“Aunque es notorio el optimismo, posiciones más críticas invitan a evaluar con cuidado la reanudación del trasiego comercial con Colombia, en vista de que persisten situaciones que otrora fueron muy contraproducentes para los intereses venezolanos, como la presencia de casas de cambio ilegales en la zona fronteriza y el contrabando de bienes esenciales”, alertó Miguel Ángel Pérez Pirela en su programa Desde donde sea.

Al hacer un análisis de los avances logrados en la relación bilateral desde la victoria de Gustavo Petro, señaló que de todos los asuntos que despiertan interés en las recuperadas relaciones con Colombia, la reapertura de los 2.219 kilómetros de la extensa frontera común ha sido un tema central, tanto en lo que corresponde a los flujos migratorios como en lo tocante al comercio.

“En esta línea, el 9 de septiembre, los presidentes de Venezuela y Colombia comunicaron casi al unísono que la frontera se reabriría el venidero 26 de septiembre, anuncio que fue ampliamente celebrado por voceros y particulares de las dos naciones, pues desde los tiempos de Duque y sin ningún vaso comunicante entre los dos gobiernos, existía una demanda sentida tanto de la población fronteriza como del empresariado binacional, particularmente el colombiano, al que históricamente ha favorecido la balanza comercial”, expresó.

En el programa se reseñó que según estimaciones de la Cámara de Integración Económica Venezolano-Colombiana (Cavecol), una vez reanudado el tránsito de mercancías, las operaciones podrían sumar 1.200 millones de dólares al cierre de 2022.

“Puesta en contexto, la proyección de los representantes empresariales es sensiblemente baja, si se la compara con los 6.500 millones de dólares facturados en 2008, cuando las cifras alcanzaron su tope histórico –comentó-. Por otro lado, también es apreciable el interés de Venezuela en retomar sus nexos comerciales con Colombia en unas condiciones más ventajosas que las que han imperado hasta ahora”.

Destacó que en ese orden, Caracas ha asumido la voz cantante en iniciativas que, de concretarse, supondrían un giro radical. Es el caso de la propuesta del presidente Nicolás Maduro para constituir una Zona Económica Comercial entre el estado Táchira y el departamento de Norte de Santander.

Del mismo modo, el Jefe de Estado venezolano ha subrayado en diversas alocuciones la necesidad de consolidar una oferta exportadora sólida para penetrar competitivamente en el mercado colombiano, que supera los 40 millones de personas.

Algunas voces de alerta

La inminencia de  la reapertura hace prevalecer el discurso positivo. Pero no han faltado las advertencias de precaución.

El diputado Julio Chávez, presidente de la Comisión Especial de Migrantes de la Asamblea Nacional, planteó que en el proceso de restablecimiento de las relaciones binacionales con Colombia, deben ponerse «sobre la mesa» situaciones conocidas que van en desmedro del interés nacional, incluyendo la existencia de casas de cambio que atentan contra la estabilidad de la moneda.

A ello sumó el tráfico ilegal de combustible y de productos subsidiados desde Venezuela hacia Colombia, prácticas que en el pasado generaron pérdidas onerosas para la República.

Un segundo punto crítico es la atención de la extensa cantidad de migrantes desperdigados en los dos países, lo que pasa por la reapertura de diversas sedes consulares.

Recalcó Pérez Pirela que este paso aún no se ha concretado, pero según manifestara el embajador colombiano en Caracas, Armando Benedetti, se trata de una prioridad para el gobierno del Pacto Histórico, que ha cargado contra sus predecesores por dejar «en la inopia» a los más de cuatro millones de colombianos, que en cuentas de Bogotá, residen en Venezuela.

Por su lado, tras haber entregado sus cartas credenciales a Petro, el embajador Félix Plascencia dijo a Venezolana de Televisión que uno de los asuntos centrales en la conversación con el mandatario fue la atención a los migrantes venezolanos, desprovistos de toda asistencia consular desde 2019.

Desde el reinicio de las conversaciones entre Caracas y Bogotá se prestó atención a la reanudación de los vuelos comerciales, que se suspendieron definitivamente en marzo de 2020 con el advenimiento de la pandemia de COVID-19.

A tono con la reapertura fronteriza, el presidente Nicolás Maduro confirmó que los cielos se abrirán el 26 de septiembre, con rutas directas entre la capital colombiana y las ciudades de Caracas y Valencia. 

(LaIguana.TV)