El papa Francisco pareció secarse las lágrimas durante una ceremonia el miércoles 30-O en la Plaza de San Pedro, donde Gran Bretaña devolvió oficialmente a Argentina una estatua de la Virgen María.

 

Los soldados argentinos habían llevado una estatua de Nuestra Señora de Luján a las Islas Malvinas cuando la reclamaron militarmente en 1982. Luego de la guerra de dos meses, la imagen terminó en una catedral militar de Gran Bretaña, donde durante 37 años sirvió como centro de oración por los muertos de ambas partes.

 

Tras su audiencia pública del miércoles, Francisco se limpió los ojos y besó la placa de piedra que honra a los muertos de la guerra de su natal Argentina.

 

El Pontífice se vio “muy emocionado, tocó esa lápida y rezó en silencio”, detalló el obispo castrense de Argentina, Mons. Santiago Olivera.

 

La estatua regresará a la nación suramericana, mientras que los católicos de Gran Bretaña tendrán una réplica.

 

Los británicos derrotaron a Argentina, que alega que las Malvinas le fueron arrebatadas ilegalmente en 1833.

 

(AP)