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Piqué ya tenía preparado un Periscope que iba a echar humo. El Real Madrid respondió a lo grande. Como en las mejores noches. Como ya casi no se recordaba. Ahí estaba el Madrid escondido. Benzema igualó el tanto de Gerard y Cristiano Ronaldo hizo el definitivo 1-2 a cinco del final. Decidió el Clásico el hombre que se escondía en las noches grandes.

 

El Clásico acabó en pedazos. La respuesta del Madrid confundió a un Barcelona irreconocible. No suele inquietarse. Los de Zidane lo consiguieron cuando la noche peor pintaba. Antes del gol de Cristiano, anularon uno de Bale que era legal a todas luces. Y justo antes del 1-2, expulsaron a Sergio Ramos, que se pudo ir antes a la ducha hasta en tres ocasiones.

 

(marca.com)