La reina Isabel II realizó su primer viaje real con solo 21 años. Desde entonces, ha dado la vuelta al mundo un total de 42 veces, visitando países y representando al Reino Unido. Durante años se elaboraron ciertas especificaciones estrictas para su lista de equipaje.

Desde hace años, la monarca se ha retirado de los viajes al extranjero y ha cedido sus funciones a los miembros más jóvenes de la familia. Sin embargo, es probable que haya transmitido muchas tradiciones de viaje a los duques de Cambridge, que ahora asumen su papel.

Según un reportero real que participó en varias giras con la monarca, a menudo Isabel II se lleva su propia comida. Esto suele ocurrir cuando viaja a rincones del mundo donde las normas alimentarias son cuestionables, afirma.

«Si hay dudas sobre la calidad de la comida local, se llevarán al viaje grandes contenedores de nutritivos alimentos británicos, y agua embotellada por si el suministro local resulta poco fiable», aseguró el reportero real del Telegraph, Gordon Rayner.

También hay normas estrictas sobre los alimentos que la reina puede comer mientras está de viaje.

El jefe del Departamento de la Casa Real vigila que «los cocineros extranjeros no cocinen nada con ajo o demasiado picante por miedo a que la reina tenga mal aliento, y que no cocinen marisco ni nada que pueda causar una intoxicación alimentaria«, detalló.

A la reina le gusta el pescado y las aves de corral, pero nunca ha revelado cuál es su comida favorita, porque, como según dice uno de sus empleados, «si dijera que tiene una comida favorita, nunca le servirían otra cosa».

Rayner reveló que el personal también recibe instrucciones sobre la forma correcta de preparar su bebida favorita, que se dice que es Dubonnet y ginebra. Se debe mezclar en una proporción de 50/50.

Asimismo, la reina puede consumir algunos alimentos menos opulentos cuando viaja, según el antiguo piloto del avión real, Graham Laurie. A veces optó por las tartas de Fray Bentos que se venden en las estanterías de los supermercados.

(Sputnik)