Una evidente aceleración de las condiciones que posibilitarían una guerra abierta entre potencias nucleares motivó al filósofo y comunicador Miguel Ángel Pérez Pirela a reflexionar en tono a las consecuencias del último capítulo de la confrontación proxy entre Estados Unidos y la OTAN: explosiones que dañaron la infraestructura de los gasoductos rusos Nord Stream 1 y 2, con lo que se transportaba gas ruso a Alemania.

A este respecto destacó que la tensión entre Rusia y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) no ha hecho más que incrementarse en las últimas jornadas. El detonante aparente fueron los los referéndums de adhesión a Rusia que se celebraron en las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, así como en las regiones ucranianas de Jersón y Zaporizhia.

Sobre esto apuntó que la noche de este jueves (hora local), el presidente Vladímir Putin firmó un decreto en el que se certifica que Rusia reconoce la independencia de las regiones de Zaporiyia y Jersón, según consta en documentos publicados por el Kremlin un día después de que se celebraran referendos en estas zonas, donde la mayoría de la población votó a favor de adherirse a la Federación de Rusia.

A esto se sumó que el pasado lunes, autoridades de Suecia y Dinamarca reportaron fugas en los gasoductos Nord Stream 1 y Nord Stream 2 en aguas del mar Báltico, muy lejos de las fronteras rusas y en vísperas de la entrada en funcionamiento de otro ducto capaz de llevar gas a Polonia desde Noruega.

Antes de ahondar en este tema, el especialista se permitió repasar brevemente algunos de los temas más importantes del acontecer geopolítico sucedidos durante la última semana, comenzando por Italia, donde la coalición ultraderechista liderada por Giorgia Meloni, cabeza del movimiento neofascista Hermanos de Italia se impuso en las elecciones del pasado 25 de septiembre.

El resultado, comentó, encendió las alarmas en Bruselas, que no está dispuesta a tolerar otro dolor de cabeza como el que hoy representa Víctor Orban en Hungría.

Señaló, asimismo, que este miércoles, medios italianos informaron de un pacto entre la recién electa jefa de gobierno y el primer ministro saliente, Mario Draghi, expresidente del Banco Central de Europa con relaciones en las altas burocracias de Bruselas y partidario de la agenda atlantista.

El propio Draghi desmintió la existencia de un acuerdo tras bambalinas entre él y Meloni, pero matizó que sería su asesor en la Unión Europea siempre que ella mantenga la política económica y cierre filas con la OTAN con respecto a la guerra en Ucrania, puntos que ya figuraban en el programa de gobierno presentado por los Hermanos de Italia, detalló.

«Van a ver ustedes dos cosas: de más en más, caerán gobiernos en la Europa Occidental y en la misma medida llegarán gobiernos neofascistas por causa de esta crisis», agregó.

En continuidad con el recorrido, mencionó que Irán arriba a su segunda semana de protestas masivas detonadas por la muerte de Mahsa Amini, una joven kurda de 22 años que fue capturada por la Policía de la Moral por no portar adecuadamente el hiyab (velo) y cuyo deceso fue atribuido oficialmente a un fallo cardíaco.

El comunicador refirió que las manifestaciones, en las que ha destacado la presencia masiva de mujeres, aparentemente no se limitan a la agenda de género sino que han servido de válvula de escape para otros malestares acumulados.

La respuesta del gobierno de Ebrahim Raisí fue reprimir a la ciudadanía –ha reconocido varias decenas de fallecidos y centenas de apresamientos–, organizar concentraciones masivas de apoyo a la sharía en todo el país y acusar a Israel y a sus aliados occidentales de azuzar el descontento.

En su criterio, es preciso apuntar que más allá de las razones que asistan al pueblo iraní para protestar contra su gobierno o las leyes religiosas imperantes, desde Occidente se ha usado el descontento para alzar la bandera en pro de los derechos de las mujeres musulmanas, solo por el hecho de que Irán es un país considerado enemigo.

A este respecto señaló que en clara demostración de hipocresía, la prensa hegemónica y líderes de la OTAN han aprovechado prácticamente cualquier tarima para denunciar la opresión de las mujeres iraníes, cuando es claro que han guardado silencio ante el proceder de regímenes aliados como los de Arabia Saudí o Qatar.

De vuelta en América Latina, relató que la semana inició con la esperada reapertura de la frontera colombovenezolana, acto que encabezó el presidente Gustavo Petro en el Puente Internacional Simón Bolívar, que conecta las poblaciones de San Antonio del Táchira (Venezuela) y Cúcuta (Colombia).

El especialista mencionó que pese a ello se ha advertido que tomará algún tiempo antes de que el tránsito masivo de vehículos de carga vuelva a ser parte del paisaje fronterizo. Además, dificultades derivadas de las sanciones impuestas a Venezuela han retrasado el restablecimiento del puente aéreo entre Caracas y Bogotá que habían anunciado las autoridades de los dos países.

