«No se habla a nivel internacional de lo que está pasando en Colombia. Los medios globales y hasta los medios colombianos callan la lucha del pueblo y la represión de la que es víctima. Alrededor de las 70 masacres en lo que va de año, una genuina crisis humanitaria, no solo en lo sanitario y económico, sino también por el atentado directo, flagrante contra los derechos humanos conforman la realidad de este país, que es encubierta por un velo mediático. Ese pueblo lucha en el silencio», afirmó Miguel Ángel Pérez Pirela.

Convencido de la existencia de esa operación de ocultamiento de las protestas y los escándalos, dedicó la emisión de su programa Desde Donde Sea del miércoles 21 de octubre a compensar, en la medida de lo posible, esa falta de información.

Un paro nacional

Una de las noticias importantes que el aparato mediático se las arregla para ocultar o restarle importancia es el paro nacional que está en desarrollo.

La convocatoria la hizo el Comité Nacional del Paro. Participan  organizaciones comunales, estudiantiles, sindicales, de mujeres, transportistas y comerciantes, entre otros.

Las solicitudes de los manifestantes son, entre otras, la renuncia del ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, por los excesos cometidos por la policía durante las protestas de 2019 y 2020; el incremento de las masacres y los asesinatos de líderes sociales; y por la presencia de tropas estadounidenses en el territorio colombiano.

Recordó Pérez Pirela que en Colombia, la policía se encuentra  bajo la autoridad del Ministerio de Defensa por lo que responde a mandos militares.

Según el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz), durante 2020 ha habido 68 masacres, donde han muerto 270 personas, y 233 líderes sociales han sido asesinados. Del mismo modo, 234 exguerrilleros fueron ultimados desde la firma del acuerdo de paz, en 2016. A estas cifras deben sumarse el asesinato de 40 líderes indígenas. «Terminó Santos con un premio Nobel y Uribe poniendo a su ‘peor es nada’ en la presidencia, mientras los que dejaron las armas han terminado masacrados», comentó.

El paro también es en protesta por la compleja situación laboral y en solidaridad con los trabajadores de distintos sectores que han visto mermados sus beneficios salariales por recortes, posibles privatizaciones o pasivos acumulados durante la pandemia.

«En medio de este desastre, Duque se dedica a hablar de Venezuela y participar en la campaña de Trump en Florida», denunció el presentador del programa.

 Los líderes del paro han dividido sus objetivos en cuatro ejes transversales: vida, democracia, paz y negociación del pliego de emergencia. Los primeros tres puntos se condensan en:

  • Rechazo a asesinatos, masacres y a la brutalidad del aparato represivo, a más de un mes de la muerte del taxista Javier Ordóñez por abuso policial.
  • Defensa de los acuerdos de paz firmados entre el Estado y las FARC y su implementación.
  • Demanda de respeto pleno a la protesta y a las libertades ciudadanas.
  • Exigencia de independencia judicial.
  • Garantizar la atención durante la pandemia y las condiciones laborales y de bioseguridad para los trabajadores de la salud.
  • Garantizar la matrícula cero en las universidades públicas.
  • Acceso a una renta básica por mínimo seis meses para personas en condiciones de vulnerabilidad.
  • Salvamento de las micro, pequeñas y medianas empresas ante la crisis por el coronavirus.
  • Defensa de la soberanía y seguridad alimentaria.
  • Protección de sectores sensibles o discriminados como mujeres, población LGBTI y afrodescendientes.
  • Rechazo a los decretos presidenciales de emergencia por considerar que han desmejorado las condiciones de vida.
  • Repudio al Decreto 1.174, que crea un nuevo esquema de protección social para quienes trabajan a tiempo parcial.
  • Defensa de las empresas estatales ante las posibles privatizaciones.

Resaltó Pérez Pirela que las demandas de independencia del Poder Judicial se han acentuado luego de que, apelando a una serie de manipulaciones, el expresidente Álvaro Uribe Vélez fue dejado en libertad, tras apenas unos días de «hacienda por cárcel».

