En su más reciente entrega de «Tubazos», el periodista venezolano Eligio Rojas habló sobre las fosas comunes que el ex jefe paramilitar Salvatore Mancuso reveló que existían en Venezuela, durante una declaración ante la Junta Especial de Paz (JEP) el pasado miércoles 10 de mayo.

Recordó que Mancuso es el fundador, junto con los hermanos Carlos y Vicente Castaño, de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), una organización paramilitar creada en 1997 para hacerle frente a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc). Su proceso de desmovilización inició en el año 2006. 

Explicó que las AUC fueron catalogadas como una organización terrorista tanto por el Estado colombiano como por la Unión Europea.

Mancuso confesó haber cometido 402 delitos, entre los que se encuentran: concierto para delinquir agravado, actos de terrorismo, homicidio en persona protegida, homicidio en persona protegida en la modalidad de tentativa, tortura en persona protegida, toma de rehenes, destrucción y apropiación de bienes protegidos por el derecho internacional humanitario.

Pero, además, la Fiscalía colombiana lo señala como el responsable de dos masacres: el Aro y la Granja, donde está vinculado el expresidente Álvaro Uribe.

El ex jefe paramilitar fue extraditado a Estados Unidos el 13 de mayo de 2008. Fue condenado a 15 años y 10 meses de prisión en junio de 2015 en la Corte del Distrito de Columbia en Washington, tras haber aceptado los cargos en su contra en enero de 2007.

Durante la audiencia, este sujeto afirmó que las AUC desaparecieron a más de 200 personas en Venezuela. Específicamente, relató que estas acciones tuvieron lugar en Villa del Rosario y en Trapiche Viejo en 2001.

En su segundo día ante la JEP, aseguró que la Fuerza Pública le pidió a las AUC que desaparecieran los cuerpos de varias personas que ellos habían asesinado.

«La orden de desaparecer a estas personas vino de la Fuerza Pública. En nuestro teatro de guerra la lógica era dejar los cuerpos para causar terror en la población donde ejercíamos control, (…) las presiones venían en el sentido de no afectar los ascensos de los militares en estas zonas y la manifestación de decirnos que siguiéramos en la lucha contra la guerrilla», declaró Mancuso, citado por Rojas.

Según palabras de Mancuso, las AUC llamaban mucho la atención por los crímenes y asesinatos que estaban cometiendo en diferentes regiones del país, por lo que la Fuerza Pública les solicitó desaparecer los cuerpos en otras zonas del país o en Venezuela.

«Producto de estas presiones, Castaño ordenó desaparecer a estas víctimas en hornos. Luego se agregó la práctica de arrojar las víctimas a territorio venezolano», precisó el ex jefe paramilitar.

«Unas víctimas fueron arrojadas al río, en la frontera. Pero miembros de la AUC ingresaron y dejaron fosas en Venezuela. Allá hay por lo menos más de 200 personas desaparecidas que mencioné en días pasados», relató Mancuso.

Ante estos hechos, el ex jefe paramilitar pidió a los magistrados de la JEP que le permitieran ir personalmente «para poder identificar esos lugares», refiriéndose a las fosas en suelo venezolano.

Tras las declaraciones de Mancuso, la Cancillería colombiana emitió un comunicado en el que se expresa que acordaron con el ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, Yván Gil, proporcionar mecanismos institucionales que permitan localizar los restos mortales de nacionales colombianos dados por desaparecidos en zona de frontera y sepultados en territorio venezolano.

De acuerdo con Rojas, esos “mecanismos” se están concretando en el terreno donde supuestamente hay fosas comunes. Señaló que familiares de las víctimas fatales indicaron al canal teleSUR en 2015 que esas fosas se encontraban en Llano Jorge, sector del municipio Pedro María Ureña, estado Táchira. Precisamente, refiere el periodista, comisiones forenses exploran ese y otros sitios, según fuentes judiciales.

Añadió que ya para el año 2015, el presidente de la República, Nicolás Maduro, le había puesto el ojo a esa zona fronteriza entre Táchira y Colombia asignando un plan denominado Misión Nueva Frontera de Paz y colocó al frente de esa misión al general Gerardo José Izquierdo Torres.

Aclaró que el gobernador de Táchira para ese momento, José Gregorio Vielma Mora, reveló la existencia de fosas comunes en Llano Jorge y San Antonio del Táchira, municipio Simón Bolívar. Específicamente, el entonces mandatario local habló de 100 personas desaparecidas por grupos paramilitares del vecino país.

Según Rojas, producto de las excavaciones autoridades militares venezolanas localizaron el 5 de mayo de 2015 tres fosas comunes en el sector La Mulata, municipio Pedro María Ureña, con un total de 13 cadáveres.

Agregó que hay un sujeto de nacionalidad colombiana -que vivió en Venezuela- presuntamente implicado en este asunto, identificado como Wilkin Alexander Roa, alias «Care Niña», a quien vinculan con el grupo irregular «Los Urabeños».

Dicho sujeto y su célula habrían dado muerte a esas personas en diciembre de 2014. Los asesinados eran miembros de la banda paramilitar, pero se constituyeron en rivales.

Asimismo, detalló que otras dos fosas fueron localizadas en ese mismo municipio tachirense, pero en la finca Los Naranjos, sector El Taladro, vía Los Tanques.

Por estos hechos, Venezuela solicitó en extradición a Roa, detenido en Colombia el 3 de septiembre de 2015. Este hombre tiene un expediente abierto en la nación bolivariana por homicidio calificado con alevosía y por motivo fútil

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(LaIguana.TV)