A modo de balance resaltó que de momento, la mayor ventaja la tendrá la población transfronteriza, que podrá cruzar con seguridad los límites binacionales sin tener que exponerse en pasos irregulares donde es frecuente la presencia de organizaciones delictivas.

En continuación con el recorrido por el paisaje latinoamericano, enfatizó que de Colombia y Venezuela, señaló que los reflectores regionales poco a poco se han desplazado hacia las elecciones presidenciales en Brasil –cuya primera vuelta está prevista para el próximo domingo 2 de octubre– donde figuran como principales favoritos el dos veces expresidente Luiz Inácio «Lula» da Silva y el actual mandatario, Jair Bolsonaro.

Pérez Pirela refirió que aunque prácticamente todos los sondeos otorgan a Da Silva una ventaja promedio de 10 puntos, la violencia política y las amenazas de Bolsonaro de desconocer el proceso electoral si este no es «transparente», vislumbran un escenario de alta complejidad, que en el peor caso, podría erosionar todavía más la democracia brasileña.

Para cerrar el editorial aludió a la situación en Cuba, donde apenas dos días después de celebrarse una histórica votación en la que se aprobó un novedoso Código de Familias que consagra y amplía derechos para parejas del mismo sexo, ancianos, personas con discapacidad y niños, el huracán Ian golpeó con fuerza la isla, dejando a su paso graves afectaciones, dos personas fallecidas y una interrupción total de la electricidad.

El largo brazo de EEUU alcanza a los gasoductos rusos

Entrando en materia relató que la noche del pasado 26 de septiembre (hora local), autoridades de Suecia y Dinamarca reportaron una fuga masiva de gas en las tuberías de los gasoductos Nord Stream 1 y 2 en aguas internacionales del mar Báltico. Ante esto, continuó, Estocolmo y Copenhage emitieron alertas de navegación marítima y aérea debido al alto riesgo de incendio presente en la zona del derrame y aseveraron que las investigaciones solo podrán iniciarse una vez las tuberías queden completamente vacías, cosa que según sus estimaciones, ocurrirá en unos 14 días.

«Atacaron directamente a Rusia, atacaron directamente sus intereses. El daño ecológico que esto acarrea al planeta se escapa de vista. Es decir, que el país o los países que protagonizaron este acto terrorista cometieron uno de los peores ecocidios de la historia», comentó.

A lo anterior añadió que organismos de vigilancia sísmica de los dos países nórdicos comunicaron que se habían producido movimientos telúricos en el área del escape consistentes con dos explosiones submarinas. Suecia precisó que una de ellas equivalía a la detonación de 100 kilos de dinamita. «No es una cosa que se haga o se planea de la noche a la mañana».

El analista refirió que el operador del ducto, Nord Stream AG, indicó que se trata de un suceso «sin precedentes» y puntualizó que por ese mismo motivo, no era capaz de ofrecer plazos de reparación creíbles. «Si es que se reparan, porque estos gasoductos están en una zona controlada por la OTAN», observó.

Recordó, asimismo, que a inicios de septiembre, la estatal Gazprom detuvo completamente el tránsito de gas hacia Alemania a través del Nord Stream 1 tras detectar una fuga de aceite imposible de subsanar sin en concurso de la empresa alemana Siemens, que no ha cumplido con sus contratos de mantenimiento por causa de las sanciones contra Rusia.

Las primeras indagaciones concluyeron que hubo afectaciones en tres puntos diferentes de los gasoductos suficientemente separados entre sí como para descartar que se tratase de un mismo evento, dato que ha servido para que cobre fuerza la tesis de un sabotaje perpetrado por manos hasta ahora desconocidas y este 29 de septiembre, la Guardia Costera de Dinamarca comunicó sobre un cuarto punto de fuga en su zona económica exclusiva, sintetizó.

Para contrastar estos dichos mencionó que el Kremlin confirmó una caída abrupta en la presión de las dos tuberías y adelantó que haría su propia investigación, sin descartar de antemano ninguna hipótesis.

En particular se refirió a lo expresado por el portavoz de la presidencia rusa, Dmitri Peskov, quien aseveró que para su gobierno esta acción representa una amenaza para la seguridad energética de Europa y este miércoles añadió que Moscú investigará el incidente como un acto de terrorismo internacional.

Para añadir más tensión, el excanciller polaco y actual diputado del Parlamento europeo, Radoslaw Sikorski, agradeció en Twitter a Estados Unidos por el daño en los gasoductos.

«¿Qué hacen los detectives? Preguntarse a quién le conviene el delito, el asesinato», dijo antes de citar parte del mensaje que escribiera el político en Twitter: «Como decimos en polaco, una pequeña cosa, pero mucha alegría», comentario que fue cuestionado desde Rusia por la portavoz de la cancillería, María Zajárova.

En cualquier caso, para el comunicador es evidente que las expresiones del eurodiputado polaco hicieron que rápidamente muchos dedos comenzaran a apuntar a la Casa Blanca.

