“Es un hecho histórico que un presidente colombiano visite Venezuela después de casi una década y de todo lo que ha pasado en los últimos tiempos. Es un hecho político en el que los grandes derrotados son Iván Duque y el uribismo, por el lado colombiano; y Juan Guaidó y su grupo, por el lado venezolano”, expresó Miguel Ángel Pérez Pirela en su programa Desde Donde Sea. 

“Quedaron atrás los gobiernos del cartel de Lima que trató de derrocar al presidente Nicolás Maduro y bloquear a Venezuela, entre los que destacó del de Duque”, añadió. 

A su juicio, el encuentro entre los presidentes Gustavo Petro y Nicolás Maduro anuncia una significativa renovación de las iniciativas de unión nuestroamericana que se pusieron en marcha hace algunos años y fueron socavadas por los gobiernos de derecha. 

“Si nos atenemos a lo más reciente, el cerco impuesto sobre Venezuela se convirtió en excusa para desmantelar iniciativas y enfoques de integración avanzados en la primera década del siglo XXI y promover los cuestionables tratados de libre comercio con potencias occidentales. Pero, como sucede cada tanto, vientos más auspiciosos soplan para que el anhelado proyecto de integración pueda asentarse con bases capaces de resistir el paso de gobiernos de distinto signo ideológico”, enfatizó.  

Pérez Pirela advirtió, sin embargo, sobre lo que ha ocurrido en el pasado reciente: “Nos dormimos en los laureles y los gobiernos reaccionarios tratan de boicotear los procesos de integración”. 

Presentó la caricatura el Iguanazo de Iván Lira, que se refiere a la hermandad colombo-venezolana que enfurece a Estados Unidos. 

Un encuentro noticioso 

Este martes, los presidentes Maduro y Petro se encontraron en persona por primera vez desde el reinicio de las relaciones binacionales el pasado mes de agosto.

Petro arribó al Aeropuerto Internacional Simón Bolívar, de Maiquetía poco después de la 1:30 pm, hora local, donde fue recibido por una comitiva de alto nivel encabezada por la vicepresidenta Delcy Rodríguez y el canciller Carlos Faría.  

Tras un breve protocolo que incluyó honores militares, el mandatario abordó un vehículo que lo condujo al Palacio de Miraflores, sede del Ejecutivo venezolano, donde le esperaban Maduro y otros altos funcionarios para celebrar un almuerzo de trabajo.  

Mostró el video publicado en la sesión Tienes Que Verlo, correspondiente a la cobertura realizada por la periodista de LaIguana.TV Mirelvis Gutiérrez. En el material gráfico se muestra el histórico apretón de manos de Maduro y Petro a las puertas de Miraflores. 

Antes de ingresar al espacio de la reunión, el visitante y su comitiva recorrieron pasillos y jardines del palacio de gobierno, donde una orquesta interpretaba temas del llano, parte de la extensa geografía compartida entre las dos naciones bolivarianas.

Destacó, asimismo, el atuendo de los presidentes: ambos vestían camisa blanca y pantalón negro de estilo informal, posiblemente con el interés de mostrar franqueza, cordialidad, paz y trato cercano.

La cumbre fue anunciada apenas 24 horas antes de su realización en un comunicado de la Presidencia de Colombia, en el que se informó que habrían conversaciones sobre las relaciones bilaterales, la regularización fronteriza y el eventual regreso de Venezuela al Sistema Interamericano de Derechos Humanos.

La revelación de inmediato captó la atención de propios y extraños, pues sería la primera vez en seis años que mandatarios de los dos países se veían las caras, tras casi dos décadas de tensiones que registraron su peor momento durante los años de Iván Duque en la Casa de Nariño.

Los grandes derrotados 

Pérez Pirela opinó acerca de aquellos actores políticos para los que este encuentro significó un gran descalabro político y personal. “Los grandes derrotados de este episodio fueron Duque y el uribismo, del lado colombiano; y de este lado, el autoproclamado Juan Guiadó y su grupo de cómplices”, dijo. 

