La decadencia y el retraso social de Estados Unidos se ponen en evidencia en los matices que han expresado en torno a la forma de encarar las protestas que sacuden al país  los dos hombres que se disputarán la presidencia el próximo 3 de noviembre: Donald Trump le declara la guerra a su propio pueblo, apelando a una ley de 1807; mientras Joe Biden, la supuesta alternativa, promete que en su gobierno no le dispararán a los manifestantes al pecho, sino a las piernas.

El sombrío panorama que afronta la superpotencia mundial fue plasmado por el filósofo y comunicador Miguel Ángel Pérez Pirela en su programa de televisión 2.0, Desde donde sea, que por segundo día consecutivo trató el tema de la crisis interna de EEUU.

«Para contextualizar hay que preparar bien el coctel. Estamos ante un fenómeno inédito en EEUU desde los años 60. Tenemos un país con protestas en 140 ciudades, 5 mil arrestados en medio de una pandemia de la cual es el epicentro y a meses de elecciones presidenciales», puntualizó.

«La respuesta que ha dado Donald Trump es echarle más gasolina al fuego. Invocó la Ley de Insurrección de 1807, para activar el Ejército en contra de la población civil. El secretario de Defensa (Mark Esper) dijo que las calles eran campos de guerra –expresó–. Creo entender que Trump le está declarando la guerra al pueblo de EEUU».

La actitud de Trump es opuesta a la de Philonise Floyd, el hermano de George Floyd (el afrodescendiente asesinado en Minneapolis por un policía blanco), quien hizo un llamado a la calma y a enfocarse en tomar decisiones correctas a la hora de votar. «A contrapelo de lo que declaró el hermano de George Floyd, Trump no para de atizar las contradicciones y está provocando al pueblo afroestadounidense, al pueblo hispano y a los caucásicos con algún grado de conciencia social», opinó el moderador.

Señaló que Trump ha estado oculto en el búnker de la Casa Blanca, emitiendo mensajes por Twitter, pero el lunes, faltando pocos minutos para que comenzara el toque de queda decretado en 25 ciudades, incluyendo Washington, salió de la Casa Blanca, cruzó la calle y se acercó a la iglesia que había sufrido daños horas antes. Para que el mandatario hiciera ese desplazamiento, los manifestantes que aún estaban allí fueron alejados a la fuerza. «Entonces sacó una Biblia, y en gesto demagogo, populista y apelando a su experiencia en el showbusiness (porque él es un personaje de programas de entretenimiento de la televisión estúpida, bobalicona gringa) hizo un gesto como si estuviera rezando. Hasta el obispo de la iglesia dijo luego que había sido una pantomima».

Pérez Pirela comentó que desde hace varias semanas en el programa se ha señalado que la actitud de Trump no es nada normal, en especial por sus desplantes ante el Covid-19, las  peleas con China y Rusia, la salida de la Organización Mundial de la Salud en plena pandemia, los ataques a Irán y Venezuela y sus ya cotidianas peleas con la prensa.

«Ahora amenaza con sacar a miles y miles de soldados fuertemente armados porque ‘soy su presidente de la ley y el orden’. Una frase electoral con la que dice que puede preservar la paz aunque se a tiros. Él está en campaña electoral y como fracasó con el Covid-19 y tiene 40 millones de desempleados, que pueden ser 50, su única salida es jugar al miedo del blanco caucásico frente al salvaje y bárbaro afrodescendiente, a los hispanos y los izquierdosos. Una desesperada campaña electoral», analizó.

¿Y qué decir del adversario de Trump en ese proceso electoral? Pues, Joe Biden  estuvo en los funerales de Floyd, lo que demuestra que también está en campaña y trata de sacar ventaja de estos infortunados acontecimientos. «Esto prueba que es  cierto lo que decía un dirigente, que la política es como la comida china, que a todos nos gusta, pero nadie quiere meterse en la cocina.