En primera instancia, hubo quien recordó las amenazas de impedir el funcionamiento del Nord Stream 2 formuladas por el presidente estadounidense, Joe Biden, el pasado 7 de febrero, en el caso de que Rusia decidiera incursionar militarmente en el este de Ucrania y con independencia de los perjuicios causados a Alemania.

«Ya en febrero, Biden amenazó directamente de acabar con los gasoductos Nord Stream. El mismo Biden dijo lo que sucedería y sucedió», recalcó, antes de enfatizar que estas declaraciones resultan fundamentales para responder a la pregunta de quién bombardeó los ductos.

Empero, el experto matizó que más allá de las declaraciones, que perfectamente podrían catalogarse de bravuconerías, han salido a la luz datos inquietantes sobre la presencia de barcos de flotas de la OTAN en las proximidades del lugar donde se reportaron las explosiones.

En un hilo de Twitter, el usuario @Dvdzov –según su perfil, es comunicador y militante comunista asentado en América Latina– enumeró un conjunto de «coincidencias» que hacen pensar que el largo brazo de la OTAN, con Washington a la cabeza, es la mano detrás del incidente.

Entre las pesquisas que aporta este investigador digital no mencionadas previamente destacan operaciones conjuntas del Reino Unido y Estados Unidos en el área del evento, la inauguración del gasoducto ‘Baltic Pipe’ entre Noruega y Polonia, así como la disposición de Washington para proveer de gas a Europa tras las fugas en el Nord Stream 1.

Con el propósito de aportar más datos recordó que tras la paralización del Nord Stream 1 por razones de mantenimiento, el presidente Vladímir Putin ofreció gas a Alemania a través del Nord Stream 2, que antes de los sucesos del lunes se encontraba listo para iniciar operaciones y solo esperaba por la autorización de Berlín.

Pérez Pirela relató que en comentarios formulados desde el Foro Económico Oriental, Putin aseveró que la puesta en marcha del gasoducto podía terminar con la crisis energética europea y subrayó que si Bruselas así lo decidiera, entraría en funcionamiento al día siguiente y no dejó mencionar que el principal beneficiado con esta situación es Estados Unidos, que ahora puede vender gas licuado a las naciones europeas al triple del precio.

«Queda más que claro escuchando estas declaraciones de Putin que a Rusia le convenía tener esos gasoductos a punto para reconectarlos en un mejor momento. La industria alemana floreció gracias al gas barato ruso, ya no es así. Es un ataque no solo contra Rusia, sino contra Alemania y su industria, que se hundirá», aportó.

En el mismo espíritu inquisidor de @Dvdzov, el periodista argentino Bruno Sgarzini publicó en su sitio web una pesquisa en la que se presentan detalles que permiten concluir sin atisbo de duda que el interés estadounidense por cortar la dependencia energética de Europa con Rusia es un asunto de muy larga data y que en la última década se han dado pasos concretos para lograrlo.

Así, sintetizando lo recopilado por Sgarzini, refirió que la Revolución Naranja promovida por Estados Unidos en Ucrania durante 2005, el Kremlin comprendió que su vecino pronto dejaría de ser un territorio confiable para trasladar el gas y aceleró la construcción del Nord Stream en el Báltico. A este proyecto sumó un segundo ramal –el South Stream– que trasladaría gas desde el sur de Rusia hasta Italia pasando por el Mar Negro, Bulgaria, Serbia, Hungría y Eslovenia.

A fines de aclarar el camino seguido por Washington para desplazar a Rusia como proveedor energético en Europa, rememoró que Merkel y Putin suscribieron un segundo acuerdo para que Gazprom y un conjunto de empresas alemanas desarrollaran una tubería paralela al Nord Stream en el Báltico, terreno de añejas disputas de la OTAN, primero con la Unión Soviética y ahora con Rusia.

A lo anterior agregó que el golpe de Estado de 2014 en Ucrania y el reintegro de Crimea a la Federación Rusa a través de un referéndum no reconocido por Occidente, fue la excusa que esgrimió el gobierno de Donald Trump para imponer severas sanciones que supusieron la suspensión de la construcción del South Stream y ya apuntaban contra el Nord Stream 2.

Este hecho fue reseñado por la Agencia France Press (AFP) de la siguiente manera:

«El presidente Donald Trump firmó (…) sanciones de Estados Unidos contra las compañías que construyen un gasoducto entre Rusia y Alemania, que según el Congreso podría dar al Kremlin una influencia peligrosa sobre los aliados europeos.

Las sanciones, a las que se opone la Unión Europea, se incluyeron en un extenso proyecto de ley de gastos de defensa para el año fiscal 2020 y alcanza a compañías que construyen el ducto Nord Stream 2 en el Mar Báltico».

A su juicio, es bastante obvio que estas acciones obedecen a un plan cuidadosamente pensado y desarrollado con paciencia, por lo que para dar fundamento a sus aseveraciones refirió que en ese mismo año, la exsecretaria de Estado Condoleezza Rice, admitía que Europa tenía «un problema» al depender de los hidrocarburos rusos, frente a lo cual la solución estadounidense pasaba por frenar a Putin y conquistar el mercado energético europeo.

