El Comandante Hugo Chávez en una entrevista contó sus vivencias durante el Golpe de 2002, ahí recordó el momento en el que militares patriotas aparecieron en el lugar donde lo tenían cautivo, “era de madrugada y yo miraba un lucero, el mar golpeaba las olas, yo estaba de espaldas al mar y ahí venía un pelotón (…) Yo me acorde del Ché Guevara, y decía me voy, me iba, me fui, uno más, con un cristo agarrado, recordando a mis hijos, mirando un lucero (…) dije: El Ché murió de pie y eso que estaba herido, yo ni herido estoy, así que tengo que morir así de pie, no puedo pedir clemencia, ni que me vean aquí acobardado, yo estaba listo para morir”.

 

“Estaba muy oscuro, y en esa esa oscuridad y al filo de la media noche de un monte salen unos soldados y ellos no sabían que era Chávez el que estaba ahí, entonces se acercaron, y llegó un hombre con un fusil y dijo: Si matan a este hombre nos matamos todos. Ahí resucite, yo estaba muerto ya, mi muerte estaba escrita, se escribió en Washington” enfatizó el Comandante.

 

Mientras ocurrían esos acontecimientos el pueblo revolucionario lo que hacía era aclamar en las calles de Caracas: ¡Queremos a Chávez! Y así fue como el amor de un pueblo liberó y recibió a este Gigante.

 

En ese sentido, Chávez recordó, en una rueda de prensa en el Palacio de Miraflores, luego de ser liberado, que se mantuvo aferrado a la imagen de Cristo: “Este Cristo crucificado me lo regalo, cuando iba saliendo prisionero en la madrugada del 11 de abril, mi buen amigo el General Jacinto Pérez Arcay y me dijo hijo llévate a Cristo, me lo lleve y aquí está de nuevo”.

 

Asimismo expresó que se logró cumplir “la orden” que le había dado Fidel Castro la noche anterior, “unas horas antes yo todavía en el Palacio, ya cayendo, hundiéndome, Fidel logró, no sé cómo, comunicarse conmigo porque nos estaban saboteando electrónicamente. Los yanquis tienen tanta tecnología que los teléfonos celulares no funcionaban, las líneas estaban colapsadas y no sé cómo hizo Fidel, pero él logro hablar conmigo y después que hablamos como tres minutos me dijo: Yo no sé muy bien lo que vas hacer pero, Chávez, tú no eres Allende, Chávez tú no mueres hoy, haz lo que quieras, pero tú no mueres hoy, esa fue la orden que Fidel me dejó”.

 

“Chávez no murió aquel día, pero murieron otros, que dieron el pecho allá en Puente Llaguno, masacrados por la metralla de los francotiradores que mandó el imperio extranjero y otros venezolanos” sentenció el Comandante recordando a los caídos el 11 de abril del 2002, a quien le ha hecho justicia llevando tras la rejas a sus asesinos, “me acusan de tirano, porque hay algunos presos y dicen que son perseguidos políticos de Chávez y son unos asesinos, ahí te das cuenta como es la farsa del imperialismo y sus aliados internacionales”.

 

Después de los acontecimientos ocurridos en el lugar de los hechos se levantó un monumento para honrar a los caídos, y en ese sentido el Comandante se dirigió a los medios para hacerle un llamado a la reflexión, “hago un llamado a los dueños de los medios de comunicación, reflexionen de una buena vez, que este país también es de ustedes, yo también tengo que reflexionar muchas cosas y lo he hecho en estas horas, y me traigo lecciones que no voy a olvidar de tanto pensar, de tanta angustia, de tanto dolor, de tanta incertidumbre, así que vengo dispuesto a rectificar lo que tenga que rectificar (…) todos tenemos que rectificar muchas cosas para que volvamos a la calma”.

 

El Comandante Chávez resaltó que lo que se dio en Venezuela no fue un golpe sino que fueron cien golpes, “el golpe militar, el golpe mediático permanente todo los días terrorismo, golpe económico, golpe petrolero, bueno el golpe prefecto, la combinación de todos los golpes en uno”, un golpe que vino organizado por el imperio que quiso ver caído a Chávez, pero el pueblo patriota no permitió.

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(Con el Mazo Dando)