El primer ministro de Perú, Alberto Otárola, anunció el martes que el Gobierno de la presidenta designada Dina Boluarte decretó un toque de queda por tres días de la ciudad de Puno, luego de la masacre cometida por fuerzas estatales contra manifestantes en los últimos días.

En la región de Puno, epicentro de las protestas, han fallecido 18 personas, aunque movimientos sociales y organizaciones de derechos humanos denuncian que pueden ser más por las irregularidades en el llenado de los certificados de defunción.

El premier Otárola, exministro de Defensa, precisó: «Hemos aprobado en el Consejo de Ministros un decreto supremo que declara la inmovilización social obligatoria (toque de queda) en Puno por el plazo de tres días desde las 20.00 horas hasta las 4.00 de la mañana. Esto en salvaguardia de la vida, la integridad y libertad de todos los ciudadanos de Puno».

El anuncio lo realizó tras tramitar la confirmación parlamentaria de su investidura, un proceso que los mandatarios deben cumplir cada vez que renuevan su Ejecutivo.

Pese a la represión estatal, el Gobierno acordó declarar un «duelo nacional laborable» para este miércoles «en respeto a los caídos» en las protestas, las cuales en menos de un mes suman 47 personas fallecidas.

El martes la secretaria ejecutiva de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos de Perú, Jennie Dador, responsabilizó de las muertes del lunes al «uso indiscriminado de la fuerza» por parte de las fuerzas de seguridad del Estado.

«Lo que ocurrió ayer realmente fue una masacre, fueron asesinatos extrajudiciales», dijo.

Las manifestaciones comenzaron en el país poco después de que el 7 de diciembre las autoridades detuvieran al entonces presidente Pedro Castillo por cargos de rebelión.

Cuando la presidenta designada, Dina Boluarte, declaró en diciembre el estado de emergencia, los militares salieron a las calles y han dirigido las operaciones de represión contra civiles.

(teleSUR)