Para que el diálogo sea real y produzca resultados, deben cumplirse ciertos requisitos. Ha de existir un principio ético común y una situación de igualdad en la que cada participante pueda exponer su verdad. Solo así puede alcanzarse el acuerdo o el consenso. 

Estos planteamientos son parte de la obra del filósofo alemán Jürgen Habermas, específicamente de lo que ha denominado la acción comunicativa, el tema escogido por Miguel Ángel Pérez Pirela para la sección Jueves de Filosofía de su programa Desde Donde Sea.  

El punto adquiere especial relevancia cuando las fuerzas políticas venezolanas, enfrascadas en una intensa controversia durante años, están haciendo un nuevo esfuerzo por entenderse y lograr acuerdos en las reuniones que se realizan en México.  

“En Venezuela y toda Latinoamérica está en el tapete la palabra diálogo, a veces con un tono carnestolendo, festivo, fácil, pero hablar de un diálogo quiere decir establecer los criterios filosóficos, políticos, comunicativos para trascender ese nivel superficial”, dijo el doctor en Filosofía y comunicador político venezolano. 

Habermas, un pensador vigente

Para desarrollar su disertación en torno a los aportes de Habermas, destacó que se trata de un filósofo contemporáneo, que actualmente tiene 92 años de edad, y es una referencia obligatoria para entender el statu quo de la filosofía actual, en sus vertientes política, ética, epistemológica y religiosa.  

“El de Habermas es un nombre que no se puede soslayar, ha sido protagonista del debate filosófico que comienza con la Escuela de Frankfurt o Teoría crítica. Es el último representante de esa corriente, que quería analizar la sociedad toda desde una perspectiva marxista, aunque no se le pueda calificar a él como un filósofo marxista –dijo-. Su teoría fundamental es la de la ética discursiva o la ética dialógica, ética comunicativa o ética de la responsabilidad solidaria. La pregunta de la que parte Habermas es si sería posible un diálogo, una conversación, una comunicación entre individuos o grupos con diferentes ideas políticas o morales y cosmovisiones”.  

Acotó que la idea central de Habermas es que para que el diálogo exista y fructifique, debe haber una estructura común previa. “Coincide con la frase de otro filósofo contemporáneo, que por cierto utilicé en mi tesis doctoral: ‘para ponernos de acuerdo tenemos ya que estar de acuerdo’”.  

Habermas se pregunta cuáles son las condiciones necesarias para que los seres humanos podamos comunicarnos, dialogar, conversar. “Algunas veces, por no sentar los acuerdos previos, necesarios para ponernos de acuerdo sobre el fondo, terminan los esfuerzos por fracasar y ser como gritos entre sordos. A veces creemos estar comunicándonos, pero no estamos escuchando al otro, solo a nosotros mismos, o no existen las condiciones de posibilidad para establecer un puente discursivo, comunicativo, dialógico”. 

Precisó que la obra fundamental, en la que se inspiró el equipo del programa para desarrollar la clase es Teoría de la acción comunicativa (que tiene dos tomos: el primero titulado Racionalidad en la acción y racionalización social; y el segundo, La crítica de la razón funcionalista). “En el título mismo vemos una picada de ojo a las teorías kantianas, porque es Kant quien fundamenta la ética de la Ilustración”. 

Presentó un video con algunos aspectos biográficos. En este material audiovisual se indica que “Jurgen Habermas es el filósofo alemán que más reconocimiento acumula. Ha recibido, entre otros, los premios Gottfried Wilhelm Leibniz y Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales. Su figura es conocida desde los años 50, cuando publicó Pensar con Heidegger contra Heidegger, uno de los primeros ataques contra este filósofo alemán por su relación con el nacionalsocialismo. 

Las bases de sus teorías son sacadas de las ciencias sociales, la psicología y la ciencia. Es considerado como el último representante de la Escuela de Frankfurt, también conocida como Teoría Crítica, que surgió con la idea de analizar y criticar la sociedad dentro de los postulados marxistas. 

Habermas fue alumno de Max Horkheimer y Theodor Adorno, pero no se le puede considerar un pensador marxista porque no utiliza la dialéctica ni basa sus análisis en la economía. Aunque sí quiere hacer un estudio crítico de la sociedad para poder reformarla, se aleja de Marx porque considera un error pensar que el eje de la sociedad es el trabajo. Habermas da mucha más importancia a las características psicológicas del ser humano y al lenguaje”. 

