El doctor en Filosofía Política, Miguel Ángel Pérez Pirela, afirmó que para entender el proceso de diálogo entre el gobierno nacional y la oposición venezolana, hace falta estudiar seriamente los últimos 20 años en Venezuela, a nivel sociopolítico. En este sentido, dijo que ha sido este un período donde los extremismos en el país han tenido que «mostrar los dientes».  

Los chavistas, independientes y opositores, y así el pueblo venezolano todo, ha sido partícipe de un trabajo de resistencia social -aseguró Pérez Pirela-, así como el diálogo de México es un trabajo de resistencia política del chavismo, puesto que la oposición agotó las otras vías guerreristas. 

En un análisis a la Venezuela de hoy, el también director de LaIguana.TV reflexionó sobre una recuperación de varios aspectos de la vida social, reconocida por algunas personas que han regresado al país, a partir de los primeros pasos de recuperación política: «siempre he sostenido que en un país tan rico como Venezuela, no son problemas económicos, son problemas políticos; al resolver nosotros democráticamente, al sentarnos a hablar como venezolanos (…) inmediatamente los problemas económicos se resolverán y ya se está viendo, al menos en Caracas, un cierto respiro y un cierto alivio», fustigó. 

Continuando con el tema económico, Schemel y Pérez Pirela disertaron sobre la apertura que ha anunciado el presidente Nicolás Maduro, aparentemente sin un asidero narrativo que le otorgue significado a esas medidas.  

Pérez Pirela celebró las alianzas que ha tejido lentamente el gobierno nacional con sectores que en algún momento fueron vistos como enemigos (Fedecámaras, por ejemplo). No obstante, explicó que el desafío del gobierno nacional es, pues, cómo estructurar medidas económicas eficaces sin perder la narrativa del socialismo, porque en ese sentido, se podría concebir la economía del diálogo como la «economía de los bodegones» (preferencia por las importaciones) cayendo, una vez más, en el error de repetir la lógica de la importación que antes no ha dado el nivel de bienestar al pueblo que es la línea principal del modelo político bolivariano. 

Schemel acotó que 80% de los venezolanos está a favor del diálogo, 83% incluso está a favor del diálogo con los Estados Unidos, a lo que el Doctor respondió que «la gente quiere un país normal», refiriéndose al «cansancio de los últimos 20 años» a nivel político y del «chantaje maratónico de Estados Unidos y la Unión Europea».

Hay factores económicos -insistió Pérez Pirela- que responden al bloqueo económico y las sanciones, pero también -y así lo entendemos los venezolanos- con una postura retrógrada de la economía que hizo mucho daño: el contrabando de extracción de la gasolina, el hierro de las instalaciones públicas, el aluminio, producto de los precios exiguos de los mismos; es decir, «una economía completamente irreal donde todo estaba subvencionado por el Estado, donde todo costaba nada (…) y eso llevó, junto con la guerra económica también a un quiebre del país». 

A nivel económico, entonces, el desafío del gabinete actual de la administración de Nicolás Maduro es tomar medidas que representen una mejora inmediata en el día a día de los venezolanos y que no «traicione las expectativas» que tienen algunos militantes de izquierda que esperan líneas en este sentido, de carácter socialista. 

La falla con respecto al nuevo modelo económico, refirió Schemel, podría observarse «en una narrativa más parecida a las propuestas del adversario que a las soluciones del socialismo», a lo que Pérez Pirela respondió: «plantear soluciones económicas que no vengan acompañadas de una narrativa política quiere decir, en algunos casos, hacerle el trabajo al adversario; la paradoja es que se están dando soluciones económicas, pero al no ser acompañadas de una narrativa bolivariana, socialista, progresista, de izquierda, son vistas como medidas de la mano invisible del mercado; como si las cosas se estuvieran resolviendo por sí solas; como si la gente dejando la política e interesándose por la economía comienza ya a solucionar parte de su problemática». 

Así, Pérez Pirela advirtió sobre un escenario en que se repita el fenómeno de la despolitización como en la IV República, o aún peor, por no acompañar acciones económicas que están dando una cierta efectividad con un discurso socialista, bolivariano, venezolanista y nacionalista, sea una ayuda para el adversario y que lleve al pueblo a pensar que el neoliberalismo y el capitalismo sea lo que va a solucionar los problemas domésticos derivados de la difícil situación política actual. 

Sobre las venideras megaelecciones del 21 de noviembre, el Doctor advirtió sobre el peligro del regreso del bipartidismo que otrora gobernó Venezuela, ahora representado por el bloque del chavismo y otro por el aglutinamiento de las oposiciones, que si bien representaría un ambiente de cohabitación política, estaría dejando por fuera -como en los años 80 y 90- a la ciudadanía y entonces sería la antítesis de nuestra Constitución, propuesta base de Hugo Chávez con la participación protagónica del pueblo. 

Esto vendría de la desmovilización de los venezolanos, producto de los problemas y desaciertos políticos ya mencionados en  la narrativa o en el llamado de sus propias matrices emocionales, de las que muchos políticos parecen desconectados.  

 

(LaIguana.TV)