Varios funcionarios, incluidos los de EEUU y Ucrania, abandonaron la reunión del Grupo de los Veinte (G20) en Washington cuando empezaron a hablar los representantes de Moscú, informó el periódico ‘The Washington Post’.

La secretaria del Tesoro de EEUU, Janet Yellen, y el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, fueron algunos de los que boicotearon a Rusia, consignó el medio citando fuentes.

La delegación de Ucrania intervino en la reunión antes de que le llegara el turno a Rusia.

«Aunque la secretaria Yellen y nuestros socios seguirán trabajando de forma solidaria para avanzar en los importantes asuntos del G20, también expresarán nuestra firme condena a la brutalidad de [el presidente ruso Vladímir] Putin», dijo al periódico un funcionario del Gobierno de Joe Biden bajo condición de anonimato.

La acción se realizó para dejar claro que los beneficios y privilegios de las principales instituciones económicas del mundo están reservados para los países que demuestren respeto por los principios fundamentales que sustentan la paz y la seguridad en todo el mundo, aseguró el funcionario.

El 18 de abril, la Casa Blanca dijo que Yellen no participará en los actos del G20 durante las reuniones de primavera del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial que se celebran esta semana y en las que están presentes representantes rusos.

Más tarde, los medios de comunicación informaron que los países del G7 no buscan un boicot total a las reuniones del G20, que se celebran esta semana.

En marzo, el presidente de EEUU exigió que se retirara a Rusia del grupo de las 20 mayores economías del mundo por su operación militar en Ucrania.

El presidente ruso declaró que su objetivo consiste en defender a las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, reconocidas como Estados soberanos por Moscú y cuyas poblaciones han sido, en los últimos ocho años, «objeto de vejaciones y genocidio por parte del régimen de Kiev».

Varios países, con excepciones como China, condenaron la operación militar rusa y activaron varias baterías de sanciones individuales y sectoriales que buscan infligirle a la economía rusa el mayor daño posible, en un intento de presionar a Moscú para que ponga fin a las hostilidades.

(Sputnik)