El exdiputado Omar González (Vente Venezuela, ultraderecha) aconsejo a su colega Juan Guaidó que destituyera «ipso facto» a la junta directiva de Monómeros, so pena de verse obligado a responder por los actos de corrupción «y de otra naturaleza» que aparentemente se habrían cometido desde 2019, cuando la productora de fertilizantes cayó bajo su control.

«Yo, en los zapatos de Juan Guaidó, de inmediato destituyo esa junta directiva. Si no, tendrá también que responder frente a las gravísimas irregularidades de corrupción y de otra naturaleza que se denuncia que se han cometido en Monómeros, empresa 100 % del Estado venezolano», sostuvo González en un intercambio virtual con el también exparlamentario Macario González.

En su decir, Guaidó no debería esperar a que Gustavo Petro asuma la presidencia de Colombia para tomar esta decisión, pues desde su punto de vista está revestido de «todas las atribuciones constitucionales» necesarias.

Asimismo, lo conminó a dejar «en manos de la Fiscalía, del Ministerio Público y de los organismos competentes» la investigación de las denuncias relativas a las presuntas irregularidades que se cometieron.

Monómeros: entre la corrupción y la expropiación

Humberto Calderón Berti, experto petrolero que fungió como representante de Juan Guaidó ante la administración de Iván Duque, ha acusado en repetidas oportunidades a dirigentes opositores de manejar dolosamente la otrora lucrativa compañía.

En una intervención de principios de julio, Calderón cargó contra la coalición de partidos que respalda a Guaidó y los sindicó de haber convertido a Monómeros en «una piñata», aunque sus mayores se enfilaron hacia Leopoldo López, jefe político de Guaidó.

«Eso se dañó porque se convirtió en una piñata entre los partidos miembros del G4, entre los cuatro, no se salva ninguno. Pero los que tienen la responsabilidad fundamental de lo que ocurrió fueron los conmilitones de Leopoldo López. Uno cada vez que empieza a escudriñar por aquí y por allá se encuentra que siempre Leopoldo López está metido en todas estas cosas», dijo entonces.

Desde finales de 2021, Monómeros está intervenida por Supersociedades Colombia, una entidad estatal formalmente destinada a la protección de empresas en riesgo de quiebra.

Esta maniobra fue denunciada por el gobierno del presidente Nicolás Maduro como un intento de robo por parte de la administración de Iván Duque, del que Juan Guaidó y los gerentes habrían sido solamente una pieza en un entramado de gran calado.

En un comunicado difundido el pasado 4 de enero, Supersociedades anunció que el riesgo de insolvencia financiera se mantenía y continuaría controlando la empresa venezolana hasta una fecha aún no especificada.

«Se pudo observar que, dentro de las gestiones que ha venido adelantando la Sociedad para mantener resultados positivos, se ha logrado reestructurar el pasivo, disminuyendo obligaciones de corto plazo e incrementando aquellas con vigencia mayor a un año, alternativa que podría mostrar eficiencia solamente con un flujo de ingresos asegurado, sobre el cual no existe certeza dada la coyuntura actual y alertas expuestas por el gerente financiero. Por lo cual, el riesgo de iliquidez y consecuente insolvencia permanecerían, exponiéndose así los intereses de terceros», se lee en el documento.

Por su lado, el mandatario electo, Gustavo Petro, aseguró en un acto de campaña que Duque había entregado a Monómeros a Guaidó para que se la robara y aunque no ha aclarado cuál será el destino de la empresa, sí reconoció en público que este había sido uno de los temas abordados en la conversación telefónica que sostuviera con Maduro tras su victoria del pasado 19 de junio.

(LaIguana.TV)