bad-santa-c.jpg

Cuando William Contreras, actual Superintendente Nacional para la Defensa de los Derechos Socioeconómicos (Sundde), emplaza a confiscar y llama delincuentes a los empresarios de Kreisler, Adam Smith convulsiona en la tumba y Bertolt Brecht le sube cinco a la Ópera de los Tres Centavos.

 

¿Hasta cuándo vamos a seguir comiendo labia publicitaria? El Big Brother les mete la navidad a los niños y a las niñas por el ojo del televisor. Kreisel y su sinonimia de infantil felicidad decembrina es la más descarada aberración conductista consumista.

 

Kreisel es el camino directo de la infancia a la sicopatía; del portal de Belén a la cárcel de Ramo Verde, la residencia oficial del sifrino genocida: a Leopoldo López lo arrullaban -desde bebito rubicundo y sonrosado- con aquel desabrido jingle: «Kreisel es excelente…» y ahí están los resultados. Siquiatras del mundo, remítanse a los hechos.

 

Adam Smith salpimentó su propuesta civilizatoria con filosófica sevicia moral, sentó las bases del pensamiento moderno después de Colón y el borrón cultural sin cuenta nueva que Cristóforo le impuso a estas tierras de desgracias católicas. Desde Escocia vino a imperar esta «científica» peste colonial, mencionemos a Dussel aunque no compartamos al cien por ciento su discurso teñido de cierto tinte posmo, o greenpeace, que es como dejarle todo a la erudición, a lo medio dicho, al medio camino entre lo negado y lo afirmado. Pero se pasea entre estos auditorios intelectuales y está de última moda académica.

 

El bachaquerismo tiene sus connotaciones entreveradas con la sociología, el sicoanálisis, la literatura y otras manifestaciones sincréticas de nuestra amalgamada cultura coetánea suramericana, esa que estamos intentando decolonizar guiados por la destartalada brújula positivista-progresista.

 

Por ello cuando William Contreras empuña el diálogo por el mango -el verdadero diálogo, sin eufemismos-, avanzamos un siglo en la decolonización ideológica; entendiendo lo ideológico como falsa conciencia o cosmovisión inducida, como percepción mediática, falsos positivos, autoengaño; triunfo de la canalla de la escuela, corriente o tendencia que sea.

 

Más logramos llamando vino al vino y pan al pan, como sabía hacer Chávez, que con mil arengas didácticas sobre el despertar de la conciencia cuando la conciencia está despierta pero no distingue entre conciencia política y de clase social, es decir no identifica al enemigo como lo hace, con los pelos en la mano, William Contreras: el enemigo es el ladrón burgués, el estafador burgués, el que funda un banco usurario, el que roba al pueblo cuando roba las divisas del Estado, de nuestra República Bolivariana de Venezuela: «en los últimos 5 años, Kreisel ha recibido más de 30 millones de dólares en asignación de divisas». ¡30 MILLONES DE DÓLARES! …con Dólar Today convirtiendo y traficando en línea.

 

Eso se conoce como violencia de clase: odio del burgués contra el pueblo, odio del parasitaje rentista contra el pueblo, odio de ociosos contra quienes trabajan, odio del rico contra el pobre, guerra económica: «Kreisel roba al pueblo y roba al Estado». Dijo el panita Contreras.

 

La Patria Bonita está en peligro, con juguetes también la acecha el enemigo. O inventamos o erramos, dijo Simón Rodríguez y dijo Chávez.

 

Por: Kloriamel Yépez Oliveros

 

(misionverdad.com)

kreisel.jpg