La debacle política de Donald Trump y la de su agente local, Juan Guaidó, fue el tema abordado por el filósofo y analista político Miguel Ángel Pérez Pirela en la edición 180 de su programa Desde Donde Sea, transmitido este 5 de octubre a través de las plataformas de YouTube, Instagram y Facebook.
 
La lengua es castigo del cuerpo: la COVID-19 de Trump
 
El «bajo nivel moral y político» que caracterizó el primer debate presidencial entre Donald Trump y Joseph «Joe» Biden, estuvo salpicado, entre otros despropósitos, de los cuestionamientos que le hiciera el actual presidente estadounidense y candidato a la reelección a su contendor, relacionados con el uso de mascarilla para protegerse del contagio de la COVID-19, refirió el analista. 
 
Trump, tan septuagenario como Biden, intentó descalificarlo por llevar tapabocas y promover su uso entre la población, le acusó de tener avanzada edad y mala salud –lo que, según él, le impediría «llevar las riendas de la nación»–, y se presentó, en contraste, «como una especie de Superman al que no le daba coronavirus, pero pocas horas después, resultó positivo al COVID-19».
 
El experto recordó que desde el inicio de la pandemia, el inquilino de la Casa Blanca, desestimó el peligro virus y aún después de que su país se convirtiera en el epicentro mundial y que la infección vírica se cobrara más de 100.000 vidas, siguió calificando de «débil» a todo aquel que usara mascarilla para prevenir el contagio. Inclusive, llegó a recomendar públicamente la ingesta de desinfectantes, como medida contra el SARS-CoV-2. 
 
Más todavía: su actitud irresponsable alentó a la población a prescindir de esta medida sanitaria básica y lo expuso al contagio. Tras ser ingresado el 2 de   octubre al Centro Walter Rick, en las afueras de Washington, no ha depuesto su actitud arrogante y ayer 4 de octubre, paseó acompañado por dos agentes del Servicio Secreto en un carro blindado y sellado por las afueras del hospital para saludar a sus seguidores. 
 
Medios estadounidenses relataron que al volver al centro de salud, el gobernante sufrió una reprimenda de parte del director, quien lo increpó por exponer la salud de los agentes, indicó el también director de LaIguana.TV.
 
Pese a que Trump es una persona de edad avanzada con problemas cardíacos y obesidad, pidió ser dado de alta este lunes y aprovechó la ocasión para exhortar a los estadounidenses a que no temieran al virus. 
 
Pérez Pirela estima que si bien es cierto que la sorprendentemente rápida recuperación del mandatario, dados sus factores de riesgo, ha hecho que algunos duden sobre su enfermedad, esta tesis no le parece consistente con la imagen pública que Trump ha construido, que es la de «chico malo». 
 
Así, considera improbable que apele a la lástima para ganar algunos votos, muy especialmente porque sus votantes valoran su actitud «invencible», pero tras el primer debate, deja abierta la posibilidad de que incluso una tesis aparentemente poco verosímil, como que Trump haya inventado su enfermedad, resulte cierta.
 
Según un artículo publicado por The Wall Street Journal consultado por el experto para el programa, Donald Trump ocultó los resultados de su primera prueba para detectar COVID-19 y concedió una entrevista a la cadena Fox News, a sabiendas de que probablemente estaba enfermo.
 
En la conversación, indica el diario, solamente aludió al contagio de su asistente personal, Hope Hicks y no advirtió al periodista que le entrevistaba del riesgo que corría.
 
Sin resquicio de arrepentimiento por su irresponsabilidad moral, la noche de ese mismo día, Trump anunció en Twitter que su prueba PCR para la COVID-19 había resultado positiva y que se autoaislaría. 
 
«El descaro y el despropósito de Donald Trump son impresionantes, no tienen límites. ¿Cómo confiar en él en tanto candidato presidencial?», se preguntó retóricamente el analista político. 
 
Una cosa es la retórica y otra la realidad: Guaidó y su derrota en Londres por el control del oro venezolano
 
Miguel Ángel Pérez Pirela destinó el segundo segmento del programa a comentar la derrota que sufriera el diputado Juan Guaidó ante la justicia inglesa por el control de 31 toneladas de oro pertenecientes al Estado venezolano, que reposan en las bóvedas del Banco de Inglaterra (BoE, por sus siglas en inglés). 
 
Durante las últimas semanas, el parlamentario «hizo alardes odiosos –pues se burla de las viscisitudes del pueblo–» sobre el oro depositado en Inglaterra, del que intentó echar mano en contubernio con el gobierno de ese país, que dice reconocerlo como «presidente interino» de Venezuela. 
 
