Una decisión unánime de la Corte Suprema de EEUU determinó que los electores no pueden ejercer su propia voluntad y cambiar el apoyo a otros candidatos. Durante años, estos han tenido el poder de elegir al presidente, pero ahora quedan más restringidos que nunca. ¿Qué significa esta medida y cómo afecta a las futuras elecciones presidenciales?

Los estadounidenses no eligen a su mandatario de manera directa, como en otras democracias, sino a través de un eslabón intermedio llamado Colegio Electoral. Los residentes de cada estado eligen a sus electores de manera independiente y estos a su vez entregan su voto por uno u otro candidato. Es la mayoría de los electores y no la mayoría de la población la que decide quién será el próximo inquilino de la Casa Blanca.

Este sistema electoral a menudo da resultados contradictorios, como cuando Donald Trump obtuvo la victoria en las presidenciales de 2016 con la mayoría de los electores, a pesar de que Hillary Clinton ganó el voto popular.

Durante años, los electores de varios estados han sido libres de elegir a uno u otro candidato incluso en contra de la voluntad de la mayoría de la población. A estos electores se les llama ‘rebeldes’ o ‘desleales’. Pero ahora, en vísperas de las elecciones presidenciales de 2020, la Corte Suprema de EEUU ha dictaminado que los estados pueden castigar a sus electores por un voto ‘desleal’.

Sputnik ha conversado con Yuri Roguliov, director de la Fundación Franklin Roosevelt para el Estudio de EEUU en la Universidad Estatal de Moscú, para entender mejor el trasfondo de esta decisión y qué cambiará en el sistema político de EEUU.

Pero ¿por qué es necesario obligar a los electores a votar por el candidato más popular entre la población?

El Colegio de Electores fue una idea tomada de los padres fundadores como un instituto intermedio que pudiese corregir la voluntad popular. Con el tiempo, cuando EEUU adoptó el sufragio universal, permitiendo participar en las elecciones a las mujeres y minorías raciales, varios estados adoptaron también leyes internas que obligaban a los electores entregar su voto por el candidato más popular.

Esto dio paso a colusiones jurídicas, cuando en varias ocasiones algunos electores votaban por otro candidato, pero no había forma de castigarlos por eso.

«¿Qué significa esta decisión de la Corte Suprema? Que en EEUU existe una supremacía de la ley federal sobre las locales y, por ende, del tribunal federal sobre los tribunales regionales. Esta decisión da a todos los estados una base jurídica para exigir de cada elector que vote como lo hizo la mayor parte de la población», detalló Roguliov.

De esta manera, la Corte Suprema creó una base jurídica a nivel federal, que deberá ser respetada por todos los estados, sin importar su legislación regional, como hasta ahora.

Al ser preguntado por cómo afectará esta decisión las próximas elecciones, el académico aclaró que este fallo no afecta las elecciones que se celebrarán en el país norteamericano el noviembre próximo.

Al contrario de lo que muchos pueden suponer, no son los electores ‘rebeldes’ la razón detrás de que Donald Trump se convirtiera en presidente en las últimas elecciones, aunque hubiera recibido cerca de tres millones de votos menos que su principal oponente, Hillary Clinton. Esto se debió a que el número de electores en cada estado no es proporcional a su población.

«Esta discrepancia entre el número de votos electorales y el voto de la población no nos permite clasificar a Estados Unidos como un país donde cada voto se valora de manera igual, directa y universal«, subrayó el experto.

Roguliov explicó que esta colisión a menudo se discute y se critica, pero el sistema electoral del país no se cambia por una «razón muy sencilla»: EEUU es una federación. Si se elimina el sistema de votación de dos niveles, los estados con pequeña población perderán su representatividad.

«Debido a que EEUU es un sistema federativo y el derecho de cada estado es importante, el poder se basa en dos niveles hasta el día de hoy. Esto se mantiene para que los estados pequeños y su población no pierdan completamente su influencia en las elecciones», aclaró Roguliov.

Además, muchos estados tienen derechos electorales que no existen a nivel electoral y, de unificarse el sistema, perderían dichos derechos. Por esta razón, Roguliov concluye que es baja la probabilidad de que una reforma del sistema electoral de EEUU ocurra en un futuro próximo.

(Sputnik)