Rice clamaba entonces por sanciones «más serias» contra Rusia que en algún punto alcanzaran el crudo y el gas. En su opinión, el objetivo sería aprovechar la vulnerabilidad de la economía rusa, altamente dependiente de la exportación de hidrocarburos y minerales, para hundirla y reconocía que la Casa Blanca llevaba mucho tiempo intentando convencer a sus socios de la necesidad de construir oleoductos y gasoductos que no atravesaran ni Ucrania ni Rusia, criterio que cumple el recién inaugurado Baltic Pipe.

«¿Queda claro o no queda claro quién bombardeó estos gasoductos? Estas declaraciones explican el silencio de la prensa occidental sobre este evento, que bien podría ser considerado un ‘casus bellis’, capaz de desatar la III Guerra Mundial», valoró.

De vuelta al presente, Pérez Pirela estimó pertinente no olvidar que a pocas horas de comunicarse las fugas en los dos ramales del gasoducto Nord Stream, los gobiernos de Suecia y Dinamarca adelantaron que lo sucedido se correspondía con una acción de sabotaje, al tiempo que desde la Unión Europea prometieron una respuesta «dura», de comprobarse que había sido el caso.

Sin embargo apuntó que a contrapelo de toda la evidencia disponible, aunque sin mencionarlo directamente, con estas declaraciones Bruselas acusaba veladamente a Rusia de ser responsable del ataque, bajo la premisa de que Moscú usa el preciado hidrocarburo como mecanismo de chantaje contra sus adversarios.

El analista añadió que mientras esto se sucedía, el primer ministro de Polonia, Matteuz Morawiecki anunciaba en la ceremonia de inauguración del Baltic Pipe el fin de la hegemonía del gas ruso en Europa, lo que muestra un paralelismo más que sospechoso entre los dos hechos.

Tales dichos colmaron la paciencia del Kremlin, que por un lado subrayó que Estados Unidos era el claro beneficiario de estas averías potencialmente permanentes y por otro, se permitió exigir a Biden que aclarara si había cumplido con su amenaza de inutilizar el gasoducto Nord Stream 2, señaló el filósofo, antes de permitirse citar lo escrito por María Zajárova, portavoz de la cancillería rusa en su canal de Telegram:

«El presidente estadounidense, Joe Biden, está obligado a responder a la pregunta de si Estados Unidos llevó a cabo su amenaza el 25 y 26 de septiembre de 2022».

La vocera recordó que «la declaración de intenciones estaba respaldada por una promesa» y aseguró que «uno tiene que responsabilizarse de sus palabras». «No entender lo que se dice no exime de responsabilidad. ¡Europa debe saber la verdad!», concluyó.

Para cerrar la síntesis del punto de vista de Moscú mencionó que la mañana de este jueves, Zajárova dijo a un medio local que los incidentes habían ocurrido en una zona que está «bajo el control de los servicios de inteligencia de los Estados Unidos» y tachó de «ridículas» y «falsas» las declaraciones del secretario de Estado Antony Blinken, en las que expresó que nadie se beneficia con los daños que sufrió el Nord Stream.

Pérez Pirela resaltó que pese a la gravedad de los hechos, Rusia no ha anunciado acciones recíprocas en contra de los responsables, pero bien podría hacerlo y causar graves afectaciones.

«Es el problema de la guerra: cuando se comienza a escalar, no hay quien lo pare. ¿Qué pasaría si Rusia decide responder en la misma proporción?», cuestionó antes de traer a colación el análisis que hiciera el periodista estadounidense Tucker Carlson para Fox News, quien proyectó los efectos de algunas respuestas rusas sobre las economías occidentales e incluso, en el peor caso, podría desatarse la III Guerra Mundial.

Se desintegra Ucrania: los referéndums de adhesión a Rusia

Otro ángulo de la escalada entre Rusia y la OTAN que le mereció interés a Miguel Ángel Pérez Pirela fueron los recién celebrados referéndums de anexión de cuatro regiones ucranianas a Rusia, pues ello significa que Ucrania entró en un proceso de desintegración, que en su opinión fue el resultado de las acciones irresponsables del mandatario Volodímir Zelenski.

Más precisamente indicó que la justa, que se desarrolló durante cinco jornadas consecutivas y contó con altas tasas de participación, el 93,11 % de los electores en Zaporizhia y el 87,05 % en Jersón votaron ‘sí’ a su salida de Ucrania, mientras que en Lugansk el 98,42 % votó a favor del ‘sí’ y posteriormente se reporto que en la autoproclamada República Popular de Donetsk, el 99,23 % de los participantes se pronunció a favor de una anexión a Rusia.

Tras esto, señaló, este 28 de septiembre, las autoridades de Jersón, Lugansk y Zaporizhia solicitaron al presidente Vladímir Putin que considerara la adhesión formal de las zonas a Rusia. Días atrás, el Kremlin aseguró que respetaría la voluntad popular y que agilizaría los protocolos, en el caso de que el «sí» se impusiera en las urnas.

