“Guaidó es ‘propietario’ de 11.000 estaciones de gasolina en EEUU (Citgo) y de varias refinerías…¿Cómo es posible que la gente de Las Mercedes y El Cafetal estén sin gasolina, teniendo como ‘presidente’ a ese magnate gasolinero…Ni un barquito con combustible les ha traído”, escribió recientemente el tuitero Ramón Echeverría, un comunicador radicado en Margarita.

 

El tono es humorístico, pero no se trata de un invento ni de una exageración. Mediante la oscura maniobra del gobierno encargado, Estados Unidos se las arregló para confiscar Citgo, una empresa propiedad de Petróleos de Venezuela que posee, en territorio estadounidense, los activos señalados por Echeverría.

 

A través de una interpretación imperial de las leyes, el gobierno de Donald Trump logró concretar esta acción de piratería corporativa, de manera que en términos de la formalidad jurídica estadounidense, Citgo es manejada por el gobierno que EEUU designó para Venezuela, encabezado por Juan Guaidó.

 

Amparado en ese tinglado jurídico, Guaidó ha designado a quienes ejercen la dirección de Citgo desde que fue robada, de modo que, en teoría, podría gestionar el envío de gasolina a Venezuela, sobre todo si se toma en cuenta que tendría licencia del país que ejerce el bloqueo, EEUU.

 

¿Por qué no se ha planteado? La primera razón salta a la vista, resulta más que obvia: el objetivo del momento es causar el mayor grado posible de descontento popular y todo el daño que se pueda a la estrategia venezolana contra el coronavirus. La escasez de gasolina abona en ese sentido. Cualquier medida que pudiera atenuar esa escasez sería contraria a los intereses de este sector opositor, aunque sea favorable a sus seguidores locales, atormentados por la falta de combustible.

 

La otra razón es que, en realidad, Guaidó no es quien decide en Citgo. Esa es otra de sus tantas facultades ilusorias. De esa empresa, propiedad legítima de todas las venezolanas y todos los venezolanos, se ha apropiado la camarilla gobernante de EEUU. Sus subalternos venezolanos solo reciben comisiones, aunque es necesario acotar que las cantidades en juego son tan fabulosas, que esas pequeñas regalías bastan para enriquecer por varias generaciones a todos los integrantes de la pandilla política opositora anotada en este negocio. Siendo una empresa bajo control de EEUU, mal podría oponerse a su propio bloqueo naval.

 

Adicionalmente, según informes que han circulado en las últimas horas, la directiva espuria de Citgo, manejada por la camarilla estadounidense bajo la fachada de Guaidó, en un lapso de un año ha puesto a la empresa (que había sido rentable por décadas) al borde de la quiebra, con pérdidas acumuladas que superan los 24 millones de dólares solo en el último trimestre de 2019. De manera que, debido a sus problemas financieros, es posible que ni siquiera en el supuesto negado de que existiera voluntad política, podría Citgo auxiliar a su casa matriz, Pdvsa, en este momento crítico.

 

(Clodovaldo Hernández / LaIguana.TV)

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