Este miércoles 3 de junio, el filósofo y analista político Miguel Ángel Pérez Pirela disertó durante la edición 104 de su programa Desde Donde Sea sobre las causas tras la propagación de las manifestaciones antirracistas, antixenófobas y antisupremacistas dentro y fuera de los Estados Unidos, sin dejar de lado las reacciones y reacomodos dentro de la casta política estadounidense, de cara la venidera elección presidencial del 3 de noviembre.  

Movimientos tácticos dentro de un tablero que no renunciará fácilmente al racismo y al supremacismo

Para ofrecer contexto a la discusión, el analista político compartió con la audiencia algunos datos relacionados con las «fortísimas protestas» que surcan el territorio estadounidense de costa a costa. 

En ese sentido, destacó que la cifra de personas arrestadas por las fuerzas policiales ya roza las 10.000 almas y que mientras ayer parecía que Mark Esper, secretario de Defensa de la administración, estaba de acuerdo con la declaratoria de guerra «contra el ciudadano estadounidense medio que se encuentra protestando», hoy el funcionario se deslindó de la postura de Trump, al rechazar el uso de militares para contener a los manifestantes. 

Esta posición, refirió Pérez Pirela, contrasta con la de William Barr, fiscal general de los Estados Unidos y secretario de Justicia, quien fue el autor intelectual de la salida de Donald Trump de la Casa Blanca la noche de este martes para poner en marcha un show mediático en el que, Biblia en mano, fingió rezar, mientras se desarrollaba una jornada de represión contra las personas que manifestaban pacíficamente en las inmediaciones de la residencia presidencial.

De acuerdo con lo declarado por el propio Esper, estaba ajeno a los planes de Trump y Barr, creyendo incluso que la salida del mandatario obedecía a un interés por apersonarse en una iglesia cercana y constatar los daños que había sufrido, cuando los reclamantes volcaron su ira sobre el edificio. 

Otro dato de interés mencionado por el filósofo se refiere a la próxima aprehensión de los  otros tres policías que participaron en el asesinato de George Floyd, en tanto una de las principales demandas de los manifestantes y de la opinión pública estadounidense, como generalidad, es que estos efectivos vayan a prisión y también todos aquellos miembros de los cuerpos de seguridad que han asesinado a afrodescendientes, puesto que el martirio de Floyd, lejos de tratarse de un asunto coyuntural, tiene carácter estructural dentro de esa sociedad. 

Desde otro ángulo, algunos periodistas internacionales señalaron que Donald Trump había cumplido cabalmente su promesa de crear un muro, solo que éste no se había erigido en la frontera méxico-estadounidense, sino en los alrededores de la Casa Blanca y en vez de ladrillos, la pared está formada por soldados de Estados Unidos y tiene como propósito «proteger el ego, proteger la xenofobia y proteger el supremacismo» del presidente. 

Asimismo, también le mereció comentario la atención que atrajo la primera dama, Melania Trump, quien durante una aparición pública en la que lucía visiblemente malencarada y portando unos anteojos que le cubrían la mayor parte del rostro, se negó a sonreír, a pesar de que Trump le pidió que lo hiciera, algo que la mediática interpretó como una «protesta silenciosa». 

En río revuelto, ganancia de pescadores y la red de Joe Biden es grande

En parecer de Miguel Ángel Pérez Pirela, el rival de Trump en la carrera presidencial, está sacando el máximo partido de los desaciertos del actual gobernante, con miras a vencerle el próximo mes de noviembre. 

Actualmente, comentó, según sondeos de la cadena ABC, el demócrata aventaja a Trump por 10 puntos y esa brecha se explica a partir del descontrol «psicológico, político y mediático» que ha venido exhibiendo el presidente estadounidense durante las últimas semanas y que las fuertes protestas antirracistas y antisupremacistas, no habrían sino exacerbado. 

El contendor de Trump, no es ningún novato, recordó el comunicador, pues viene de ejercer la vicepresidencia durante el Gobierno de Barack Obama y justamente son el expresidente y su esposa, Michelle, quienes lideran su campaña política y, en cierto sentido, su carta de triunfo contra del republicanismo trumpista. 

Por ello, puntualizó, para dilucidar cómo avanza el ajedrez político en los Estados Unidos, es imperativo prestar atención a las palabras de Biden, quien hoy apareció en Filadelfia, ciudad histórica de la Costa Este vinculada al origen mismo de la nación, profiriendo unas declaraciones «muy fuertes» en contra de Trump.

