Estados Unidos y Rusia han elevado el tono de sus declaraciones y ya han tenido roces entre sus fuerzas armadas, pero ninguno de los dos está realmente interesado en ir a una guerra directa, concluyó Miguel Ángel Pérez Pirela, tras hacer un análisis del incidente del dron, ocurrido en el espacio aéreo sobre el Mar Negro

El filósofo y comunicador venezolano hizo un paréntesis en la emisión de su programa Desde Donde Sea dedicada al tema de las quiebras bancarias en Estados Unidos y Europa, para  ahondar en lo que muchos han considerado como primer choque directo entre Estados Unidos y Rusia en el marco de la guerra subsidiaria que se libra en Ucrania

“Nos referimos al incidente que involucró a un dron estadounidense y a un caza ruso en aguas del Mar Negro, muy cerca de las fronteras de Rusia y muy lejos de las estadounidenses –dijo-. Es algo gravísimo porque podría dar pie a una escalada atómica y al estallido ya formal de la Tercera Guerra Mundial, pero a la vez nos da indicios de la poca disposición de Washington y Moscú a derivar hacia un escenario de guerra abierta”. 

“Como lo hizo en las anteriores guerras mundiales, Estados Unidos las propicia y las alimenta con armas, siempre y cuando se den bien lejos de su territorio”, añadió Pérez Pirela. 

Para editorializar, presentó el Iguanazo, caricatura de Iván Lira para LaIguana.TV, en el que se presenta el planeta Tierra como el núcleo de un átomo alrededor del cual giran, como electrones, las potencias atómicas: Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Rusia y China. La Tierra, con cara de susto, exclama: “La humanidad está muy cerca de la guerra nuclear”. 

Al comenzar el análisis, mostró el titular de LaIguana.TV que se pregunta: “¿Qué hacía un dron gringo sobre el espacio aéreo del Mar Negro?: Esto dice embajador ruso”. 

El texto de esa nota expresa que el embajador de Rusia en los Estados Unidos, Anatoli Antónov, rechazó este martes la presencia de aviones, drones y barcos de factura estadounidenses cerca de las fronteras rusas.  

«¿Qué están haciendo drones estadounidenses a miles de kilómetros de Estados Unidos? La respuesta es obvia: están recopilando información de inteligencia, que luego utiliza el régimen de Kiev para atacar a nuestras Fuerzas Armadas y nuestro territorio», dijo el diplomático a la prensa, al ser inquirido sobre la incursión del dron MQ-9 Reaper de la Fuerza Aérea de Estados Unidos sobre el espacio aéreo del Mar Negro. 

No sin sarcasmo, Antónov preguntó cuál sería la reacción de Estados Unidos si un dron ruso apareciera cerca de Nueva York o San Francisco. «Estoy seguro de que el Ejército estadounidense actuaría de forma inflexible, sin permitir una ‘brecha’ en su espacio aéreo o marítimo», aseveró el funcionario. 

Pero mientras Rusia cuestionaba la presencia de artefactos bélicos estadounidenses cerca de sus fronteras, Washington y la prensa hegemónica acusaban al Kremlin de derribar el dron, que en sus dichos, volaba en aguas internacionales.  

Un video difundido por el Departamento de Defensa da cuenta del momento en el que un caza ruso encara a la aeronave no tripulada con un chorro de combustible. Desde Estados Unidos se dijo que la maniobra dañó la hélice del aparato y forzó su derribo, mientras que el Kremlin negó fehacientemente la versión.  

El acontecimiento añadió tensiones en las ya muy deterioradas relaciones ruso-estadounidenses e incluso se valoró como un eventual casus belli (causa de guerra). Las duras e incluso agresivas declaraciones que se produjeron tras el reporte del incidente, no ayudaron a tranquilizar a nadie.  

Del lado ruso, el canciller Serguéi Lavrov se sumó a lo expresado por su embajador en Washington y calificó como «desafiante» la incursión del dron estadounidense en aguas del Mar Negro.  

«Ellos [EEUU] ignoran completamente el hecho de que tras el inicio de la operación militar especial, nuestros militares declararon las áreas relevantes del Mar Negro adyacentes en ciertos lugares como zonas de estatus restringido para el uso de cualquier aeronave», declaró el diplomático.  

Lavrov sostuvo que esta maniobra «desafiante» sugería que la parte estadounidense estaba interesada en incitar la confrontación y echaba a bajo su narrativa de que son una potencia responsable que tiene interés en mantener la estabilidad estratégica.  

El canciller ruso puntualizó que «cualquier incidente que provoque un enfrentamiento entre dos grandes potencias, dos potencias nucleares, las mayores del mundo, siempre conlleva riesgos muy graves. Ellos [Estados Unidos] no pueden dejar de entenderlo».  

Conversación de alto nivel 

Sin embargo, posteriormente se informó de una conversación telefónica entre el ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, y el jefe del Pentágono, Lloyd Austin.   

En el comunicado difundido por la cartera de Defensa de Rusia tras el intercambio, se indicó que el derribo del dron fue causado por «las acciones estadounidenses de incumplimiento de la zona de restricción de vuelo» establecida por Moscú tras el inicio de la guerra, así como por «el aumento de las actividades de reconocimiento contra los intereses de Rusia». 

En la misma línea, el militar ruso tachó de «provocadora» la presencia de drones estadounidenses frente a las costas de Crimea que podría conducir a una escalada del conflicto en la zona del Mar Negro, algo que, subrayó, la parte rusa no desea.  

Shoigú también apuntó que las dos principales potencias nucleares deben «actuar de la forma más responsable posible», lo que supone «mantener canales de comunicación militar para discutir cualquier situación de crisis».  

Esto último fue también respaldado por Austin en su comparecencia ante la prensa tras la conversación, aunque también mantuvo su versión y advirtió que Estados Unidos continuaría sus maniobras en la zona.  

“En lo particular, este conflicto puntual muestra lo que ya hemos dicho en este programa: que ni Estados Unidos ni Rusia quieren ir a un conflicto total. En ese sentido, Ucrania es carne de cañón y está siendo sacrificada por culpa de Zelenski y sus irresponsables dirigentes. Es un ambiente parecido al de la Guerra Fría, con muchas declaraciones en tono alto, muchas provocaciones, pero ninguna intención de ir a la confrontación directa”, expresó el presentador de Desde Donde Sea. 

Agregó que más allá de las retóricas de micrófono, el devenir de los acontecimientos dejó claro que, al menos de momento, las dos potencias no están interesadas en embarcarse en una confrontación directa, pues “este incidente pudo haber sido perfectamente la chispa que enciende la pradera y, por fortuna, eso no sucedió y nos felicitamos por eso”.  

No obstante, de lo anterior también se desprende que las partes mantendrán sin variaciones su política en las aguas del Mar Negro, lo que podría dar lugar a nuevos incidentes, acaso sin un final tan afortunado como el que presenciamos esta semana, advirtió.  

(LaIguana.TV)