Sin embargo, este 5 de octubre, el Tribunal de Apelaciones de Londres anuló la sentencia con la que una corte comercial otorgó el control a Juan Guaidó del oro venezolano y ordenó abrir una investigación a profundidad para determinar a quién le corresponde controlar el oro, si al gobierno encabezado por el presidente Nicolás Maduro o a Juan Guaidó. 
 
Entre los alegatos que soportan el fallo judicial está que si bien los magistrados reconocen que Juan Guaidó puede ser el «presidente de jure», eso no excluye que Nicolás Maduro sea el «gobernante de facto» del país suramericano, lo que se compadece con el hecho de que, como adujo el Banco Central de Venezuela, Londres no ha roto en ningún momento relaciones diplomáticas con Caracas –pese a las declaraciones públicas que parecieran dar cuenta de lo contrario–, al punto que ambos gobiernos mantienen sus embajadores debidamente acreditados. 
 
El pasado 2 de julio, un tribunal londinense dijo que el Reino Unido reconocía «inequívocamente» a Juan Guaidó como presidente de la República Bolivariana de Venezuela; reconocía, por tanto, la «junta directiva ad hoc» del Banco Central de Venezuela designada por él, quien al ser parte de este ente, podía tener el control de las 31 toneladas de oro.   
 
Esta decisión, recordó el experto, estuvo antecedida de sendas cartas enviadas por Guaidó a la exprimera ministra Theresa May y al exgobernador del BoE para que no le entregaran el oro al gobierno de Maduro, so pretexto de que se lo robaría.
 
Este argumento es, en su parecer, cínico, toda vez que el todavía diputado, en poco menos de dos años, se ha apropiado irregularmente de la petrolera Citgo en los Estados Unidos y de Monómeros en Colombia, ha bloqueado cuentas de la República y «ha tratado de robarse 31 toneladas de oro», aduciendo que lo hace para que Maduro no se las robe.
 
Lo que nunca ha quedado demasiado claro es el destino que el Proyecto Guaidó ha dispuesto para estos recursos. Si se atiende a las declaraciones de Vanessa Neumann, «representante» de Guaidó en Londres, en ocasión del fallo de julio, se descarta que serían utilizados para atender las necesidades de la población venezolana, derivadas de la pandemia, pues entonces la pseudofuncionaria dijo que no era «una cuenta corriente» para atender una crisis temporal.
 
En contraste, el gobierno venezolano –que desde 2018 ha intentado infructuosamente recuperar esos activos– demandó al banco inglés por impedirle disponer de oro, que sería transferido a organismos internacionales para gestionar la pandemia. 
 
Como dato adicional, Pérez Pirela puntualizó que el BoE alberga en sus bóvedas 400.000 lingotes de oro y es la segunda institución financiera con mayor cantidad de este metal resguardado. Solamente la supera el Banco de la Reserva Federal de Nueva York. 
 
A pesar del evidente revés que sufrió hoy su proyecto de apropiación ilícita de activos, Juan Guaidó intentó presentarlo como una victoria, pero, el comunicador estima que esa derrota «es proporcional a la decadencia política que atraviesa Donald Trump», en los Estados Unidos.
 
Paga menos impuestos que una maestra de escuela: el escándalo de evasión tributaria de Trump
 
En otro orden de ideas, el experto en comunicación política hizo referencia al trabajo de investigación presentado por el diario estadounidense The New York Times –»enemigo» de Donald Trump–, en el que, con base a documentos detallados de las declaraciones de impuestos federales del mandatario hasta el 2018, informó que este no había cancelado impuestos federales por ingresos en 11 de los 18 años considerados y que durante los dos primeros años de su presidencia, apenas canceló al fisco estadounidense 750 dólares, muchísimo menos que lo que debe pagar un trabajador ordinario, como una maestra de escuela.  
 
Cuando fue increpado por esto en el debate del pasado 29 de septiembre, el gobernante culpó a su antecesor, Barack Hussein Obama, por haber promulgado leyes que dejaban resquicios para que los más ricos pudieran librarse de pagar cuantiosas sumas por concepto de impuestos federales. 
 
Biden respondió que aunque era cierto que tales instrumentos jurídicos existían, él no había hecho nada para cambiarlos y le prometió a la audiencia que derogará esas leyes cuando sea presidente. 
 
El Times acusa a Trump de usar métodos cuestionables para eludir el pago de impuestos, como el reembolso de 72,9 millones de dólares –hoy bajo auditoría del Departamento de Hacienda – que le habrían permitido eludir el pago de impuestos, a lo que se agrega que muchos de sus negocios ––como los campos de golf– le generan enormes pérdidas.
 
Sin embargo, este medio insiste en que a pesar de que Trump declaró pérdidas millonarias, mantuvo un estilo de vida lujoso, manteniendo varias residencias, aviones y gastando 70.000 dólares en peluquería para sus apariciones ante las cámaras.
 
