Cada vez se conocen más historias de delincuentes que se han sometido a cambios en su cara, cuerpo y hasta de color de piel para evadir su captura y seguir manejando negocios ilícitos. Estos son algunos de los casos.

Esta semana fue capturado Jorge Eliécer Castaño Toro, alias Plástico, señalado jefe de finanzas del ‘clan del Golfo’ en Urabá. Lo último que la Policía supo de él es que se había sometido a una tercera cirugía estética, buscando cambiar su imagen para no parecerse a la foto que tenían las autoridades.

‘Plastico’, quien fue capturado mientras descansaba en un lujoso hotel en Barú, tenía el mentón estirado, se había mandado engrosar la nariz, se intervino los párpados y las orejas, según la Dijín de la Policía. En los últimos meses, el hombre podía movía hasta 8 toneladas de coca al mes, con destino a Centroamérica y de ahí a otros países. Por narcotráfico, tiene un proceso abierto en la Corte Este de Texas, EEUU, así como circular roja de Interpol.

Otro de los narcos que han caído a pesar de haber cambiado su aspecto es Carlos José Robayo, conocido como ‘Guacamayo’, quien fue narcotraficante del cartel del Norte del Valle y, tras volver de Estados Unidos, en donde pagó una pena por narcotráfico, lideró hasta julio de este año una red criminal que se conoce como ‘la Alianza’. Fue capturado en La Dorada, Caldas.

Desde que recuperó la libertad, en marzo de 2018, ‘Guacamayo’ se sometió a más de 10 cirugías, bajó más de 30 kilos de peso, además de un proceso de despigmentación para cambiar de piel morena a blanca. Esto no le sirvió para evitar su captura por homicidio agravado, concierto para delinquir con fines de homicidio y porte ilegal de armas.

En septiembre de este año, en Bogotá, cayó Francisco Emilio Mazo Pulgarín, alias Pocho, el capo heredero del poder de la banda ‘Pachelly’, que opera en el Valle de Aburrá.

‘Pocho’ se había sometido a una Una bichectomía, que consiste en una reducción o perfilamiento de las mejillas. El hombre tenía más de 30 años de vida criminal y fue capturado por concierto para delinquir agravado.

Un caso emblemático de narcos que han cambiado su apariencia con cirugías es el de Juan Carlos Ramírez Abadía, alias Chupeta, quien fue capturado en agosto de 2007 en Brasil y extraditado en 2008 a Estados Unidos. ‘Chupeta’ fue uno de los principales líderes del cartel del Norte del Valle y fue uno de los testigos en EEUU en el proceso contra Joaquín el ‘Chapo’ Guzmán.

Ramírez es reconocido por transformar completamente su rostro para ocultar su identidad: Adelgazó, cambió sus pómulos, se dividió el mentón, se amplió la quijada, se perfiló la nariz y se estiró la frente.

(El Tiempo)