Este jueves 28 de enero, sigue la ola de protestas en Buenos Aires, Argentina, para que no quede impune el caso del comerciante que quedó en libertad tras ser acusado de haber drogado y violado en su propio local a su empleada venezolana de 18 años. 

Según el reporte emitido por varias fuentes periodísticas en la red social Twitter, este mismo jueves habrá una concentración frente al negocio del agresor, Irineo Humberto Garzón Martínez, quien fue dejado en libertad por las autoridades del país suramericano. 

“Con carteles que dicen #GarzonViolador comienzan a llenarse las principales calles de Buenos Aires para rechazar la liberación del sujeto que violó a la joven venezolana”, publicó el periodista Carlos Iván Suárez.  

En contexto 

Recordemos que esta joven, de 18 años de edad y cuya identidad se encuentra protegida, había asistido el pasado sábado 23 a una cita laboral en un local denominado Garzón Uniformes, en el que solicitaban a una vendedora de ropa. El establecimiento, cabe destacar, se encuentra ubicado en el sector Balvanera, en la ciudad de Buenos Aires. 

El dueño, tras entrevistarla, la había contratado de inmediato y ella había comenzado a trabajar ese mismo día. De acuerdo con la madre de la víctima, identificada como Thays Campos, el empleador le había efectuado una invitación previa, para ir a cenar y hablar sobre el trabajo, pero ella rechazó la propuesta. 

En declaraciones para el medio TVV Noticias, la joven indicó que durante la jornada el hombre en varias ocasiones le ofreció algo para tomar. Hasta llegó a ofrecerle vodka. Ella aseguró que en ningún momento aceptó. No obstante, cuando terminaba el día, mientras ella atendía a dos clientes, el hombre le dejó un vaso de agua en el mostrador. 

“Minutos antes de que él cerrara, ingresaron unas señoras y yo lo único que le dije es que iba a tomar agua. Pero la iba a tomar de un filtro que él tenía. Me levanté, las atendí y cuando regresé el agua ya la tenía allí. Hacía mucho calor y estaba tan metida de hacer bien el trabajo para quedar, que no me percaté de que ya la había servido”, comentó la muchacha. 

Al poco tiempo, la joven comenzó a sentirse mareada. “Me pareció aún más extraño cuando veo que le pasó el candado a las persianas. Cerró todo con llave. Inmediatamente le mandé un mensaje a mi mamá porque tenía miedo y veo que estaba cerrando todo”, precisó. 

En ese momento, la víctima decidió mandarle un mensaje a su madre. “Creo que el dueño de donde trabajo me drogó, porque me siento mareada”, escribió. En el texto también le envió la dirección de la tienda. “Marqué la última llamada de mi celular, que por suerte era la de mi hermana, y ella contestó. Cuando ella contesta solo vi que la llamada estaba corriendo pero ya no le pude hablar ni decir absolutamente nada porque sentí que me dormía”, detalló la joven. 

Luego de recibir el mensaje, la mamá de la muchacha, quien se encontraba en el hospital con su esposo, decidió llamar a las autoridades y acudir de inmediato al establecimiento. Tras llamar en reiteradas ocasiones, la policía decidió ingresar a la fuerza. Adentro solo se escuchaba la voz del hombre.

Adentro, la jovencita fue encontrada con el pantalón mojado, con la ropa interior mal colocada y vestida con la camisa del agresor. Como se hallaba evidentemente dopada, fue llevada en silla de ruedas hasta una ambulancia. Posteriormente fue ingresada al Hospital Ramos Mejía y su familia fue puesta en contacto con la Brigada de Violencia Sexua

(LaIguana.TV)