Comentó Pérez Pirela que la principal preocupación de Habermas es la crisis de las democracias contemporáneas, derivada a su juicio de la devaluación de la palabra, de la devaluación del parlamentarismo. “Es interesante revisar si se está de acuerdo con esta idea, la de la palabra vacía, sin contenido, que no se sostiene con los actos. Al devaluarse, corta el puente comunicativo. La causa, según Habermas, es que entran los intereses privados propagandísticos en la esfera pública, que termina entonces echada a un lado. El Estado se ha reducido al papel de un prestador de servicios y la política deviene en mera técnica. En esto influyen las teorías contemporáneas vinculadas al neoliberalismo. Robert Nozick, en su libro Anarquía, Estado y utopía, habla de un Estado mínimo que deja todo en manos de los privados”. 

Añadió que Habermas observa este proceso, en el que la política termina siendo un asunto técnico, donde no hay un puente comunicativo con la sociedad. “Esto deriva en una crisis de motivación y legitimación, pero sobre todo en una despolitización, que es hoy uno de los riesgos más graves para Venezuela y Latinoamérica, pues la sociedad se aleja de la cuestión pública, de la polis”. 

La teoría de la acción comunicativa

Para ahondar en los planteamientos centrales de Habermas, presentó un video en el que se explica que “la teoría de la acción comunicativa de este filósofo que había pertenecido a la Escuela de Frankfurt se basa precisamente en encontrar una comprensión de cómo los enunciados llegan a ser socialmente significativos, que puedan tener un sentido social para con los otros, en la negociación de sentidos y en la puesta en común, en el consenso, en comunidad. Por lo tanto, la acción comunicativa puede ser fuerte si se cumplen ciertos requisitos o características; o débil, si faltan algunos de esos requisitos o si no existe ninguno”. 

La acción comunicativa fuerte es la caracterizada por la verdad, por la veracidad de los enunciados que se postulan; por la sinceridad de quien los enuncia (es decir, que cree en lo que está declarando) y por la rectitud, es decir que hay un ethos, una ética, un protocolo de comportamiento que se corresponde con esa verdad y esa sinceridad. Es decir, que lo que uno actúa se corresponde con lo que afirma, predica o declara. 

La acción comunicativa débil carece de una, varias o todas estas características. Por eso es típica del sistema, la burocracia o el mercado.  

Pérez Pirela se preguntó ¿qué propone Habermas?, y respondió que su planteamiento fundamental es “recuperar la dimensión moral y sociopolítica, una opinión pública consciente, que no quede en manos de la razón instrumental. Para ello propone su propio modelo de racionalidad, que es la racionalidad valorativa”. 

Detalló que la razón instrumental, según este filósofo, aplica los medios más adecuados al fin que se quiere perseguir. La ética se la dejan a la esfera privada. Lo importante son los medios para llegar al fin. “Como alternativa, él propone la racionalidad valorativa que no se limita a lo privado porque omite valores que deben configurarse en una esfera pública. La ética debe ser un fundamento común desde el cual se parte para poder realizar la acción valorativa. Esa ética universal estaría a la par de todo debate político”. 

“¿Existe un fundamento común ético entre los seres humanos? Para Habermas sí existe. Son principios comunes que pueden permitirnos funcionar valorativamente, juzgar una acción como buena o mala. Plantea el concepto de interacción comunicativa: la comprensión entre los individuos la que nos puede llevar a resolver problemas éticos, no limitados a la esfera privada porque son comunes a todos los seres humanos. Deben ser valores éticos y a la vez racionales”, subrayó. 

Para lograr este propósito, el pensador alemán sostiene que hay que ampliar el alcance del concepto de racionalidad. “La razón debe tener y tiene una dimensión comunicativa, que tiene como finalidad el entendimiento entre los seres humanos. Nace su ética discursiva que se basa en la acción comunicativa que busca una especie discurso universal civilizatorio para el entendimiento entre las personas. Solo así se puede alcanzar lo que él llama el consenso social. Se trata de dialogar sobre lo que cada uno cree que es la verdad. Allí está el meollo de la comunicación política. ¿Cómo hacer que esos conceptos puedan servir no para la guerra o la violencia, sino para la comunicación política, sin recurrir a la manipulación y la violencia, sino a la argumentación racional? 

