Las fiestas son sinónimo de júbilo, pero hace un mes podría haber tenido una connotación de sangre, muerte y conspiración, cuando grupos delictivos de la Cota 905, en Caracas, mantuvieron en jaque a las autoridades y arremetieron contra la población en un frenesí de disparos y detonaciones a diestra y siniestra en varias zonas del sureste de la capital (El Cementerio, La Vega, El Paraíso). Este hecho coincidió con la llegada al país de una misión de la Unión Europea (UE), episodio cuyos artífices decidieron llamar La Fiesta de Caracas. 

Varios de quienes fueron expuestos como autores de esa violencia, hace 11 años se contaban entre los más destacados jóvenes estudiantes, quienes, con manos blancas y abiertas para connotar que no empuñan armas y estaban indefensos, siguiendo la fórmula de desgaste social para derrocar gobiernos del teórico estadounidense Gene Sharp, fueron invitados a lo que bautizaron La Fiesta Mexicana. 

La derecha venezolana considera protagonistas de la derrota electoral del chavismo en 2007 a quienes bajo el nombre de “movimiento estudiantil” desplegaron violencia contra el cierre de Rctv, ya la estrategia era llamar inconstitucional todo acto del Gobierno nacional y el Ejecutivo advertía visos del manual de Sharp. 

Así fue como los más destacados alumnos de la doctrina Sharp se fueron a la capital azteca entre el 28 de octubre y el primero de noviembre de 2010, para “desarrollar el plan para liberarnos de Chávez”, como se leyó en correos entre Gustavo Tovar Arroyo, a quien en los correos llamaban “facilitador del movimiento estudiantil 2007” y Pedro Burelli, que hasta 1998 fue alto funcionario de Pdvsa y financió la excursión junto a Eligio Cedeño, el recordado banquero y corredor de bolsa venezolano preso por contrabando y simulación de importación, distracción de recursos bancarios, y fraude cambiario, a quien la jueza María Lourdes Afiuni liberó en 2009 y éste huyó del país. 

Los mensajes hablaban de una agenda de dos años con las 17 jóvenes promesas llevando un “programa de acciones de protesta no violenta”, más el “plan de acciones que active a las fuerzas juveniles venezolanas”, para derrocar a Hugo Chávez. 

Las clases las darían “los líderes serbios del Otpor, que lucharon contra Milósevic”, en el exitoso golpe suave a Serbia de 2000, que tenían por símbolo una mano blanca, pero en puño, y cuyo éxito analiza y elogia Gene Sharp, en su texto, libreto repetido una y otra vez por la Casa Blanca en todo el mundo. 

Mano armada 

El manual Sharp describe 198 métodos de derrocamientos clasificados en tres grupos: Protesta y persuasión, con desfiles, marchas y vigilias; no cooperación: con boicot y huelgas; y la intervención: que incluye la ocupación y el gobierno paralelo. 

-Desde guarimbas, pasando por sabotaje eléctrico, hasta la autoproclamación, todo se ciñe al guion, pero la Fiesta de Caracas, nacida de la Fiesta Mexicana, pasa de manos blancas a mano armada, buscando caos e ingobernabilidad para conjurar una “coalición regional (de gobiernos enemigos) capaz de contrarrestar “el cáncer de la desestabilización” como la que en abril pasado invocó el prófugo de la justicia Iván Simonovis contra el país. 

A la medida de Voluntad Popular 

De los 17 jóvenes que fueron al entrenamiento en México, un año antes 15 de ellos habían fundado alrededor de su líder, Leopoldo López, el partido Voluntad Popular (VP). 

De la lista que se conoció en 2014, en primera fila estaba Yon Goicoechea, galardonado con el premio Milton Fredman que le otorgó medio millón de dólares, y también Freddy Guevara, David Smolansky, Carlos Graffe, Daniel Ceballos, Lawrence Castro, Carlos Rojas, Ricardo Racini, Bernardo Pulido, Manuela Bolívar, Lester Toledo, Sergio Contreras, Reinaldo Díaz, Miguel Ángel Sabal, Sara Hanna y por aquel entonces un recién electo diputado Juan Guaidó. 

De fuera del combo de VP invitaron únicamente a Roderick Navarro, de Un Nuevo Tiempo, y a Javier Martucci, de Primero Justicia. 

Los vínculos son evidentes durante el camino trazado. 

Los organizadores 

Leopoldo López. El teléfono de Freddy Guevara lo señala como Gavilán, que lideró la Fiesta de Caracas, y es jefe de Voluntad Popular, la principal organización en la Fiesta Mexicana; se fugó en 2020 de una condena por terrorismo, tras participar e impulsar muertes, incendios y daños a la propiedad en el plan de derrocamiento La Salida de 2017. 

Freddy Guevara. Destacó entre los manos blancas, y elegido a la Fiesta Mexicana; desde entonces se le asocia a las guarimbas y toda la violencia de la derecha. En 2017 evadió a la ley amparado por la Embajada de Chile y tras ser indultado, ahora está detenido por vínculos con extremistas, paramilitares, el Gobierno colombiano y el Coqui. Fue diputado de VP. 

Emilio Graterón. Está en la Embajada chilena luego de que en el teléfono de Guevara se extrajo un mensaje en el que le dice a Gavilán, Leopoldo López, que se reunió con El Original, El Gocho, Pedro, El Pelón de La Vega y Hasler Iglesias, y para garantizar “materiales suficientes” en la Fiesta de Caracas y “que se sienta”. Fue alcalde de Chacao. 

Gilber Caro. Entre los 80 y 90 fue condenado por tráfico de drogas, homicidio y estuvo en cuatro cárceles donde se convirtió en pran, recibió un indulto este año, y para la Fiesta de Caracas que iba “encaminada”, recibió de Gavilán la orden de “cuadrar activistas” junto al Gocho Javier para protestar en La Vega, Santa Rosalía y El Valle, durante los tiroteos. 

Koki. Carlos Revete, El Koki, uno de los líderes de la megabanda de la Cota 905, al suroeste de Caracas, que protagonizó los ataques coordinados contra las fuerzas públicas durante la visita de la Unión Europea, tal como se describe en los planes de la Fiesta de Caracas, organizada por miembros de Voluntad Popular, y develada por el presidente de la AN. 

La acción conspirativa opositora pasó de manos blancas a mano armada. 

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