El analista explicó que el caso de la autoproclamada República Popular de Donetsk es ligeramente diferente, pues aunque el referéndum de adhesión se celebró en la misma fecha, sus autoridades habían manifestado su interés de integrarse a Rusia hace varios meses, si bien entonces indicaron que ello tendría lugar en algún momento de 2023.

Según declarara este miércoles el jefe de gobierno de Donetsk, Denis Pushlin, en realidad la tentativa flotaba en el ambiente desde 2014, cuando comenzaron los ataques del ejército ucraniano contra la población rusoparlante del Donbás.

En todo caso, apuntó, el Kremlin anunció que los protocolos de adhesión se firmarán este 30 de septiembre en un acto encabezado por el presidente Vladímir Putin, quien además pronunciará un extenso discurso, mientras que el punto podría ser abordado en el Senado (Cámara Alta) el próximo 4 de octubre.

Con respecto a la transparencia del proceso, refirió que de acuerdo con el gobierno ruso los eventos electorales cumplieron los estándares internacionales e incluso se reportó la presencia de observadores internacionales procedentes de más de 40 países, incluyendo varios de América Latina.

En un tono más bien burlesco reseñó que este hecho fue utilizado por el gobierno de Volodímir Zelenski para amenazar a esas naciones, aun cuando no se trató de delegaciones oficiales sino de ciudadanos y grupos que acudieron a la zona a título particular.

Detallando la noticia relató que el gobierno de Ucrania acusó a Brasil, Venezuela y Uruguay, entre otros países, de cometer un «crimen colectivo» debido a la presencia de observadores independientes de esos países en los referendos celebrados en las repúblicas de Donetsk y Lugansk y los territorios de Jersón y Zaporizhia.

En particular, el Ministerio de Reintegración de los Territorios Temporalmente Ocupados de Ucrania aseguró en un comunicado que «los socios en el crimen también son criminales» y amenazó con castigar a Bielorrusia, Siria, Egipto, Brasil, Venezuela, Uruguay, Togo y Sudáfrica, aunque se documentó la presencia de delegados de 45 Estados.

«¡Todo el que se atreve a consentir a los criminales se convierte en criminales! ¡No hay manera de escapar a la responsabilidad!», reza parte del cuestionamiento recuperado por el experto en su investigación.

Hasta el momento, los informes divulgados por quienes observaron los comicios, dan cuenta de una amplia participación –inclusive a pesar de los constantes bombardeos– y refutan la supuesta aplicación de coerciones por parte del ejército ruso sobre la ciudadanía, especie que fue ampliamente difundida en medios occidentales sin ofrecer mayor respaldo.

Sobre esto último, el también director de LaIguana.TV advirtió que «en todas las guerras hay propaganda» y este caso no es la excepción, ello en atención a la imposibilidad de corroborar fehacientemente estas especies.

Como cabía esperar, tales acciones recibieron una reacción de rechazo de Occidente, que tachó de «farsa» los eventos electorales y a través del secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken, aseguró que «nunca» reconocería los resultados.

En continuidad con las respuestas occidentales mencionó que el tema fue tratado en la reunión del Consejo de Seguridad de este martes, donde la representante de la Casa Blanca amenazó con imponer más sanciones y Zelenski, a quien dieron vocería en el espacio, afirmó que los referéndums –a los que también calificó como «farsa»– no forzarán una negociación con Moscú.

A lo anterior sumó que Blinken subió nuevamente el tono este miércoles, al asegurar que «Ucrania podrá utilizar armas proporcionadas por Estados Unidos contra los territorios que votaron en referéndum», al tiempo que avanzó que Washington impondrá «costos adicionales severos y rápidos» contra Moscú.

En su opinión, Estados Unidos trama algo grande, pues su embajada en Rusia publicó este miércoles una alerta en la que se insta a sus nacionales a abandonar «de inmediato» ese país, en razón de un probable desconocimiento de su ciudadanía por parte de las autoridades locales a las personas con doble nacionalidad en el contexto de la movilización parcial decretada la semana previa por Putin.

Por su parte, la Unión Europea respondió a los resultados electorales anunciando un octavo paquete de sanciones contra la economía rusa, que incluyen la fijación de un precio máximo al crudo ruso importado desde terceros países e impedir que ciudadanos del bloque formen parte de los consejos de las compañías estatales rusas.

A estos efectos recuperó lo expresado por la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, quien sostuvo que las nuevas restricciones supondrán una pérdida de ingresos para Rusia en el orden de los 7.000 millones de dólares, así como su exclusión en amplias franjas del mercado europeo.

«Llegamos al llegadero: el peligro de una guerra nuclear ya se ve, ya se palpa. Estados Unidos y Europa no están atacando a cualquier país: están atacando a una súper potencia nuclear», alertó el especialista antes de mostrar la subida de tono del lado ruso.