Como otro ejemplo del manto de silencio que se ha tendido alrededor de las luchas populares de Colombia, mencionó la situación de los docentes, que solo son mencionados en la prensa para descalificarlos. Citó declaraciones del presidente Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación (Fecode), Sergio Alarcón, quien dijo: «rechazamos amenazas y estigmatizaciones que se le hacen al magisterio colombiano, a Fecode, a los maestros, maestras y líderes en las zonas más alejadas del país. El gobierno nacional no hace nada para proteger la vida”.

Abrió un paréntesis para acotar que la actitud de los medios internacionales sobre el paro y otras incidencias de la crisis colombiana es muy similar a la que tuvieron respecto al triunfo del MAS en Bolivia. «Hicieron mutis o apenas una breve reseña, como si no importase. Pero hace un año, todos los noticieros europeos mostraron hasta la saciedad a la dictadora Áñez, cuando le dieron un golpe de Estado a Evo Morales».

Las causas reales de la protesta

Pérez Pirela señaló que, como es habitual en Duque y sus ministros, han tratado de culpar a la subversión y al gobierno de Venezuela por el clima de conflictividad. Pero las causas reales de la protesta se hacen wvidentes en cifras emitidas incluso por organismos oficiales, como el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE).

Este ente reveló que en 2019 la incidencia de la pobreza monetaria en el total nacional fue de 35,7%, lo que representa un aumento de 1,0 punto porcentual frente a 2018, es decir, que 661.899 personas ingresaron a esta situación. En el caso de la pobreza extrema el aumento fue de 1,4%, o sea, 728 mil 955 personas.

«Para 2020, con el coronavirus, las expectativas son todavía menos alentadoras. Y conste que en Colombia no hay bloqueo ni sanciones, por el contrario, recibe préstamos del FMI, del  Banco Mundial y de gobiernos europeos y tiene acceso total a financiamiento», expresó.

La minga

Al paro se le unió en Bogotá la marcha de la Minga Indígena, que llegó a la capital colombiana el pasado domingo a la espera de establecer un diálogo con el presidente Iván Duque, y que debió irse este miércoles sin conseguir su objetivo.

El presentador de Desde Donde Sea señaló que, ante solicitudes de usuarios del programa,  se buscó información acerca del significado de esta expresión de los pueblos indígenas. Explicó que en quechua, la palabra «minga» o «minka» hace referencia a la reunión de diversos actores, saberes y herramientas en busca de un objetivo común. Es una institución precolombina que sirve para todo: desde la construcción de un puente hasta la preparación de un almuerzo.

Leyó fragmentos de algunos de los materiales recopilados en los que se citan palabras de la vocera  Marilen Serna, miembro de la comisión política de la Minga. «Cada grupo apoya con lo que puede, comida, guardia, autoridades, música, pero el fin es la construcción de un país mejor».

«Una cosa es la minga como acto de reunión y otra es la Minga Indígena, el movimiento de protesta que se creó en el sur de Colombia a finales del siglo pasado en busca de reivindicar sus derechos. Cuando los indígenas de varios grupos sintieron que las pautas multiétnicas e igualitaristas de la Constitución de 1991 no se estaban cumpliendo, se organizaron y empezaron a protestar bloqueando una neurálgica carretera del sur del país, la Panamericana.

Desde entonces, los miembros de la Minga se enfrentaron a todos los gobiernos, pero con dos picos de tensión importantes: en 2008, con Álvaro Uribe en el poder, y ahora, con su aliado, Iván Duque, al frente del Palacio de Nariño», detalla uno de los documentos periodísticos.

«En el 2008 nos movilizamos por cuatro elementos: vida y derechos humanos, territorio, paz y modelo económico. Y hoy, incluso con la firma de la paz, la situación es la misma. O peor, porque tiene el sinsabor del fracaso del proceso«, explica Serna. «Antes nos mataban, pero ahora estamos ante un genocidio».

