En Venezuela la democracia es la vía para dirimir las diferencias, así lo ha entendido el sector democrático de la oposición que asumió que la transformación y la solución a los problemas incluye además detener los intentos extranjeros de imponer voluntades a la fuerza.

En 2020 la oposición radical sigue la Operación Venezuela y sigue apostando a la desestabilización como estrategia política, se ha negado a participar en los comicios parlamentarios de 2020 y al igual que en 2005 y 2018, Juan Guaidó, Henry Ramos Allup y quienes no creen en la vía electoral, han llamado a la abstención; ayudados por el lobby internacional encabezado por Estados Unidos y la Unión Europea han «condenado» la supuesta ilegitimidad de las elecciones.