Como se recordará, Duque fue el principal patrocinador regional del exdiputado Guaidó como pretendido presidente interino de Venezuela y su socio estratégico para cercar diplomática y financieramente al gobierno bolivariano e incluso, conseguir su salida por la fuerza, todo ello con el respaldo de las administraciones de Donald Trump y Joe Biden.  

Del mismo modo, el exgobernante fue una pieza esencial en la quiebra de Monómeros, como muestran numerosas denuncias documentadas por el gobierno de Venezuela, así como reportes publicados primero por el portal de datos abiertos La Tabla y replicados luego con aires de novedad por la prensa colombiana, ya durante el gobierno del Pacto Histórico. 

La visita adquirió aún más relevancia porque es la primera vez desde 2011 que un presidente colombiano acude a Caracas para encontrarse con su par venezolano en una cumbre bilateral de alto nivel, de donde se desprende que las reuniones entre esa fecha y 2016 se produjeron al otro lado de la frontera o en terceros países.

Se excluye de esta enumeración la concurrencia en 2013 del entonces presidente Juan Manuel Santos, pues su estancia obedeció al funeral de Estado del presidente Hugo Chávez.  

¿Se abre un nuevo capítulo en las relaciones colombovenezolanas? 

Petro arribó al palacio de gobierno de Venezuela poco después de las 2 de la tarde para una reunión que acabó extendiéndose por casi tres horas, una duración poco habitual para este tipo de encuentros.  

Si bien no hubo una rueda de prensa, ambos dignatarios anunciaron ante las cámaras la firma de una declaración conjunta y expresaron algunos comentarios sobre su contenido.  

Maduro, en calidad de anfitrión, ofreció un discurso breve en el que sintetizó los principales puntos abordados en los intercambios y cedió la palabra a su invitado, que se explayó por poco menos de 15 minutos.  

“Fue una reunión cuyo contenido histórico se escapa de vista y anuncia cosas interesantes para los dos países”, consideró el moderador del programa, quien remitió a la nota de LaIguana.TV titulada: ¿Qué conversaron Maduro y Petro en Miraflores? Acá uno a uno los temas que hablaron 

El venezolano calificó el encuentro bilateral que sostuviera este martes con su par colombiano como «fructífero» y «verdaderamente auspicioso», pues se debatió una nutrida agenda de asuntos binacionales y regionales. 

Según relatara en primera instancia, las conversaciones versaron sobre las relaciones comerciales y económicas binacionales, los pasos para reabrir plenamente y con seguridad la extensa y porosa frontera común con seguridad, así como la cooperación entre Monómeros y su casa matriz, Pequiven, para la dotación de fertilizantes.  

Maduro también aludió a la integración regional y multilateral, así como el interés de Caracas y Bogotá para emprender esfuerzos conjuntos destinados a resguardar la selva amazónica y luchar contra el cambio climático.  

Sobre lo primero informó que se planteó la reincorporación de Venezuela a la Comunidad Andina de Naciones (CAN), así como su regreso al Sistema Interamericano de Derechos Humanos, propuestas que dijo haber recibido con la mejor disposición.  

Acerca de lo segundo, aludió al fortalecimiento del Tratado Amazónico Suramericano y la necesidad de apostar por una posición regional común de cara a la venidera COP27, que se celebrará en Egipto en fecha próxima. 

En relación con la agenda de integración, Petro mencionó en primer término la necesidad de apuntalar un esfuerzo mancomunado entre los dos países bolivarianos para preservar el Amazonas, iniciativa a la que espera que se sume Brasil, visto su rol fundamental en tanto nación amazónica, ahora que ya no estará Bolsonaro. 