Así, en lo que en toda regla puede calificarse de un acto electoral cuidadosamente calculado, Biden, entre otras lindezas, dijo: «El presidente que tenemos hoy es parte del problema y lo acelera. Cuando tuiteó que ‘al vandalismo se responde con disparos’, esas no fueron las palabras de un presidente, son las palabras de un policía racista en Miami, en los años 70. Donald Trump ha convertido a esta nación en un campo de batalla», citó el experto. 

En su criterio, si bien los ataques a la figura presidencial no son del todo infrecuentes dentro del contexto electoral, estas acusaciones tan directas no son tan habituales, pues sin eufemismos, Biden lo tildó de policía racista, aludiendo además a un contexto de violencia que aún pervive en el imaginario: el de Miami de la década de 1970.

Por su lado, la estrategia electoral de Trump se cimienta en apagar el incendio con gasolina, pues, como rememoró el director de La Iguana.TV, cuando anunció el envío de soldados fuertemente armados a los focos de protesta, se presentó como el presidente de «la ley y el orden», algo que Biden no pasó por alto. Al respecto, mencionó: «Guiado por resentimientos y miedo, piensa que dividir al pueblo, lo ayuda. 

En este punto y a modo de comparación, relató la respuesta que ofreciera el cantautor cubano, Silvio Rodríguez, luego de una disputa con el Gobierno: «¡Ay de aquél que piensa que es más importante que su país!», porque, en últimas, la crítica que formula Biden a Trump puede resumirse en que el mandatario estima que es más importante que el pueblo estadounidense, que la nación que dirige. 

Adicionalmente, el experto insistió que en Donald Trump existe la intención –manifiesta o no– de hacer sentir miedo al ciudadano blanco estadounidense, para poder pescar en río revuelto y ganar votos dentro de la mayoría blanca. «Se trata de una estrategia de ‘divide y vencerás'», precisó.

Y apuntando hacia la arrogancia del presidente estadounidense y el llamado excepcionalismo, comentó que tras el meme que reza «Ojalá Estados Unidos intervenga en los Estados Unidos, para derrocar al dictador de Estados Unidos y restablecer la democracia en los Estados Unidos» y el conocido chiste de que en Estados Unidos no hay golpes de Estado, porque en Estados Unidos no hay embajadas de Estados Unidos, se asientan grandes verdades. 

Una prueba de ello, en su opinión, es que las actuales protestas se parecen más a los movimientos desestabilizadores que las distintas administraciones han apoyado y apoyan en América Latina y en otros lugares del orbe, que a lo que venden a través de la industria cultural hollywoodense. 

Cerró este tema mencionando que aunque Estados Unidos está acostumbrado a criticar a otros países del mundo, y pretende dar ejemplos de democracia, criticar la represión; en suma: actuar como imperativo categórico mundial, después de los más recientes acontecimientos, como enfáticamente señalara la portavoz de la cancillería rusa, María Zajárova, «perdieron toda autoridad para hablar» sobre estos asuntos. 

Las protestas antirracistas, antixenófobas y antisupremacistas se extienden
 
La última sección del programa estuvo dedicada a comentar sucintamente la replicación de las protestas antirracistas, antisupremacistas y antixenófobas que se han registrado en distintos lugares del mundo, una situación que obedecería, según Pérez Pirela, a que el mundo está entrando en un proceso de reflexión sobre estos temas que impelen a los ciudadanos a manifestarse abiertamente, destacando que «no se trata de un fenómeno estadounidense». 
 
Inició el recorrido por el vecino Brasil, país que bajo la (des)administración de Jair Bolsonaro, ha resultado duramente golpeado por la pandemia de Covid-19, registrando, al momento de la emisión, cerca de 500 mil contagiados y aproximándose rápidamente a los 30 mil fallecidos, lo que lo convierte, tras Estados Unidos, en el segundo epicentro de la pandemia. 
 
A lo antes mencionado, hay que añadir las fosas comunes dispuestas para enterrar a los que han sucumbido a la infección y las favelas que, producto de la falta de Estado, se han autoorganizado bajo el liderazgo de bandas delincuenciales para enfrentar a la Covid-19. 
 
Aún en medio de tan acuciante escenario sanitario y social, el comunicador relató que el pasado domingo 31 de mayo, en Saõ Paulo, hinchas de Palmeiras y Corinthias abarrotaron la Av. Paulista exigiendo democracia a Bolsonaro y en Río de Janeiro y Porto Alegre se produjeron protestas similares. 
 
El saldo de las manifestaciones fue la represión y enfrentamiento entre manifestantes a favor y en contra de Bolsonaro, luego de que agentes de grupos afines al mandatario se infiltraran en la masa y generaran el caos, como ya ha sido reportado en distintos puntos de Estados Unidos. 
 
