De cara a los constantes fracasos de Estados Unidos en la misión de socavar la estabilidad del gobierno venezolano, dirigido por Nicolás Maduro, apuestan nuevamente a un show mediático contra el vicepresidente para el área económica Tareck El Aissami.
En esta oportunidad, procuran la vinculación de Víctor Mones Coro, un venezolano dueño de la empresa American Charter Services (ACS) con sede en Florida, quien ha sido declarado culpable en EEUU de violar las sanciones impuestas por Donald Trump referentes a la asociación con servicios para el gobierno venezolano. Supuestamente, la empresa de Mones Coro habría alquilado sus aeronaves a El Aissami para hacer viajes internacionales.
Esta arremetida responde directamente a la imposibilidad de hacer calar la aprobación de una intervención militar ante la comunidad internacional, pese a los esfuerzos hechos por el gobierno gringo, y también a la incapacidad de una implosión social, a cargo de la oposición venezolana.
El desprestigio contra una de las figuras reconocidas del chavismo resulta, entonces, en la oportunidad para sembrar las nuevas bases de sanciones y más bloqueo económico. Todo esto frente a los importantes retos que ha asumido El Aissami en delegaciones internacionales, en países como Rusia y Turquía, y sus alcances en materia económica, energética, tecnológica, comercial y militar.
No es la primera vez que EEUU utiliza esta estrategia para procurar desacreditar incluso al mismo funcionario: anteriormente se dijo, sin bases probatorias, que El Aissami estaría en la lista de los 10 más buscados por la Interpol, tras ser acusado de supuesto «narcotráfico internacional». Esta matriz, puesta en marcha por las grandes maquinarias de la comunicación internacional, no tuvo cabida más que en el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE), que lo calificó como prófugo de la «justicia» gringa.
Desde el año 2017, el gobierno de Estados Unidos sancionó al funcionario venezolano, a quien incluyó en su lista de «capos» del narcotráfico, y procedió a imponerle una sanción desde el Departamento del Tesoro.
El asedio a El Aissami no es nuevo, y no se detiene allí, ya que la falsa matriz incluso lo vincula al supuesto financiamiento de actividades que van desde atentados terroristas hasta ataques al Estado de Israel, a través de grupos irregulares como Hezbolá (en Europa) y Los Zetas (en México).
Así como a estas tretas, tantas otras se han entramado alrededor de El Aissami y su familia; sin embargo, el expresidente afirmó que «no podrán con nuestra fuerza moral».
(LaIguana.TV)