Del mismo modo solicitó a Perú y a Ecuador que reconsideraran el reintegro de Venezuela y Chile en la CAN y avanzó argumentos para justificar la vuelta de Venezuela al Sistema Interamericano de Derechos Humanos, desde la defensa de los principios de la democracia liberal, aunque recordó cómo estos derechos fueron pisoteados por las dictaduras latinoamericanas del siglo pasado, sin que el sistema hiciera algo para evitarlo.  

En su opinión, a pesar de las múltiples violaciones a esos principios que se han registrado en la América Latina, Venezuela y Uruguay fueron pioneros en mostrar que era posible que quienes antes se alzaron en armas contra el Estado podían acceder al poder por la vía de las urnas, al tiempo que subrayó que él mismo es heredero de esa tradición.  

Por su lado, para cerrar su intervención, Maduro agregó que los dos gobiernos acordaron implementar acciones concretas en comercio, economía y seguridad fronteriza, así como continuar apostando por el fortalecimiento de relaciones diplomáticas y consulares, en aras de garantizar la atención de sus numerosos connacionales que hacen vida al otro lado de la frontera.  

Con respecto a la rehabilitación de las relaciones binacionales, el presidente Gustavo Petro consideró que Colombia y Venezuela están unidos por lazos históricos y de sangre que deben mantenerse a toda costa, independientemente del signo político que tengan sus gobiernos. 

Separación antinatural y antihistórica 

Petro aseguró que toda separación entre las dos naciones era «antinatural y antihistórica», desde donde derivó una crítica dirigida tanto a la política antivenezolana de Duque como al fracaso de la integración regional, que pese a los muchos discursos y esfuerzos, sigue adoleciendo de múltiples problemas.  

El mandatario colombiano advirtió que los dos países tienen por delante «un camino difícil» para reconstruir los lazos bilaterales. En su criterio, el punto de arranque es la rehabilitación de la extensa frontera común, de más de 2.219 kilómetros, hoy, en su decir, «en manos de las mafias» ligadas al narcotráfico.  

“Que conste que no lo digo yo, lo dice Petro”, acotó Pérez Pirela. 

Atribuyó este estado de las cosas al fracaso de la así llamada «guerra contra las drogas», que durante 50 años solo ha servido para dejar una estela de muertos y desestabilización en las democracias regionales, sin tocar a las cabezas de estructuras criminales que hoy tienen alcance trasnacional.  

“Debe quedar claro que esta fue una política de Estado de Colombia durante décadas”, resaltó el presentador. 

A este respecto Petro comunicó que los gobiernos de Colombia y Venezuela reactivarán su cooperación en materia de inteligencia para ofrecer seguridad en las fronteras y «golpear» a los verdaderos dueños del capital derivado del tráfico de drogas.  

Adicionalmente informó que acordaron la celebración de una reunión entre empresarios de los dos países a celebrarse en Cartagena de Indias (Colombia), para que sean ellos quienes construyan sus lazos comerciales «y se fortalezcan las bases de un comercio, ojalá, poderoso, ojalá plural», del que puedan participar campesinos y pequeños productores.

La declaración 

Poco después de despedir a Petro, Maduro publicó en sus redes sociales la declaración suscrita en Miraflores.  

Y si bien el contenido se ajusta esencialmente a lo que ambos declararon, toca dos puntos que ninguno mencionó ni siquiera de pasada: el eventual regreso del gobierno bolivariano a las negociaciones con la oposición aupada por Washington y el papel de Venezuela en la consolidación de la «paz total» de Colombia planteada por Petro.  

Citó lo expresado en la declaración acerca de esos dos espinosos asuntos, que no fueron expuestos ante la opinión pública de inmediato:  

«El presidente Gustavo Petro augura el mayor de los éxitos en la reanudación de la mesa de diálogo entre el gobierno de la República Bolivariana de Venezuela y la oposición venezolana, para lo cual estamos a su disposición.  

Asimismo, el presidente Nicolás Maduro eleva sus votos para que se logre el objetivo de la paz total en Colombia».  

