Los crematorios de Madrid están desbordados. El Ayuntamiento se ha visto obligado a cerrar la funeraria municipal debido a la “falta de trajes y mascarillas”. Los cadáveres, según las fuentes municipales consultadas, se amontonan en los hospitales públicos y en los domicilios particulares. Ante esta tesitura, el Consistorio, el Ejército y la Comunidad han acordado convertir el Palacio de Hielo en “la gran morgue” de la capital.

 

Se trata de una pista de 1.800 cuadrados habitualmente utilizada como recinto de ocio y campeonatos. Está incrustada en un complejo comercial repleto de tiendas y restaurantes. La previsión oficial, a tenor de lo contrastado por este periódico, es que “los cadáveres comiencen a apilarse allí a partir de este lunes por la noche”.“Sabemos que es un tema muy delicado, pero no quedaba otra opción. Es una reacción necesaria.

 

Los hospitales y los crematorios no dan más de sí”, especifican desde el Ejecutivo municipal. La pista de hielo -que se mantiene a una temperatura de cero grados- actuará como repositorio para aliviar el trabajo de las incineradoras.

 

El plan comenzó a fraguarse hace “tres o cuatro días”, cuando la crisis del coronavirus colapsó las morgues madrileñas. En este frigorífico gigante, los cuerpos de los fallecidos “estarán en contacto con el hielo y esperarán a ser inhumados o incinerados”.

 

“Es un lugar ideal para apilar cadáveres. Hablo lógicamente de las condiciones del emplazamiento. Aquí se puede evitar la descomposición durante los días que sea necesario”, desgranan distintos portavoces municipales en charla con El Español.

 

(El Español)