Otros datos plasman la situación estructural de los indígenas en Colombia, que representan un 5% de la población de 50 millones de habitantes: de los 66 pueblos indígenas del país, reporta la ONU, 34 están en vías de extinción; y, según cifras oficiales, la pobreza en poblaciones indígenas es del 63%, el triple que el promedio nacional.

Según conocedores de la realidad neogranadina, es probable que la Minga Indígena tenga más experiencia en protesta que cualquier otro movimiento político en Colombia.

Los indígenas tienen varios puntos en común con el Paro: la demanda por una implementación más proactiva del acuerdo de paz y principios como la protección al medio ambiente.

En contra de la Minga Indígena han surgido voces como la del Consejo Gremial Nacional, una asociación de empresarios, que en un comunicado aseguró que el «incumplimiento (de protocolos de bioseguridad) atenta contra la salud, no solo de quienes hacen parte de la marcha, sino de todos los colombianos».

Exigencias de la Minga

Los integrantes de la Minga Indígena han consignado documentos en los que exponen sus exigencias:

  • Una verdadera reforma agraria, estructural e integral desde los pueblos y sectores sociales del país para conservar y proteger la casa común o madre tierra.
  • Ordenar la anulación de todo tipo de concesiones, licencias ambientales para proyectos minero energéticos que atenten contra la vida y el equilibrio natural donde habitan los pueblos y sectores comunales y sociales.
  • Adoptar e implementar los modelos propios de planificación territorial comunitario urbano y rural como fundamento de los pueblos, alternativas y políticas juridicas frente al modelo neoliberal que atenta contra la vida.
  • Adoptar y operativizar las políticas públicas para dar cumplimiento a la declaración n de las Naciones Unidas sobre los derechos de los campesinos y otras personas que trabajan en las zonas rurales.
  • Prohibir las aspersiones aéreas con sustancias químicas para evitar el envenenamiento de territorios y comunidades rurales que garantizan de manera concertada la política y planes económicos de desarrollo comunitario en el marco de los planes de vida.

 «Un detallazo de parte de Duque: viajó de urgencia a la ciudad de Quibdó el lunes en la noche y alegó que por eso le resultaría imposible un encuentro con la Minga social que se encuentra en la Plaza de Bolívar.

Según las versiones de prensa, siempre favorables al statu quo, el presidente no se prestó para «una negociación con ultimátum» y criticó las marchas en tiempos de pandemia; sus funcionarios propusieron mesas de negociación lejos de la capital y algunos de sus aliados políticos y mediáticos dijeron que los indígenas estaban infiltrados por la subversión.  «Lo cierto es que Duque huyó y no precisamente por la izquierda», apuntó el filósofo y comunicador.

Piedad Córdoba ironizó en su cuenta Twitter: «Definitivamente a la minga indígena le faltó estrategia, debieron arrancar no desde el Cauca sino desde Cúcuta diciendo que venían de Venezuela con Guaidó… así el mismo Duque habría salido a recibirlos a la entrada a Bogotá y hasta se monta en una chiva».

«Tiene asidero esto que dice la amiga Piedad Córdoba, a quien tuvimos como invitada en este programa: Duque prefiere recibir a peleles que se autoproclaman presidentes, y no a su mismo pueblo. A los indígenas ni siquiera les abre una ventana para asomarse».

Para subrayar su denuncia sobre las manipulaciones mediáticas que surgen alrededor de Colombia, Pérez Pirela llamó la atención acerca de un hecho significativo: sobre los motivos de la Minga Indígena casi no se publicó información, pero, en cambio, se hizo viral un video en el que una mujer se dirige a los participantes de la protesta con insultos racistas. “¡No los queremos, que se vayan para la tierra. Que son ignorantes, son brutos, tercos, son porquerías!”, dijo esta señora uribista, en lo que, a juicio del moderador, refleja que la guerra civil continuada de Colombia ha exacerbado el racismo de una parte de la sociedad

El parlamentario Gustavo Bolívar dijo respecto a la mujer: «Tiene que volver a nacer para llegar a comprender la lucha  indígena».