Se trata de enunciados generales, pero no por eso menos relevantes. De estas redacciones se desprende que Bogotá da por descontado que las negociaciones entre el gobierno venezolano y el sector de la oposición agrupado en la Plataforma Unitaria se reactivarán.  

Huelga recordar que a inicios de septiembre, el gobierno estadounidense declaró a través de un portavoz que esperaba «trabajar de manera constructiva y respetuosa con el presidente Petro de Colombia en una gran variedad de asuntos de interés mutuo, incluida una solución pacífica en Venezuela».   

“Aquí estamos en santa paz. Los que propiciaron la violencia son espectros de la política venezolana”, comentó al respecto Pérez Pirela. 

No queremos poner palabras ni atribuir acciones al presidente colombiano, pero hay indicios que sugieren que Petro está jugando el rol de mediación con Caracas que le solicitó Washington, pero muy fuera del ojo público.  

En cualquier caso, Estados Unidos se pronunció por el encuentro, recordando a Petro que si bien respetan la soberanía de Colombia para decidir el rumbo de su política exterior, no puede pasar por alto las supuestas «violaciones a los derechos humanos» cometidas por el gobierno de Venezuela.  

Ned Price, portavoz del Departamento de Estado, dijo el miércoles a los medios que su gobierno aspiraba que el mandatario neogranadino ayudara a «defender las reglas democráticas rotas por regímenes autoritarios», al tiempo que condicionó el levantamiento de las sanciones a la reactivación de las conversaciones en México.  

«Hemos sido muy persuasivos a la hora de promover la rendición de cuentas por las violaciones a los derechos humanos que han ocurrido y que están ocurriendo en Venezuela. Nuestra postura no cambiará», resaltó Price.   

“Están presionando a Petro, lo demás es el blablablá sempiterno de los gringos”, comentó el moderador de Desde donde sea. 

A pesar de esto, para el economista y analista político venezolano Luis Vicente León, la visita de Petro a Venezuela puede dar paso a nuevas negociaciones e incluso a una eventual flexibilización de las sanciones impuestas por Estados Unidos.  

LaIguana.TV tituló: «Negociaciones y flexibilizaciones»: Pronóstico de Luis Vicente León tras visita de Petro a Venezuela 

El texto señala que en opinión de este especialista claramente opositor, «muchas cosas» sucederán en breve –posiblemente antes de que culmine 2022–, incluso alianzas internacionales, que podrían impactar positivamente la actividad económica del país.

A estos pareceres añadió que con el triunfo de Luiz Inácio Lula Da Silva en Brasil, la región termina por dar un giro político a la izquierda «moderada» que anuncia «el preludio del fin de la estrategia que Estados Unidos ha seguido frente a Venezuela», pues «sería raro» mantenerla, vista su ineficacia.  

“Que esto lo diga un opositor como Luis Vicente León habla mucho del clima que existe en el país”. 

Por otro lado, León destacó el interés de Petro en reavivar las relaciones colombo-venezolanas «a pesar de las dificultades y peligros que eso representa para él en su política interna y su relación internacional, especialmente con Estados Unidos».  

Pérez Pirela finalizó el tratamiento de este tema con la siguiente conclusión: 

“Queda mucha tela que cortar. Insisto en que las negociaciones entre Colombia y Venezuela y entre Estados Unidos y Venezuela pretenden llevar a la oposición al escenario electoral, luego de unas primarias que lucen difíciles porque hay una guerra intestina (del intestino delgado y del intestino grueso) y al final tendrán que ir a un proceso con el vilipendiado Consejo Nacional Electoral”.   

“Si las negociaciones llegan a buen término, habrá elecciones en Venezuela será el punto final de toda esta trampa que Obama, Trump y Biden han desarrollado contra el país –remató-. Y si las elecciones fueran hoy, perdería la oposición porque los precandidatos son el supercorrupto Manuel Rosales, el varias veces perdedor Henrique Capriles, la señora María Corina Machado y el sempiterno outsider, el empresario Lorenzo Mendoza”. 

(LaIguana.TV)