Desde el pasado fin de semana Estados Unidos busca justificar a toda costa su «nueva» estrategia de «máxima presión» contra Venezuela y para eso varios de los funcionarios del régimen de Donald Trump han manifestado que Colombia es su principal aliado para lograr tal cometido.

Durante los días domingo, lunes y martes, los funcionarios de Trump, entre ellos, el secretario de Estado, Mike Pompeo; el asesor de seguridad, Robert O’Brien; el jefe del Comando Sur, Craig Faller; entre otros, iniciaron una gira por República Dominicana, Panamá y Colombia con el propósito de ejercer presión en los Gobiernos actuales de esos países para aumentar la presión contra Venezuela y sobre todo la retórica mediática que busca afirmar que los venezolanos son una Nación de terroristas y narcotraficantes, para así poder justificar una intervención militar extranjera.

Tras la gira de los funcionarios de Trump, quien busca de forma desesperada ganar votos para tratar de levantar su imagen en las encuestas para los comicios presidenciales de noviembre próximo, en el que se mantiene por debajo de su contendiente Joe Biden por más de 10 puntos porcentuales, el régimen uribista de Iván Duque es el que más se ha movilizado en reiniciar la campaña de guerra sucia contra Venezuela, al pedir a los países de la región que aumenten el bloqueo total contra el país -incluso a pesar de los fuertes embates de la pandemia de la COVID-19- alegando que necesitan derrocar al gobierno que preside Nicolás Maduro.

Lo más reciente de Duque es asegurar, tal y como lo ordenó la administración Trump, que Venezuela supuestamente promueve el terrorismo en la región y el narcotráfico, ambos flagelos que en términos reales conceptualizan y describen precisamente a lo que acontece diariamente en la realidad colombiana, principal productor y distribuidor de drogas del mundo, y epicentro de masacres diarias contra líderes sociales, activistas de derechos humanos y políticos que adversan al uribismo.

Según Duque, ahora Venezuela y el Gobierno de Maduro, están entregando a través de sus fuerzas armadas, lotes de armas que provienen de Rusia y Bielorrusia -este último país atacado por acciones violentas de calle con fines sediciosos que pretenden derrocar el gobierno de Aleksandr Lukashenko- a los históricos grupos rebeldes que están en territorio colombiano y que asumieron la vía armada hace más de medio siglo como lucha política, ante la persecución y ejecuciones realizadas contra ellos por el Estado, los paramilitares y narcotraficantes que son sus principales enemigos.

Dice Duque: «Tenemos información de inteligencia de mucho tiempo atrás que confirma que miembros de la Fuerza Armada venezolana, triangulan armamento proveniente de países como Rusia y Bielorrusia a estas estructuras en zonas de frontera. Afortunadamente tenemos la capacidad de saber y denunciar».

El mandatario colombiano, quien en anteriores oportunidades ha mentido sobre Venezuela, como lo hizo con el informe llevado por él mismo a la Organización para las Naciones Unidas (ONU) que pretendía justificar que supuestamente el Gobierno de Maduro «financia, protege y apoya» a los grupos rebeldes como el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejército del Pueblo (FARC-EP), mentira incluso corroborada por los medios colombianos, también dijo el ministro de la Defensa venezolano, Vladimir Padrino López, estaría trayendo armas desde Irán para lo que él dice es «una estructura criminal».

«Quiero expresar que hay información de organismos de inteligencia internacional que trabajan con nosotros, que muestran que hay interés del régimen de Nicolás Maduro de adquirir misiles de mediano y largo alcance a través de Irán, la información es que no han llegado, pero que se han venido haciendo aproximaciones con instrucciones de Padrino López. Todo eso muestra esa estructura criminal», dijo Duque sin presentar una sola prueba, algo reiterativo en las acusaciones contra Maduro, tal y como lo hace Estados Unidos para justificar la imposición del bloqueo total al país, sobre todo en bienes y servicios fundamentales como alimentos, medicinas, combustibles, gas doméstico, electricidad, agua, entre otros.

Duque, quien se presta también para el plan de hacer creer que en Venezuela hay un Estado paralelo gobernado por Juan Guaidó, a quien nadie eligió para el cargo de presidente, ha participado en distintas actividades sediciosas contra el país, como el intento de invasión desde Cúcuta, el entrenamiento de mercenarios que participaron en la fallida incursión paramilitar denominada operación Gedeón, varios intentos de magnicidio y golpes de Estado, que son acompañados por una brutal campaña de bloqueo contra los venezolanos que busca asfixiarlos y deteriorar al máximo su calidad de vida, para así tratar de inducir a una implosión social que les permita derrocar a Maduro, algo que no han podido lograr.

Recientemente, recordemos, el senador gringo Marco Rubio- sin mostrar ninguna prueba- dijo que la  alianza entre Venezuela e Irán «se trata de armas», lo cual sería una supuesta «amenaza directa a Colombia y a Estados Unidos»

(LaIguana.TV)