«Los miembros de la Minga no respondieron a la agresión, dando un cachetada moral y ancestral. Como en Bolivia, los indígenas demostraron que tienen un alto nivel de organización, de conciencia y de poder cambiar el curso de los acontecimientos políticos», destacó Pérez Pirela.

Ahora matan a opositores directos

El panorama colombiano tiene todavía más aspectos escalofriantes. Pérez Pirela leyó otra reseña periodística en la que se indica que ante el reciente asesinato de dos integrantes del partido Colombia Humana, en Huila y Cauca, el senador y excandidato presidencial Gustavo Petro, le exigió al Gobierno Nacional que convocara de manera urgente la mesa técnica de garantías para proteger a los miembros de su organización política.

El Gobierno ya anunció que fue convocada para el lunes y en ella participarán la Procuraduría, la Organización de las Naciones Unidas, la Fiscalía, Ministerio del Interior, la Unidad Nacional de Protección y, obviamente, Colombia Humana.

«La masacre comienza con exguerrilleros, continúa con líderes sociales, indígenas y jóvenes y ahora sigue con los líderes de la oposición de directa, la de Colombia Humana. No olvidemos que Petro debió ganar las elecciones, de no haber sido por la compra masiva de votos con dinero del narcotráfico que hicieron Uribe y Duque», puntualizó.

Gobiernos hipócritas

«Para colocarle picante, como si lo necesitara, todo se agrava con un nuevo escándalo alrededor de Duque. Ya conocíamos el del embajador en Uruguay, que tenía un laboratorio de droga en su finca. Ya conocíamos el del  narco asesinado en Brasil, que era amigo de Duque. Ahora sabemos, gracias al portal La Tabla, que la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés), adscrita al Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, sancionó al empresario estadounidense Warren Buffet con una multa de 4,2 millones de dólares por vender herramientas a Irán. Se trata de un multimillonario con relaciones muy estrechas con Duque y la oligarquía colombiana. Qué hipócritas son, pues dicen que son enemigos de Irán», comentó.

Según una nota de prensa publicada por la OFAC en su sitio web, tanto Berkshire Hataway, Inc. como su subsidiaria extranjera Iscar Turquía deberán cancelar 4.144.651 dólares. Buffet, de 89 años, cuenta con un patrimonio que asciende a los 67.500 millones de dólares. Es el padre de Howard Graham Buffett, quien visitó Cúcuta y Tibú (Colombia) el 30 de enero de 2019, una semana después de que Juan Guaidó se autoproclamara presidente interino. Estuvo allí en compañía del presidente Iván Duque y del exvicepresidente y actual embajador de Colombia en Washington, Francisco Santos.

Entonces, Francisco Santos señaló que «gracias a la intervención de Buffet, la economía del Norte de Santander experimentaría un enorme crecimiento y que ello será la ruta para la reconstrucción de Venezuela».

«Así son estos señores, siguen frotándose las manos con Venezuela. Cuadrando negocios y para ello preparan magnicidios, invasiones y golpes de Estado desde Colombia, como está más que demostrado. Deberían ver con cuidado lo que pasó en Bolivia. Si eso no es un mensaje para las derechas latinoamericanas, no sé qué lo será», sentenció Pérez Pirela.

Interacción y diálogo

En los minutos de cierre del programa hubo mucha interacción con el presentador y de los participantes entre sí sobre la situación colombiana actual, la figura de Petro, y deliberaciones históricas sobre lo que hubiese ocurrido si Jorge Eliécer Gaitán hubiese alcanzado la presidencia. 

Igualmente abordaron otros temas como los intentos de Trump por recuperar el control en circuitos electorales clave de Florida; así como los peligrosos rebrotes del Covid-19 en Europa y la advertencia que conllevan para Venezuela, donde se ha asumido una etapa de flexibilización del confinamiento.

Libro

En esta oportunidad, recomendó el libro La cultura campesina en los Andes venezolanos de la antropóloga y profesora de la Universidad de Los Andes y pintora Jacqueline Clarac de Briceño.

(LaIguana.TV)