Un país donde la violencia hacia la comunidad LGTB está invisibilizada, la existencia de clínicas que tratan la homosexualidad como una enfermedad eleva los riesgos de ser gay. Te contamos cómo funcionan.

 

«Todos los factores que provocan la atracción homosexual son de origen psicológico, es absolutamente reversible. Nadie tiene que vivir con algo que no eligió y no quiere sentir. El proceso psicológico que nosotros proponemos está basado en psicoterapia, no es religioso. Se trata de conocer los factores que han provocado ese sentimiento e ir sanando cada una de las causas».

 

El párrafo anterior fue la respuesta que recibió un periodista de Sputnik cuando se puso en contacto con VenSer, una ‘clínica’ de psicólogos cristianos mexicanos que asegura poder «curar la homosexualidad».

 

Aunque afirman no utilizar métodos religiosos, su sitio está plagado de referencias que indican lo contrario. «Estamos asistiendo al movimiento evangélico más importante para el rescate de las personas atrapadas en la homosexualidad».

 

Dicen no ser «antihomosexuales», sino «profamiliares». Alertan del peligro de exponer a los niños a películas como ‘La era del hielo’, donde «dos animales machos cuidan un bebé»; o ‘El espanta tiburones’, en la que «se pinta a un tiburón como el típico macho y a otro como ecologista, bueno e inteligente, pero que no quiere ser tiburón en su sentido amplio». Alegan que el personaje incluso llega a «disfrazarse de delfín», y que hacia el final «su padre le muestra amor, lo acepta como es y todos son felices».

 

«Nuestros niños están viendo esto y están siendo preparados psicológicamente para aceptar como normal o hasta buena la homosexualidad», rematan.

 

Como este existen otros sitios en México. Se los conoce como movimientos ECOSIG: Esfuerzos para Corregir la Orientación Sexual y la Identidad de Género. «Se trata de prácticas fraudulentas donde se les dice a las personas que pueden ‘quitarles lo gay'», dijo a Sputnik Mildred Pérez de la Torre, escritora mexicana y editora de Homosensual, el sitio gay en español más visitado de América Latina.

La problemática escaló a tal magnitud que el año pasado el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) y el Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México (Copred), emitieron un pronunciamiento en contra de organizaciones como estas. Allí se las catalogó como experiencias «crueles, inhumanas y degradantes» y se advirtió que algunas resultan en tortura.

 

Entre los ‘puntos básicos’ para la ‘curación’ que pueden verse en el portal de VenSer están los horarios, la duración y los costos de las citas. No se trata de un proceso rápido ni mágico, aseguran.

 

«Son prácticas bastante comunes en nuestro país, pero recién ahora se comienzan a destapar. Llevan décadas haciendo este tipo de cosas. Cobran dinero por sesiones donde un psicólogo manipula a través de la culpa a las personas por su orientación sexual. Detrás de todo esto están los íconos cristianos», sostuvo Pérez de la Torre.

 

«Si tú que lees tienes tentaciones homosexuales o estás luchando con un estilo de vida homosexual, no te engañes ni creas que teniendo una novia se resuelven tus problemas. Mejor busca ayuda profesional o consejería con un pastor entrenado al respecto», dice uno de los textos del portal.

 

La ‘clínica’ VenSer fue fundada en 2000 por Everardo Martínez Macías, quien afirma tener experiencia como psicoterapeuta desde 1992. Asegura poder «realizar los sueños de miles de personas» que quieren «dejar de sentir atracción homosexual» y desarrollar «la heterosexualidad genética». En su libro ‘Heterosexualidad: Historias reales’ expone 11 casos «exitosos».

 

«Debemos entender que detrás de la confusión homosexual existe una necesidad válida, buena, santa, justa, agradable a Dios, pero que se está buscando de forma incorrecta. Poderles ayudar, es un proceso. (…) Él o ella debe pedir y desear la ayuda. Mientras no lo desee, nuestro trabajo es sólo orar», señala el fundador.

 

Expresiones como estas pueden ser peligrosas en un país donde al menos 381 personas LGBT fueron asesinadas por motivos relacionados a la orientación sexual, la identidad o la expresión de género entre 2013 y 2017. Un promedio de 76 homicidios por año; seis por mes.

 

La problemática está tan invisibilizada en la sociedad mexicana que no hay registros oficiales de estos eventos. El relevamiento anterior fue llevado a cabo por la organización civil Letra S.

 

Las mujeres trans registran el mayor número de asesinatos, casi 55% del total; seguidas por los hombres homosexuales con casi el 42% de los casos; mientras que los hombres bisexuales y las mujeres lesbianas registran un 1,6 y 0,8% de las muertes violentas.

 

Desde la organización Transgender Europe advierten que México es el segundo país del mundo con más homicidios a personas trans y género diversas, solo superado por Brasil.

 

Los estados más violentos para las personas LGBT son Veracruz, Chihuahua, Quintana Roo, estado de México, Guerrero, Puebla y Tamaulipas. Entre los siete concentran casi la mitad de los homicidios a nivel nacional, el 46,4%.

 

«En México se mata personas por su orientación sexual sin ningún tipo de consecuencias. Estas terapias refuerzan la falsa creencia de que la homosexualidad es una enfermedad que se puede eliminar. Se fomenta la ignorancia. Debemos terminar con esto porque estigmatiza y hace daño. La orientación sexual de una persona no se puede quitar», señaló la escritora.

 

 

«Durante este proceso es vital que le indiquemos a la persona que existen dos enemigos. Uno es Satanás y sus maquinaciones, y el otro es su carne con sus ideas equivocadas que dieron lugar a las dudas y apoyaron la conducta homosexual», apunta el fundador de VenSer.

 

Muchas de las personas que atraviesan por estas «terapias» terminan con «intentos de suicidios porque se dan cuenta que no van a poder cambiar y creen que están lastimando a sus familias», aseguró Pérez de la Torre.

 

En 1990 la Asamblea General de la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció y rectificó que la orientación sexual, ya sea heterosexual, bisexual u homosexual, no es un trastorno.

 

Sin embargo Martínez Macías insiste: «Está comprobado que la homosexualidad es de origen psicológico y que es reversible si la persona así lo desea. Quienes quieren cambiar, deben saber esto. Dios hizo sólo hombres y mujeres».

 

(Sputnik)