«Biden está como cocodrilo esperando. Su opinión sobre esto hace recordar lo que decía Robert Nozick, de que a veces se presentan los síntomas disfrazados de diagnósticos. Biden propone entrenar a policías para que disparen a las piernas y no al corazón. ¡Esa es la alternativa a Trump! Esto revela el nivel de decadencia y retraso social de EEUU como país. Se han especializado en tener los mejores científicos, artistas y deportistas, pero esas personas son parte de una élite, mientras el resto de la población come comida-chatarra, engorda y trabaja -subrayó-. No creo que vaya a cambiar nada en EEUU. Esto va a empujar a que Trump pierda y que todo cambie para que no cambie nada. Seguirán teniendo el poder los mismos. Ojalá esto pueda propiciar algún cambio, pero en EEUU no mandan ni siquiera los presidentes, sino una grandísima estructura industrial-militar que declara las guerras para vender armas».

Señaló que mientras los políticos hacen sus jugadas, los manifestantes tienen exigencias concretas, como que vayan a prisión  los otros tres policías que observaron inertes, impávidos como su compañero asesinaba por asfixia a Floyd.

Reveló que varias de estas ideas las había expresado durante el día en una entrevista internacional en francés con dos historiadores, uno que está en Minneapolis y otro en París.

Palabras y otros símbolos

Pérez Pirela desglosó el lenguaje empleado por Trump en sus comunicaciones sobre el tema, para encontrar trazas reveladoras. Dijo que el mandatario se dirigió a los alcaldes y gobernadores y les ordenó «establecer la presencia abrumadora de las fuerzas del orden hasta que la violencia sea sofocada». A su juicio, no es casual el uso de ese verbo. «Acaban de sofocar a un ser humano y Trump usa esta palabra. En EEUU los presidentes no utilizan las palabras informalmente».

Tampoco cree que sea casualidad el uso de la Biblia en su extraña excursión del lunes, pues, tal como Bolsonaro en Brasil, Trump tiene una parte de su apoyo electoral en el sector de los grupos religiosos. «Y Bolsonaro también tiene una guerra a muerte contra gobernadores y usa la biblia, igual que la dictadura boliviana que derrocó a Evo Morales. Hay que analizar esos signos y símbolos», observó.

Lo que significa la Ley de 1807

Refirió que el anuncio de Trump de que apelará a la Ley de 1807 tiene que ver con la negativa de algunos gobernadores, como el de Nueva York, a ejecutar sus órdenes de reprimir a los manifestantes. En EEUU, cada estado tiene atribuciones para decidir en temas de seguridad y defensa interna, pero el poder federal  puede intervenir si el estado ha sido sobrepasado.

La ley desempolvada por Trump autoriza “el empleo de las fuerzas terrestres y navales de EEUU para responder a cualquier insurrección, violencia interna, combinación ilegal o conspiración que obstaculice las leyes de EEUU”, explicó el presentador.

«Este señor se volvió simple y llanamente loco, pero es bueno tener presente un dato curioso: Trump puede activar esta ley sin consultar con el Congreso».

Además de amenazar con la aplicación de esa ley, es necesario considerar el peso que tienen las expresiones emitidas por Trump hasta ahora. «Las palabras de un presidente, y en especial las del presidente de EEUU, no son sugerencias sino órdenes. Por eso, tan pronto él habló, comenzó a lo largo y ancho de EEUU un sinfín de actos de violencia policial, como lanzamiento de gas contra manifestantes arrodillados y con las manos en alto, en Richmond. También mataron a tiros a un exjugador de fútbol americano en medio de disturbios. Le dispararon cuando regresaba de ayudar a otra persona en el centro de Indianápolis».

Con sus aplausos y reprimendas, Trump marca la pauta. Felicitó a las autoridades del distrito de Columbia (donde está la capital federal) porque no tuvo problemas la noche del lunes. «Muchos arrestos. Todos han hecho un buen trabajo. Fuerza abrumadora. Dominación», escribió en Twitter. En tanto, fustigó una vez más a los funcionarios de seguridad de Nueva York, ciudad sobre la que dijo: “A Nueva York la han tomado los saqueadores, los matones, los izquierdistas radicales. Y todas las demás formas de escoria y basura”.