Ya del otro lado de la cancha, relató que el expresidente ruso y vicepresidente del Consejo de Seguridad Nacional, Dmitri Medvédev, dijo este martes que su país se reserva el derecho de utilizar armas nucleares en caso de ataques similares por parte de la OTAN o si la integridad de Rusia se viera seriamente amenazada, incluso con el uso de armamento convencional.

Medvédev justificó esta agresiva retórica en las amenazas pronunciadas por líderes occidentales sobre la materia, especialmente las proferidas por la primera ministra de Reino Unido, Liz Truss, quien afirmó en público que estaba dispuesta a intercambiar fuego nuclear con Moscú.

Seguidamente citó lo que asegurara el embajador ruso en Washington, Anatoli Antónov, la revista The National Interest. Antónov dijo que al suministrar armas a Ucrania –este miércoles se aprobó un nuevo paquete por 1.100 millones de dólares– «está llevando la situación hacia un enfrentamiento directo de las dos principales potencias nucleares, lo que puede tener consecuencias impredecibles».

Así las cosas, el comunicador señaló que en virtud del evidente deterioro de la situación, China intenta ocupar un rol de mediación más eficaz y a tales efectos, su representante en el Consejo de Seguridad de la ONU insistió en la necesidad de preservar la integridad territorial y la seguridad de los dos países involucrados directamente en la disputa.

El vocero de Beijing recalcó que la política de sanciones y aislamiento contra Rusia no contribuyen a cesar las hostilidades, al tiempo que enfatizó la necesidad de entablar negociaciones de paz lo antes posible, dichos que fueron respaldados por Wang Webin, portavoz de la cancillería china, quien también recordó el papel que debe jugar el Consejo de Seguridad en estos casos y acusó a «algunos países» de avivar la confrontación.

A modo de contraste comentó que a contrapelo de los funcionarios de la administración Biden, el expresidente estadounidense Donald Trump se ofreció a servir como mediador entre Moscú y Kiev en las conversaciones que eventualmente tendrán lugar para detener la guerra.

En su plataforma Truth Social, Trump sostuvo que si él ocupara la Casa Blanca las hostilidades en Ucrania nunca habrían tenido lugar, al tiempo que exhortó a su sucesor a mantener la calma y a desistir de acciones como el «sabotaje» perpetrado contra el sistema Nord Stream.

En este orden citó el consejo que dejara el exmandatario a su sucesor: «No empeore las cosas con la explosión de los gasoductos. Sea estratégico, inteligente, busque un trato negociado ahora. Ambos lados [Rusia y Ucrania] lo necesitan y lo quieren. El mundo entero está en juego».

Otra que ofreció consejos al Occidente global fue la excancillera alemana Angela Merkel, considerada unánimemente como un peso pesado de la política internacional y reconocida por sus buenas relaciones con Putin, en los instó a Occidente a tomarse en serio lo dicho por el presidente ruso con respecto al eventual uso de armas nucleares.

En una conferencia dictada este 27 de septiembre en Berlín, Merkel dijo a la audiencia: «Hay que tomar sus palabras en serio, no descartarlas tachándolas de fanfarronadas. Tratarlas con seriedad no es de ninguna manera un signo de debilidad o apaciguamiento, sino una señal de sabiduría política», apunto .

La exfuncionaria insistió en que este enfoque deja abierta la puerta para lo que ahora parece «casi inimaginable»: la normalización de las relaciones entre Alemania y Rusia.

De otra parte comentó que según informes de la prensa estadounidense, el desinterés de Occidente en entablar conversaciones de paz con Rusia y prolongar la guerra, aún bajo amenaza nuclear, parece obedecer a un plan preconcebido y no a ninguna decisión particular tomada por el Kremlin.

En un reporte de Fox News consultado para la edición se asegura que la visita que hiciera a Kiev el expremier británico Boris Johnson a inicios de abril, perseguía como propósito colapsar las negociaciones y aumentar la presión hacia Putin, independientemente de la opinión de Zelenski, quien, como se recordará, entonces abogaba por pactar rápidamente con Moscú.

«¿Les queda a ustedes alguna duda de quién explotó los gasoductos Nord Stream 1 y Nord Stream 2, que no empezó ahora con la ‘operación especial’ en Ucrania y ni siquiera en 2014, sino mucho tiempo atrás. Se trata de un plan para debilitar a Rusia, que si bien tiene una economía mediana como la de España, no es Irak, no es Afganistán: es una potencia nuclear.

Además se trata de un imperio decadente, de una Europa supeditada a los intereses de los Estados Unidos y de una Rusia que no se va a dejar y ya sacó la baza de las armas nucleares. Estamos en tiempos peligrosos, aunque la mayoría no se dé cuenta», reflexionó, para dar por concluidos sus comentarios sobre este punto.

Brasil: la esperanza de Lula y las amenazas de Bolsonaro

Cambiando completamente el escenario, Pérez Pirela se dirigió hacia Brasil, donde ahora se posan las miradas de América Latina y distintos centros del poder mundial, pues este próximo domingo la nación suramericana podría elegir por tercera vez al líder izquierdista Luiz Inácio «Lula» da Silva como presidente, en unos comicios en los que se está jugando bastante más que la estadía en el Palacio de la Alvorada.

