De acuerdo con un reportaje aparecido en el diario español ABC, una empresa mexicana estaría negociando con Petróleos de Venezuela, S.A. el canje de cinco millones de barriles de crudo por una cantidad no precisada de litros de gasolina, como una medida para paliar la situación de combustibles refinados en Venezuela, derivada de las sanciones ilegales impuestas por Estados Unidos sobre la industria petrolera desde el pasado año. 

 

 

La empresa a cargo de la transacción sería el Grupo Jomadi Logistics & Cargo S.A. de C.V.  Fue fundada en 2012, tiene su sede en la ciudad de Guadalajara, en el estado de Jalisco y recibió autorización del gobierno mexicano para la comercialización de mercancías asociadas con el negocio petrolero desde 2015, precisó ABC. 

 

 

Asimismo, en 2018 “declaró haber importado al menos mil millones de litros de turbosina, combustible de aviación destilado del proceso de refinación del petróleo crudo, y 18 millones de gasolina de diverso octanaje. Entre 2017 y 2018 declaró haber importado nueve millones de litros de diésel, según registros oficiales mexicanos”, detalla el medio. 

 

 

Las amenazas estadounidenses sobre las compañías petroleras que comercialicen con Venezuela, no parecen hacer mella sobre esta empresa. La copia del contrato publicada por ABC –que tiene fecha del 17 de mayo de 2020– indica que Jomadi recibirá la carga en Turquía entre el 25 de marzo y el 25 de julio. 

 

 

Adicionalmente, fuentes ligadas al negocio de combustibles en Estados Unidos y que consultadas por el diario en ocasión del reportaje, refirieron que la gran duda reside en la procedencia de la gasolina que intercambiará la compañía mexicana, porque “no es un cargamento menor el que se deberá entregar por cinco millones de barriles” y “tan grandes cantidades deben ser declaradas al gobierno mexicano, que debe tener constancia de su procedencia”. 

 

 

Esto se corresponde con la política de no injerencia en asuntos internos manejada por el presidente Andrés Manuel López Obrador y a la tradición política mexicana de cooperación con pueblos sancionados, como ocurrió durante décadas con Cuba, a quien México procuraba combustible en condiciones justas, pese al bloqueo impuesto por Estados Unidos. 

 

 

En este caso, al ser Venezuela un país que enfrenta duras sanciones y bloqueos financieros en el contexto de una pandemia mundial, el aval del gobierno mexicano para esta transacción, no solo es muestra de independencia política, sino un inmenso acto de solidaridad entre pueblos. 

 

 

Finalmente, vale la pena recordar que a pesar de que Pdvsa cuenta con complejos refinadores de primera línea, las medidas coercitivas unilaterales impuestas por la administración Trump, impiden que Venezuela pueda importar los insumos requeridos para la refinación de petróleo y la producción de combustibles, lo que dificulta el transporte de mercancías y personas, así como la generación de energía termoeléctrica, lo que ha obligado al Gobierno Bolivariano a intentar nuevos mecanismos para colocar su petróleo en el mercado internacional. 

 

 

(LaIguana.TV)

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