Pérez Pirela sugirió imaginar el escándalo mundial que habrían generado estos tuits si los hubiera emitido el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moros.

«Esta es la democracia estadounidense que quiere invadir mi país, no nos deja producir gasolina ni comprar medicinas y alimentos porque aquí debe haber una democracia como esa. ¿A ustedes les parece que un presidente en esta situación, con 106 mil 120 muertos por Covid-19, diga esto para atizar una diatriba con un gobernador? ¿Qué dice la oposición venezolana que sale a marchar con banderas de EEUU? ¿Qué dice Guaidó, que fue recibido por este asesino? ¿Qué dicen todos los opositores que pasaron a postrarse ante el gran demócrata Trump para pedirle que los ayudara a derrocar a esta dictadura? Muchos se darán cuenta ahora que EEUU no es Disneylandia, que, por cierto fue una de las primeras empresas en cerrar y despedir a miles de trabajadores por el Covid-19».

Una integrante de la audiencia preguntó si había algún pronunciamiento de personajes como Luis Almagro y Michelle Bachelet. Sobre la alta comisionada de la Organización de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, la respuesta es afirmativa. Bachelet dijo: “Las protestas en EEUU destacan no solo por la violencia policial contra personas de color, sino por la discriminación racial endémica”.

Pérez Pirela consultó el diccionario sobre la palabra endémica y encontró que significa “Que afecta habitualmente a una región o país o que se repite frecuentemente y está muy localizada en un lugar”. Consideró significativo que la alta comisionada califique de esa manera el racismo en EEUU.

Trump sobre otras protestas

El Equipo de Investigación de Desde donde sea indagó sobre la posición que ha asumido Donald Trump ante situaciones de protesta en otros países o en EEUU en otras épocas. Esto son algunos de los resultados:

En 2014, a raíz de las protestas en Ferguson, Misuri, por el asesinato de Michael Bronx de 18 años, a manos del policía blanco Darren Wilson, dijo: “Nuestro país está totalmente fracturado y con nuestro débil liderazgo en Washington, se puede esperar que disturbios y saqueos como los de Ferguson ocurran en otras partes”.

En enero de 2020, sobre protestas en Hong Kong, Trump anunció que suspendía la entrada de ciudadanos chinos que representan un riesgo. También suspendió preferencias comerciales para Hong Kong y exigió que se investigue a empresas chinas que cotizan en la bolsa de EEUU”. Por eso es que China pregunta ahora por qué EEUU glorificó a las llamadas fuerzas independentistas de Hong Kong, los trató como héroes, pero critican a los manifestantes estadounidenses decepcionados con el racismo. “¿Por qué criticó a la autocontenida policía de Hong Kong, pero disparó contra sus manifestantes y movilizó a las tropas de la Guardia Nacional?”, se preguntó un vocero del gobierno chino. “China está esperando en la bajadita a Trump, igual que Rusia, que dijo ayer que ya EEUU no debe seguir opinando sobre derechos humanos”, comentó.

Las críticas por el doble rasero ante las manifestaciones no solo van contra Trump, sino también contra su archienemiga, la demócrata Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes. Un editorial de Global Times se tituló: “El hermoso paisaje se extiende de Hong Kong a EEUU”, en referencia a palabras de Pelosi en 2019, que elogiaba las protestas de Hong Kong como una imagen hermosa a la vista.

“Ella es enemiga jurada, declarada, acérrima de Trump. El día que Trump presentó su mensaje anual, ella lo rompió en su cara. Esto es otra demostración de que Biden y Trump son lo mismo. Y con Biden tal vez sea más fácil invadir Venezuela, porque es menos políticamente incorrecto que Trump”, acotó Pérez Pirela.