En este orden recordó que tras la destitución irregular de la entonces presidenta Dilma Rousseff en 2016, el gigante suramericano entró en un espiral de deterioro democrático, autoritarismo y retroceso en los estándares de vida, cuya peor expresión ha sido el actual mandatario, Jair Bolsonaro, sobre quien incluso pesa una causa por genocidio en razón de su deficiente manejo de la COVID-19.

Comentó, asimismo, que en la esfera internacional, Bolsonaro supeditó los intereses de su país a la agenda del entonces presidente estadounidense, Donald Trump, y solo tras el arribo de Biden a la Casa Blanca intentó recomponer relaciones en otros espacios estratégicos como el grupo BRICS.

Para cerrar el panorama general refirió que durante toda la campaña, el gobernante ha amenazado con desconocer los resultados si no le resultan favorables y ha anunciado que de ser reelecto, impulsará una reforma en el Poder Judicial para disminuir su capacidad contralora sobre Ejecutivo, solamente porque sirvió de contrapeso ante sus enfoque negacionista durante la pandemia.

Seguidamente pasó a comentar los resultados de una encuesta del Instituto FSB Investigación y el banco BTG publicada este 26 de septiembre que otorgó a Lula 48 % de la intención de voto, lo que representa un punto más que la semana anterior, si bien aún no le alcanza para imponerse en la primera vuelta, pues el resto de los candidatos acumula 53 %.

Citando datos de la misma investigación indicó que los apoyos al actual mandatario y candidato a la reelección, Jair Bolsonaro, están estancados esta semana en torno al 37 %.

En su opinión, por este motivo, la última semana de campaña, Lula se ha concentrado en la conquista del así llamado «voto útil», conformado por indecisos y los que estarían dispuestos a cambiar de candidato para que la elección se resuelva sin necesidad de balotaje.

Más precisamente, puntualizó que el expresidente ha tenido que enfocarse en pescar votos entre candidatos centristas o de la izquierda no alineados al Partido de los Trabajadores, donde tiene mayor posibilidad de plantear una agenda común.

De acuerdo con un informe de la cadena teleSUR, hasta este lunes continuaban inscritos 11 candidatos, entre los cuales destaca Ciro Gomes, exministro de las gestiones de Lula e Itamar Franco (centro derecha), quien ha logrado consolidar 8 % del voto, cantidad insuficiente para ganar, pero que impide que Da Silva venza en la primera vuelta. Empero, aún en caso de ser necesaria una segunda vuelta, los indicios apuntan a que Lula cosecharía el 52 % de los votos válidos.

A su parecer, otro aspecto que Da Silva tiene a su favor es el cuestionable legado de inflación, pobreza y desempleo –amén de las muertes causadas por su negación a la pandemia– dejado por Bolsonaro.

Para ahondar en su argumento refirió un informe de la cadena RT elaborado a partir de datos oficiales en el que se concluye que durante la gestión del actual presidente brasileño se profundizó la emergencia alimentaria, aumentaron la pobreza y la inflación, se redujo el desempleo y la economía sufrió el impacto negativo provocado por la pandemia, que dejó más de 600.000 muertos en el país.

Siempre siguiendo esa compilación indicó que en el presente, cerca de 33,1 millones de brasileños (15 % de la población) padecen hambre y de ellos, 3,9 millones enfrentan condiciones de gravedad, porque la falta absoluta de alimentos se prolonga por uno o más días.

El experto señaló que el Banco Central de Brasil estima que al cierre de 2022 la inflación alcanzará el 7,1 %, al tiempo que el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE) reportó en julio que en el país hay 9,9 millones de personas desocupadas, que representan el 9,1 % de la población económicamente activa.

A esto agregó que el 39,8 % de la población en edad de trabajar –unos 13,1 millones de personas– labora en el mercado informal, lo que la mayor parte de las veces se traduce en condiciones de vida precarias.

La descripción de este panorama socioeconómico fue el preámbulo que le permitió precisar los dos aspectos en los que se ha centrado la campaña de Lula: vender un mensaje de esperanza asociado a la recuperación de las condiciones de vida y presentar una propuesta generalista, capaz de convencer a sectores centristas antibolsonaristas no partidarios de la izquierda, sin traicionar a su base histórica de apoyo.

En su criterio, para lo primero, más allá del desastre dejado por Michel Temer y Bolsonaro, el expresidente tiene a su favor las innegables mejoras socioeconómicas que experimentó el pueblo brasileño durante su gobierno y el de Dilma Rousseff.

La segunda pata de la estrategia consistió, por un lado, en designar como compañero de fórmula al centroderechista Gerardo Alckmin, actual presidente del Partido Socialista Brasileño y aspirante presidencial en las elecciones de 2006, en las que el líder petista consiguió un segundo mandato, apuntó.