Para responder a esa gruesa inquietud, Habermas señala que se debería lograr que toda la sociedad, que cada uno de sus individuos se sitúe en una situación ideal de habla, simétrica, de igualdad, a partir de la cual se pueden argumentar los puntos de vista. “Si planteo un diálogo y no coloco la exigencia de la igualdad, estoy manipulando y violentando, en lugar de dialogar”, enfatizó.  

La influencia kantiana

El moderador indicó que Habermas demuestra su influencia kantiana en este punto. “Aquí entra Kant, una catedral de la filosofía. Habermas justifica con Kant la ética del diálogo. Tiene que ser universal para que pueda generar una comunicación. Para Kant todos tenemos estructuras mentales comunes y se necesita una estructura lingüística común. Igual que Chomsky, en su Gramática generativa, estima que esa estructura básica es la misma en todos los lenguajes del mundo. Esa estructura es ética y moral lo que hace posible que uno pueda comunicarse con todos los seres humanos”. 

Kant fundamenta estas estructuras en dos imperativos o principios (que están en su libro Crítica de la razón práctica). El primero es la respuesta a la pregunta ¿cómo debo actuar?, y dice: “Obra solo de manera que puedas querer que tu máxima se convierta en ley universal”. El segundo dice que no se puede considerar al hombre nunca como medio, sino siempre como un fin. Hay una dignidad humana en cada persona por sí misma.  

“Este carácter universal, para Habermas, puede ser la base de una comunicación, de una ética discursiva. El fundamento de toda acción comunicacional es ético –destaca Pérez Pirela-. Habermas aclara que, más allá de que cada uno exponga su criterio como si pudiera convertirse en máxima universal, se trata de que en el accionar colectivo se pueda discutir, conversar, pactar la validez y la legitimación de las máximas o normas, pues todos queremos alcanzar el mismo fin: la posibilidad de comunicar. Podemos consensuar fundamentos lingüísticos para dialogar”. 

“Habermas plantea una ética del consenso y del acuerdo racional que depende de la igualdad de los que dialogan y el respeto a sus diferentes puntos de vista. Las normas éticas serán, para Habermas, universales e implicarán una responsabilidad colectiva. En lenguaje kantiano es una especie de voluntad común fundamentada en la argumentación. Por eso tiene carácter racional. Esa universalización de las normas se manifiesta en las normas y el discurso y la argumentación común, no necesariamente en la actuación”, aseveró. 

Al cierre dedicó algunas consideraciones al problema de la mentira, en la visión de Habermas. “Según la razón instrumental, la mentira puede ser un medio para llegar a un fin, por ejemplo, en la política. Pero en la razón valorativa no es una opción válida porque es contraria a las normas del diálogo en el que los seres humanos son libres e iguales”.  

Recomendó la cuenta de Youtube La travesía, dedicada a temas de Filosofía, y específicamente al capítulo en el cual se expone a Habermas y su ética discursiva. 

Sugirió también leer un trabajo periodístico de DW publicado en 2019, titulado “Jürgen Habermas, el maestro de la comunicación, cumple 90 años”. La nota indica que “Jürgen Habermas es uno de los filósofos vivos más importantes de Alemania. Llamado el ‘defensor de la modernidad’ y el ‘maestro de la comunicación’, a sus 90 años, este pensador todavía tiene mucho que decir”. 

Pérez Pirela expresó que “tuve la fortuna de asistir a un seminario dictado por él. Es uno de los grandes filósofos contemporáneos. Criticado por los hegelianos debido a su planteamiento de una ética universal, pero muy respetado por todos debido a sus grandes contribuciones a la filosofía actual”. 

Originalmente, el tema filosófico era desarrollado los Viernes de Filosofía, pero a partir de este mes de septiembre ha pasado a los jueves. Desde Donde Sea se transmite los días martes, miércoles y jueves a las 7 p.m., hora de Venezuela. Los martes y miércoles se enfoca en temas de interés geopolítico de actualidad, tanto nacionales como globales. 

(LaIguana.TV)