En cuanto a los antecedentes de Trump respecto a Venezuela, el Equipo de Investigación recordó que hace pocos días, el 21 mayo de 2020,  Trump decía que Maduro estaba rodeado y que algo pasaría en Venezuela porque “no vamos a aguantar a Maduro”.

Previamente, en 2019, le advirtió a la Fuerza Armada venezolana que perderían todo si no abandonaban a Maduro.

Cifras sobre racismo

En el tramo final del programa, leyó varios fragmentos de trabajos que muestran el racismo en EEUU a través de datos duros. Uno de ello es el artículo “La chispa de Minneapolis”, del intelectual argentino Atilio Borón. En esa investigación se señala que  el ingreso medio de los hogares estadounidenses era de  63.179 dólares, pero mientras el de los hogares “blancos” llegaba a 70.642, el de los afroamericanos se derrumbaba hasta los 41.361 dólares y el de los “hispanos” caía pero estacionándose en 51.450 dólares.

“Los blancos son el 64 % del país, pero el 30% de la población carcelaria; los negros suman el 33 % de los convictos siendo el 12% de la población. El 72% de los jóvenes blancos que terminan la secundaria ingresan ese mismo año a una institución terciaria, cosa que solo hace el 44% de los afrodescendientes. Las recurrentes revueltas de esa etnia oprimida atestiguan el fracaso de las tímidas medidas adoptadas para integrarla, como la tan discutida ‘acción afirmativa’. La pandemia del Covid-19 agravó la situación, poniendo de manifiesto la escandalosa discriminación existente: la tasa de mortalidad general por ese virus es de 322 por millón de habitantes y baja a 227 para los blancos, pero sube bruscamente entre los negros a 546 por millón. Y la depresión económica que la pandemia potenció exponencialmente tiene entre sus primeras víctimas a los afrodescendientes. Son ellos quienes figuran mayoritariamente entre los inscriptos para obtener el módico y temporario seguro de desempleo que ofrece el gobierno federal. Y además son el grupo étnico mayoritario que está en la primera línea del combate a la pandemia”.

Citó también datos de la investigadora Ashley Hower: «Sabemos que los afroestadounidenses sufren con esta enfermedad de forma desproporcionada. Ellos se están enfermando y muriendo a tasas más altas que el resto de estadounidenses. Eso está documentado. Ellos también están más expuestos debido al tipo de trabajo que realizan, pues están en primera línea como asistentes sanitarios, conductores de autobús, empleados de tiendas o de oficinas postales. Todos esos trabajos esenciales son cubiertos con frecuencia por personas negras, lo que potencialmente los pone en mayor contacto con la enfermedad».

Entre sus comentarios a lo largo del espacio, Pérez Pirela se refirió a una expresión del presidente Maduro el día lunes, cuando dijo que había alguien encerrado en una embajada. “¿Quién será? Supongo que no serás tú, Guaidó, porque en tu gobierno todo es supuesto, pero lo único verdadero es el baño que se ve detrás de ti en tu casa. Se te olvida cerrar la puerta… Que Ravell te asesore mejor”.

También lanzó una pregunta con piquete: “Si Guaidó depende de Donald Trump y a Donald Trump hasta le apagaron las luces de la Casa Blanca, qué va a pasar con Guaidó?” Y reflexionó acerca de lo cambiante que ha sido el acontecer mundial en los últimos tiempos. “Una cosa piensa el burro y otra el que lo monta. Los tiempos en política son muy relativos. Lo que era verdad en 2019 no va a ser verdad en 2020. Lo que era verdad a comienzos de 2020 ya no es verdad. Creíamos que lo habíamos visto todo: el año comenzó con el asesinato del general Soleimani, que anunciaba una tercera guerra mundial; entonces apareció la pandemia y lo cambió todo, pero ahora tenemos esta ola de protestas en EEUU”.

Libro

La obra recomendada del día fue  De Poe a Mallarme, ensayos de poética y de estética, del escritor francés Paul Valéry.

(LaIguana.TV)