De otra parte, el especialista identificó que el equipo de campaña apostó a una reingeniería de la figura de Lula –omnipresente en la política nacional brasileña desde hace casi cuatro décadas– para acercarlo a un terreno donde Jair Bolsonaro ha demostrado ser increíblemente hábil: las plataformas digitales.

Así, interpretó, en clara comprensión de este escenario, sus asesores asumieron que sin las redes sociales es imposible establecer interlocución efectiva con los jóvenes votantes de los centros urbanos, muchos de los cuales no habían nacido o eran niños cuando Lula ejerció como presidente, por lo que no podía echarse mano de la nostalgia como recurso movilizador del voto.

El analista precisó que antes del inicio de la campaña, el perfil de Lula estaba en el polo opuesto de un ‘influencer’. Como se apunta en un ensayo del sociólogo venezolano Ociel Alí López para la agencia RT, «es un líder más bien analógico.Su ascenso político se fraguó en las relaciones interpersonales y directas en las fábricas, los caminos, las movilizaciones y veredas. Un obrero de la metalurgia cuya carrera se impulsó en medio de los secretos y discreciones que imponía la dictadura militar y la censura total de la mediática brasileña».

Pese a ello, el equipo de comunicaciones de Da Silva apostó por un refrescamiento integral de su imagen: al tradicional rojo del PT se sumaron colores vibrantes y para rejuvenecerlo ante las cámaras, se le ha presentado haciendo actividades físicamente exigentes, muchas veces en compañía de su tercera esposa, «Janja» da Silva, de 57 años, que combinaron con la abundante publicación de piezas cortas en sus redes sociales, acompañados de gestos como la ele mayúscula formada con las manos y la insistente repetición de la palabra «esperanza».

En su criterio, aunque el panorama electoral luce auspicioso para Lula, Bolsonaro ha demostrado ser un adversario temible en las redes sociales y su discurso ultraconservador ha conseguido calar en sectores populares, crecimiento que ha sido especialmente importante entre los que se identifican como evangélicos, por lo que la alianza encabezada por el Partido de los Trabajadores se ha visto obligada a ganarse a pulso cada voto en ese grupo poblacional en lugar de darlos por sentados, como ocurría hasta mediados de la década pasada.

De este modo, puntualizó, el campo popular se presenta actualmente como un terreno de disputa afectivo, donde lo que se dirime es el proyecto político que encarnará Brasil en los próximos años: la ultraderecha cercana al trumpismo de Bolsonaro o la posibilidad de un gobierno institucional con enfoque popular, encarnado en Lula da Silva.

Citando el ya mencionado trabajo de Ociel López, advirtió que para quien está dentro del campo en disputa, no se trata de «una decisión fácil y el marcador puede estar más cerrado de lo que podría imaginarse». De conformidad con este parecer, valoró que que esta brecha podría estrecharse si se hiciera necesario el balotaje, lo que explicaría el interés de la campaña de Lula para que todo se decida el domingo: se trata de un intento casi agónico para evitar que las ‘fake news’ de Bolsonaro relativas a la vulnerabilidad del sistema electoral, las amenazas y la violencia política sigan en ascenso.

El último punto de inflexión antes de los comicios será el debate celebrado la noche de este 29 de septiembre. La dinámica acordada contempla que cada participante dispondrá de un minuto para hacer preguntas a sus adversarios y los interpelados tendrán tres minutos para responder.

Empero, Pérez Pirela considera que en un ambiente de crispación como el que se vive en Brasil, es altamente probable que Lula y Bolsonaro opten por atacar o minimizar a su adversario en lugar de enfocarse exclusivamente en su programa de gobierno, aunque analistas advierten que no debe subestimarse el peso de este espacio en la decisión que tomarán quienes aún no se han decantado por ninguna de las opciones, grupo en el que Lula intenta desesperadamente pescar los votos que le hacen falta para evitarse la segunda vuelta.

Además, en claro anuncio de lo que está por venir, el Partido Liberal, al que pertenece Bolsonaro, publicó este miércoles una carta en la que señalaba más de 20 supuestas deficiencias que arrastra el sistema electrónico de votación, dichos que rápidamente fueron desmentidos por el Tribunal Supremo Electoral de Brasil, que además anunció una investigación en contra de la organización política por la difusión de noticias falsas, que eventualmente podría acarrear sanciones.

No obstante, a su juicio, al margen de las leyes, esta operación de falsa bandera ya ha cumplido su cometido: sembrar más dudas en el electorado bolsonarista y servir de paraguas para justificar eventuales denuncias de fraude que interpondría Bolsonaro en caso de perder.

Sin embargo, a pesar las amenazas y bravuconadas, es muy posible que Bolsonaro no consiga salirse con la suya. En voz de Bernie Sanders, el Senado estadounidense advirtió que no reconocería ningún gobierno electo bajo un contexto de violencia política o surgido de un golpe de Estado.

«Es decir, el próximo domingo puede pasar Lula en primer turno y todos estos miedos desaparecerían; si no, las ‘fake news’ y la violencia política de Bolsonaro continuarían», dijo para concluir.

(LaIguana.TV)