Su hija Ivanka habría recibido honorarios de consultoría que también ayudaron a bajar la cuenta familiar de impuestos. 
 
Además, The New York Times indica que durante su presidencia, ha recibido ha recibido más dinero de fuentes extranjeras y grupos de interés dentro de Estados Unidos.
 
Aludiendo al trabajo periodístico, Miguel Angel Pérez Pirela refirió que Trump se presenta como un hombre exitoso, el mejor empresario de los Estados Unidos y esa imagen es su fundamento electoral. No obstante, prefiere quedar mal como empresario antes que pagar al Estado lo que le debe. 
 
Esta imagen de empresario exitoso se derrumba rápidamente, si se recuerda que durante la década de 1990 se declaró en bancarrota en seis oportunidades y solamente pudo reflotar gracias al reality show «The Apprentice», que le devengó unos 400 millones de dólares en ganancias y además sirvió para construir el mito de hombre de negocios exitoso y experto en finanzas con el que la mayoría de la gente lo identifica. 
 
Cuando anunció su candidatura a la presidencia en 2015, continuó relatando el comunicador, muchos estimaron que era una forma de relanzar su marca personal, mas en ese período, lejos de registrar ganancias, acumuló pérdidas por el orden de los 37,4 millones de dólares.
 
Desde los tiempos de Richard Nixon, que fue descubierto evadiendo impuestos, los candidatos presidenciales han hecho públicas sus declaraciones tributarias y el acto se asume como una demostración de honor y de honestidad, al tiempo que permite mostrar que contribuyen con el fisco.   
 
Donald Trump, reporta el Times, se ha negado a presentar su declaración, aduciendo que se encuentra bajo auditoría por el reembolso de más de 72 millones de dólares que recibió en 2010, mas eso, subrayan, no le impide hacer público cuánto pagó en impuestos federales. 
 
Aprovechan, asimismo, para denunciar que durante su mandato ha sobregirado los fondos públicos «en proyectos extravagantes como el muro fronterizo y ha incrementado la deuda nacional en un billón de dólares».
 
Los efectos del primer debate sobre la campaña presidencial en los EE.UU.
 
Para cerrar la edición, el experto presentó algunos de los efectos del primer debate electoral sobre la campaña a la presidencia de los Estados Unidos y en ese sentido, destacó que la mayor parte de los analistas coincide en otorgarle al demócrata «Joe» Biden, si no la victoria, al menos un empate en la contienda. 
 
Antes del intercambio, aventajaba a Trump –quien había apostado todo al debate, donde es más fuerte– por nueve puntos, lo que augura un escenario complicado para la reelección del actual mandatario y una bastante probable victoria de Biden. 
 
De su lado, la Comisión Nacional de Debates confirmó el debate entre los candidatos a la vicepresidencia, Kamala Harris y Mike Pence. Está pautado para el próximo 7 de octubre y tras la amarga experiencia del 29 de septiembre, se modificaron algunas reglas, entre ellas, que Harris y Pence estarán distanciados a casi cuatro metros, como medida de seguridad ante la COVID-19. 
 
Por otra parte, de acuerdo con una encuesta realizada por The Wall Street Journal y la cadena NBC luego del primer debate, Biden aventaja a Trump por 14 puntos, contando con el 53% del respaldo de los votantes registrados, mientras que el candidato republicano solo es  apoyado por el 39%. 
 
El 49% de los entrevistados opinó que Biden ganó el encuentro, frente al 24% que aseguró que Biden lo hizo mejor. 
 
El promedio nacional antes del debate era de nueve puntos y una medición del mes de septiembre realizada por los mismos entes indicaba que la ventaja de Biden era de ocho puntos.  
 
El escenario proyectado no luce favorable para el candidato-presidente, que además debe lidiar ahora con la COVID-19 y las consecuencias a sus burlas sobre «Joe» Biden y la tan anhelada «sorpresa de octubre» resultó ser, no una guerra o una invasión militar, sino la enfermedad de Trump.
 
Empero, Pérez Pirela insistió en que las contiendas electorales en los Estados Unidos no son sencillas de definir, puesto que se trata de una elección de segundo grado, razón por la cual, aunque Biden obtenga, por ejemplo, seis millones de votos más que Trump, debe vencerlo también en los colegios electorales. 
 
Aún así, la victoria del candidato a la reelección luce muy cuesta arriba y estaría necesitado, literalmente, de un milagro.
 
Libro del día
 
«Memorias del subdesarrollo», de la autoría del narrador Edmundo Desnoes. Se trata de una novela sobre la realidad cubana, escrita en clave crítica, ambientada en el período inmediato a la Revolución.
 

(LaIguana.TV)