”. Cerró con una frase del usuario Diógenes: “La producción no puede ser un fin, pero sin ella se aumenta la dependencia”.  

(LaIguana.TV)