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La oposición ya inventó la Misión Vivienda y ahora ha inventado la figura del referendo.- Tal vez parezca una invasión de los terrenos profesionales del alcalde-psiquiatra Jorge Rodríguez y su Política en el diván, pero mi amiga Prodigio Pérez asegura que la oposición padece un trastorno mental muy peculiar, que consiste en atribuirse la autoría de las obras políticas y sociales de la Revolución Bolivariana, luego de haberse enfrentado a ellas con todas sus fuerzas legales e ilegales.

 

Es una variante de la mitomanía, esa enfermedad que sufría un señor que conoció Prodigio y que decía ser el verdadero autor de Cien años de soledad, solo que el Gabo le había robado los originales en un botiquín cerca de la plaza Miranda.

 

Un ejemplo notable del afán de plagio opositor es la Gran Misión Vivienda Venezuela, a la que han saboteado a más no poder desde que el comandante Chávez la anunció en 2011. Durante cinco años minimizaron, calumniaron, ridiculizaron el titánico esfuerzo por darles un techo a centenares de miles de familias, pero bastó que llegaran a la Asamblea Nacional para que pretendieran, mediante una engañosa ley, “entregar” las casas que ya la gente está habitando, es decir, ganar indulgencia con escapulario chavista.

 

Ahora han dado otra demostración del mal que sufren, cuando andan por el mundo ufanándose de que acaban de inventar el referendo revocatorio.

 

Usted los oye dando declaraciones y casi que claman por un premio internacional para su excepcional visión democrática. Hablan como si acabaran de parir la idea de consultar al pueblo acerca de si un gobernante electo por votación popular debe completar o no su mandato.

 

La actitud de la contrarrevolución se apoya en el hecho de que aprobaron una Ley Orgánica de Referendos que –supuestamente- pretende establecer lo que ya es una conquista del pueblo todo en la Constitución aprobada (también mediante referendo) en 1999 y que fue reivindicada con la participación masiva del electorado en la primera aplicación de esta forma de consulta, con fines revocatorios, en 2004.

 

Como la gente con cierta memoria recuerda, la verdad es que esa dirigencia opositora ha sido adversaria rabiosa de la figura del referendo, lo cual es comprensible, pues esta clase política es partidaria de la democracia representativa, en la que el pueblo sólo es consultado en elecciones, sin derecho a devolver el producto una vez que lo han comprado. Fruto de esa visión restringida de la participación, los partidos y sectores desplazados del poder Ejecutivo rechazaron con todas sus fuerzas la celebración del referendo de abril de 1999 (para decidir si había o no proceso constituyente); luego votaron contra la nueva Constitución (en la que se estipula el mecanismo en sus modalidades revocatoria, aprobatoria, consultiva y abrogatoria); y, ya en el colmo de su desafuero, en abril de 2002, desconocieron mediante un decreto írrito la vigencia de la Carta Magna que había sido refrendada por la nación entera.

 

Tal vez se trate, como dice mi politóloga predilecta, de los síntomas de enfermedad de la psiquis, pero en ambos casos (el de la GMVV y el de los referendos), las verdaderas intenciones del sector opositor son muy diferentes a lo que declaran. En lo referente a la GMVV, lo que en realidad se pretende es incorporar el millón y pico de viviendas construidas por el gobierno revolucionario a la vorágine del mercado inmobiliario secundario, una vil treta para despojar a los beneficiarios de la GMVV de los bienes que les ha adjudicado la Revolución. Del mismo modo, con la tal Ley de Referendos lo que se busca es desconocer y deformar las normas, de rango constitucional, que ya rigen este mecanismo.

 

De facto se pretende modificar el artículo 72 de la Constitución Nacional Bolivariana, en el que se establece que el mandato de un funcionario sólo se considerará revocado si –entre otros requisitos- los votos en su contra superan el número de los sufragios que lo eligieron. La disposición apunta a que en un eventual referendo contra el presidente Nicolás Maduro, se le pueda considerar revocado con una mayoría simple, sin alcanzar el número de votos que lo eligieron en 2013.

 

La AN controlada por la derecha  intenta también desnaturalizar esta institución de la participación popular, hacerla manipulable mediante trucos como la presentación de firmas fraudulentas, y borrar los rastros de todas esas acciones ilícitas al ordenar la destrucción de los registros después de la consulta.

 

Prodigio, en su rol de frenópata política, vaticina que en los próximos días veremos nuevamente a la oposición declarándose inventora de algunas otras genialidades que fueron creación del comandante Chávez y del pueblo que siempre lo siguió. “Ya deben estar cocinando una ley para decir que les van a entregar Canaimitas a los niños y, claro, el objetivo verdadero de la jugada va a ser convertir el programa social en un negocio para las grandes transnacionales de la computación. Es que tienen una mitomanía muy pervertida”, comenta Prodigio. ¿Qué dirá el doctor Rodríguez de este ejercicio ilegal de la psiquiatría?

 

(Clodovaldo Hernández /[email protected])