Tras el anuncio del presidente argentino de «reducir al mínimo» las transferencias discrecionales a las provincias, la legislatura de La Rioja (norte) aprobó la emisión de una cuasimoneda para solventar problemas de financiamiento. En un diálogo con Sputnik, especialistas analizaron el impacto de la decisión.

El ajuste fiscal impulsado por el Gobierno de Javier Milei profundiza las asperezas con el interior del país. Al asumir, el presidente confirmó que reduciría al mínimo las transferencias discrecionales a las provincias —giros complementarios y no regulados que realiza el ejecutivo a los gobiernos locales para financiar gastos corrientes o inversiones—, y que frenaría de cuajo toda obra pública no iniciada.

Ante la decisión de Milei, el gobernador de La Rioja (norte), Ricardo Quintela, confirmó el lanzamiento de una moneda local para amortiguar el cese del giro de fondos. El proyecto, aprobado por la legislatura provincial este 17 de enero, supone la emisión de 22.500 millones de pesos —unos 27,5 millones de dólares, a tipo de cambio oficial— mediante bonos de cancelación de deudas (Bocade).

A través de sus redes sociales, la autoridad provincial afirmó: «Prontamente, estará en uso la nueva herramienta financiera que nos permitirá ordenarnos mejor en un contexto difícil».

No se trata de un caso aislado. A mediados de diciembre pasado, el ministro de Gobierno de la provincia de Buenos Aires, Carlos Bianco, había deslizado la posibilidad de avanzar en la misma dirección: «La Constitución lo habilita y consideramos que es una herramienta que puede paliar cierto déficit de liquidez o de crédito y será evaluada como tal», sostuvo en declaraciones radiales.

Si bien La Rioja ya había impulsado una moneda local en 1985, el antecedente más emblemático remite a la megacrisis del 2001. Como consecuencia de la entonces vigente Ley de Convertibilidad —que establecía la paridad cambiaria entre el peso y el dólar—, la emisión monetaria se encontraba restringida. Ante la falta de liquidez, las provincias lanzaron más de 16 cuasimonedas. Su fin llegaría recién en 2003, con la derogación de la Convertibilidad.

El grito del norte

«El problema es que el Gobierno nacional nos está asfixiando de todas las maneras posibles», dijo a Sputnik Hilda Aguirre, diputada nacional de Unión por la Patria en representación de La Rioja.

La legisladora advirtió que «en estas condiciones, la provincia no llegaría a pagar los sueldos de mitad de año. Es gravísimo: estamos ante una situación de asfixia financiera y por eso nos vemos obligados a pensar en un instrumento económico que nos sirva para paliar este momento».

Además del reclamo contra el cese de los giros discrecionales, el distrito exige la reinstauración del impuesto a las ganancias (ingresos) para la categoría más elevada —eliminado por el exministro de Economía Sergio Massa durante la campaña electoral—, que es coparticipable entre las provincias y representa un 2% de los ingresos de La Rioja.

En la misma línea se expresó su compañero de bloque, el diputado Ricardo Aguirre, también muy cercano al gobernador Quintela. «La relación entre la provincia y la Nación está muy tensa. No hacemos más que alzar nuestra voz ante la respuesta negativa del presidente, que se limitó a decir: ‘no hay plata'», remarcó el legislador peronista.

«Esta decisión no es caprichosa, sino producto de que el presidente suspendió el diálogo. Es un instrumento financiero que sirve para que no decaiga nuestra economía», sostuvo Aguirre.

Consultado por Sputnik, el economista Federico Zirulnik —investigador del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz— apuntó que «tanto la salud como la educación y la seguridad dependen de los estados provinciales. Sin los recursos necesarios, posiblemente a las provincias no les quede otra opción que imprimir cuasimonedas».

«La alternativa es emitir deuda provincial, pero en este escenario probablemente sería muy poco demandada debido a la incertidumbre de si en un futuro se va a poder cancelar, porque no hay garantías de que en el corto plazo estos distritos tengan mayor un ingreso que ahora», destacó el especialista.

Pros y contras

Según el economista Francisco Cantamutto, la decisión del Gobierno provincial podría ser concebida como una respuesta de última instancia. «Las monedas son, entre otras cosas, un medio de cambio. Si se frena la emisión, se dificulta este último punto: las transacciones cotidianas de la economía real. Esto induce a una recesión y, según el Gobierno, así se frenaría la inflación. Las cuasimonedas serían una solución de las provincias para poder cumplir con los pagos que deben realizar», explicó ante Sputnik.

«Si solo lo hace una provincia en particular, no debería haber grandes efectos. Solo los empleados estatales recibirían sus salarios en parte a través de estas cuasimonedas», afirmó el investigador.

Al respecto, Zirulnik planteó un factor crucial para el funcionamiento de la cuasimoneda emitida: que su valor se resguarde respecto al peso. «Lo central es la paridad que tengan respecto a la moneda nacional para que tenga sentido su vigencia. Una devaluación no debería afectar esa relación», explicó.

En ese punto hizo hincapié el propio presidente Milei, quien —en declaraciones radiales— avaló la iniciativa de las provincias, pero con una advertencia: «Que los gobernadores emitan cuasimonedas si quieren. En ese sentido, el propio mercado va a determinar qué valor les asigna». Ante la inflación interanual récord del 211,4% y la consecuente devaluación del peso, la cuestión reviste un carácter central.

«Es posible que estas cuasimonedas se acepten por debajo de su valor, y que eso perjudique a quienes las perciben. Sin embargo, en la medida en que no haya pesos suficientes, se empezarán a aceptar en todos lados a una paridad uno a uno, de modo tal que acompañaron el valor de referencia del peso», explicó Zirulnik.

«De todos modos, si el Estado Nacional no está detrás de esa emisión de cuasimonedas, esa promesa de pago en un futuro quizás se vea menos atractiva», agregó el analista.

Ante el señalamiento realizado por el presidente, la diputada Hilda Aguirre respondió que «la emisión va a ser controlada porque queremos evitar que este instrumento pierda valor. Todo el arco político tiene que comprometerse en defensa del pueblo riojano, porque para eso nos votaron».

(Sputnik)