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El hecho de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) haya excluido la transexualidad de las “enfermedades mentales” y ahora la considere “solo” un desorden de identidad de género representa un adelanto muy positivo para esta comunidad, históricamente vilipendiada y perseguida. Pero falta mucho más.

 

La actualización de la transexualidad en la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE) de la OMS visibiliza una condición del ser humano y además motiva cambios en la administración de sanidad pública en el mundo: desde programas de prevención de transfobia hasta programas gratuitos de reasignación de género.

 

La decisión de la OMS se actualiza a los estándares internacionales de derechos humanos y admite que la transexualidad no es una enfermedad, pero sí una condición que puede alterar el estado de salud (ya sea porque la persona quiere someterse a un tratamiento de reafirmación de género —aunque no siempre—, o bien por la afectación psicológica en pacientes debido a las violencias diarias transfobicas).

 

Acceso a la medicina pública

La diputada trans venezolana, Tamara Adrian, explicó a VenezuelaTimes que perteneció al grupo que desde el año 2009 trabajó en el proceso de despatologización y desquiciatrización de la transexualidad.

 

“Tuvimos reuniones en Ginebra, Río de Janeiro, Managua, San Francisco, Nueva York y Tailandia para trabajar la propuesta al CIE de la OMS. Era importante que se publicara allí el descriptor porque si no los servicios de salud podían considerar que se trataba de medicina electiva y por ende los Estados alegar que el tratamiento médico era una medicina optativa; es decir debía pagarla el paciente y no la seguridad social”.
Ante esa disyuntiva se propuso un capítulo distinto (el primero que se crea desde el año 1942) “condiciones relativas a la salud sexual”, concretamente en un subcapítulo denominado “trastornos de identidad de género”.

 

“Yo prefería el nombre terapias de confirmación de género, sin embargo, la mayoría del grupo consideraba inadecuado para la clasificación -desde el punto de vista metodológico- hablar de terapia”, destacó la diputada.

Con la nueva categoría –que entrará en vigencia a partir del año 2019- la comunidad trans no quedará desprotegida de los servicios de salud específicos para la transición.

 

“Cualquier persona que no se sienta conforme con su genitalidad puede solicitar servicios de salud en el sector público bien sea para terapias de reemplazo hormonal u operaciones de distinta naturaleza”, remató.

 

Para conocer más sobre la lucha de este importante movimiento, visita vtactual.com

 

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