Desde el punto de vista simbólico, aludiendo a un medio local, el experto resaltó que, similarmente a lo que se ha apreciado antes en manifestaciones convocadas por el extremismo opositor en Venezuela, algunos marchantes acuden con banderas de Estados Unidos. Destacó el caso de una mujer pro-Bolsonaro, a la que una gráfica captó ataviada con la bandera del país del norte y con un bate de béisbol, deporte icónico de esa nación. 
 
Seguidamente, hizo mención al comentario de una usuaria residente en Australia, quien informó que allí manifiestan por los abusos policiales en contra de las comunidades aborígenes y en solidaridad con la injusticia cometida sobre George Floyd. 
 
Las protestas contra el racismo, la xenofobia y los abusos policiales se extendieron ya a Europa, según recogió el influyente diario francés Liberátion, pese a que apenas en los países se está retomando «la nueva normalidad», lo que el filosofo calificó como «una bomba de tiempo».
 
En París, relató, al menos 20 mil personas de diverso origen magrebí y africano, pidieron justicia para un joven que murió en 2016 en circunstancias no esclarecidas, pero que incluyeron abuso policial. 
 
Pérez Pirela, que residió varios años en la capital francesa y por ello conoce bien sus dinámicas societales, comentó que si bien ante la ley está consagrada una igualdad de derechos, en la práctica, esto está lejos de cumplirse, porque, análogamente a los Estados Unidos, la Francia contemporánea se levantó y se sostiene en los pilares del racismo, el colonialismo y la exclusión, algo que inicia de modos normalizados desde la escuela básica. 
 
Así, continuó, desde el sistema escolar se separa cuidadosamente a quienes habrán de ocupar plazas en las «Grandes Escuelas» –a las que se refirió en términos de «fábricas de funcionarios y políticos»–, de quienes deberán conformarse con una formación por debajo de esos estándares. Así, a las «Grandes Escuelas» pueden asistir solamente franceses caucásicos y franceses con orígenes magrebíes o subsaharianos, son excluidos de esas instituciones y relegados a trabajos que se consideran de primera, complementó.
 
Esta situación de marginación en Francia, continuó explicando, se ha traducido incluso en el espacio físico de París, pues en el centro de la ciudad ya no hay barrios populares. Han sido vaciados y llevados a las afueras, donde franceses considerados «de segunda» –tunecinos, argelinos, etcétera– viven hacinados en grandes bloques, como ocurre en Saint Denis, donde se registran las mayores tasas de infección y decesos por la Covid-19.
 
De allí que, siguiendo la tesis desarrollada en su obra «El Estado posible», afirmara que la estructuración del colonialismo, del imperialismo, es la xenofobia contra los pueblos del Sur del mundo, incluyendo a sus propios ciudadanos que son parte del Sur, aunque residan en el Norte. 
 
Por ello, «cuando en París se asesina a un joven francés de origen africano, es el exacto paralelo de Floyd en Estados Unidos y es el exacto paralelo de las intervenciones militares que hacen los Estados Unidos y la Unión Europea en los pueblos del Sur del mundo», reflexionó. 
 
A las protestas también se unieron Dublín y Londres, en las que miles de ciudadanos se congregaron para marchar en solidaridad a Floyd y en contra del racismo y supremacismo estructural. «Las vidas negras importan. Sin justicia, no hay paz», fue el eslogan adoptado por los manifestantes.  
 
De nuevo en América Latina, pero en Buenos Aires, argentinos mmarcharon hasta la Cámara de Comercio, protestando contra el racismo y exigiendo justicia por el caso Floyd. 
 
De modo tal que, aunque suene exagerado, en opinión del analista, estamos en una situación de guerra dentro de las fronteras de los Estados Unidos y para sustentar esta apreciación, trajo a colación las palabras del senador Ron Wyden, quien aseguró que «el discurso fascista de Donald Trump está al borde de ser una declaración de guerra contra el pueblo de Estados Unidos», algo que, como muestran las extendidas manifestaciones, aun en medio de una pandemia, se extenderían rápidamente. 
 
Hoy se marcha, entonces, contra «el supremacismo del Norte del mundo, que se cree superior incluso al planeta Tierra, al que considera como su inferior, su vasallo, y ve en la naturaleza como su materia prima y se exime de cualquier muestra de respeto hacia ella», concluyó. 
 
Libro del día
 
En esta oportunidad, recomendó la lectura de La magia de la crónica, escrito por el periodista, profesor y literato Earle Herrera. 
 

(LaIguana.TV)