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Al pequeño Salvador Gabriel se le volvieron a vulnerar sus derechos. En esta oportunidad fue despojado –por decisión de un Tribunal de Familia– de la herencia que le dejó su mamá Giniveth Soto, quien fuera asesinada en Caracas en diciembre de 2014 y con quien Migdely Miranda contrajo matrimonio en Argentina.

 

Hasta la fecha, Migdely no le ha ganado una al Estado venezolano. Quiso reconocer a su hijo con los apellidos de sus dos mamás y el Consejo Nacional Electoral negó la maternidad compartida. Posteriormente, en abril de este año, el Tribunal de Familia declaró a Salvador Gabriel como hijo único de Migdely, desconociendo a su mamá Gini. Hecho que impide que el pequeño sea nombrado como heredero universal, quedando de esta forma excluido de todos sus bienes.

 

A mediados de la semana pasada introdujo un recurso de amparo, apoyada en la prueba de ADN que reafirma que Giniveth Soto es madre de Salvador Gabriel, a fin de revertir esta situación que a su juicio la ha dejado en total minusvalía, ya que apoyados en la decisión judicial, los padres de Gini, Victor Soto y Eva de Soto, iniciaron el procedimiento de la declaración sucesoral de sus bienes ante el Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y Tributaria (Seniat).

 

DESAMPARADOS

“Hoy me siento desprotegida, molesta con el Estado porque aunque yo creo que en algún momento sí se va a legislar a favor del matrimonio igualitario, con esta decisión del Seniat a favor de los padres de Gini que los declara herederos, nosotros quedamos desamparados”,  dice Migdely, con voz de impotencia y a ratos quebrada, ante toda esta situación que no ha parado desde la madrugada del 14 de diciembre de 2014 cuando asesinaron a Gini mientras laboraba para llevar el sustento a su familia.

 

Migdely siente hoy que su hogar, ese lugar que convirtió en refugio de sueños junto a Gini, donde planificaron una vida en común e idearon la llegada de Salvador Gabriel; ese sitio que en un momento de su vida llegó a ser perfecto, hoy no le pertenece, hoy no existe.

 

“El Estado me dejó en la calle, estoy en mi casa y siento que estoy arrimada. Yo planifiqué tener una familia, estar con mi hijo y con mi esposa. Por circunstancias de la vida me quedé sin esposa, pero además de esa inmensa tragedia, el Estado declara que Gabriel y yo no tenemos relación con Gini y adicional a eso nos despoja de lo que era nuestro hogar. La ley no me ampara a mí. La ley dice que yo estoy aquí y si en cualquier momento me tocan la puerta me tengo que ir, cada vez que voy a meter la llave tengo el temor de que hayan cambiado la cerradura, ya no es mi casa sino que ahora me tocó vivir en la casa de los suegros. No sé a dónde va a parar todo esto. Si nos sacan del apartamento no tengo a donde ir”.

 

Ante toda esta angustia y debido a que la tomó por sorpresa el reclamo formal de la herencia, Migdely sintió la necesidad de registrar en Venezuela a Salvador Gabriel como su hijo.

 

“Me pareció muy desleal que nieguen a mi hijo como su nieto para hacerse de una herencia que no les corresponde. Por eso agarré y lo presenté porque si se van a quedar con lo material porque el Estado no me defiende, no me van a quitar a mi hijo. Siento que van en escalada, después que vendan todo, y ahora que tienen la prueba del ADN, decidan quitarme a Gabriel. Usaron la sentencia de la juez para cobrar la herencia y después querrán utilizar la prueba del ADN para quitarme al niño, eso no lo permitiré”.

 

Hoy el pequeño tiene dos identidades. En Venezuela es Salvador Gabriel Miranda Rondón (como su mamá Migdely) y en Argentina es Salvador Gabriel Soto Miranda, como sus dos mamás.

 

Ha habido personas en las oficinas públicas del Estado venezolano que han conminado a Migdely a “ganarse” a los abuelos para que le permitan vivir en la casa o le compartan los bienes heredados: “No tengo que ganarme a nadie, porque además, no soy hipócrita. Me casé planificando una vida con mi esposa. Ella tenía un patrimonio que yo luego le colaboré a seguir fortaleciendo como lo hace cualquier pareja, hoy tenemos un hijo en común quien es el legítimo heredero. No estoy pidiendo limosnas para mi hijo, sino lo que su mamá le dejó. En mi cabeza las incoherencias no entran, se debe ser cónsono entre lo que se expresa y se ejecuta.  Si te valiste de una sentencia que niega a tu nieto y la aceptaste para cobrar un patrimonio, ahora no me digas que lo quieres, lo adoras y deseas verlo”.

 

HABLA LA FAMILIA DE GINI

En contacto telefónico con Jennifer Soto, hermana de Giniveth Soto, ella dice que en efecto sus padres son los herederos universales de su hermana y que el apartamento ya se encuentra a nombre de ellos. Pero explicó que la posición de la familia en ningún momento ha sido desalojar a Migdely y al bebé del inmueble sino proteger el patrimonio de Salvador Gabriel.

 

“Nunca hemos desconocido a Migdely como la esposa de mi hermana Giniveth ni al bebé como su hijo. Tampoco nos opusimos a su lucha, siempre la aceptamos como era. Esto nada tiene que ver con la orientación sexual de mi hermana. Tampoco le hemos pedido a Migdely que se salga del apartamento pero lo que no puede hacer es alejarnos del niño”,  declaró.

 

¿Si ustedes aceptan una sentencia en la cual el Estado no reconoce a Migdely y su hijo como parte de Gini, significa que reconocen que el bebé no es parte de su familia?

 

–Ella está encasillada en eso. Yo le expliqué que lo tenía que hacer para cerrar este capítulo de la sucesión porque no puedo tener a mi papá toda la vida en Caracas busca papel para acá y para allá, además es una situación que acarrea gastos económicos en trámites que ya no podemos costear. Le dije que vamos a seguir la lucha y el apoyo a su causa, pero mientras tanto tomamos la sentencia, cambiamos las cosas en el Seniat, mi mamá y mi papa van a poner todo a nombre de Salvador Gabriel. Posteriormente, introduciríamos la prueba del ADN para que el Estado lo reconozca como hijo de Gini, pero mientras todo eso sucede se va procediendo porque hay una deuda que no se paga desde enero. Debemos  ser prácticos, nadie le va a quitar el patrimonio del niño. Pero nosotros nos podemos esperar que el carro se pudra ni que se siga acumulando una deuda por el apartamento hasta que el Estado reconozca el matrimonio igualitario. El carro se va a vender para cubrir los gastos económicos y se va a dejar el dinero en una cuenta para mantener al niño, esas son nuestras intenciones. Con su posición de no dejarnos ver al niño a quien más está perjudicando es a mi madre, mi mamá se conectaba con Gini todas las noches, lo único que medio le alegra la vida es ver al niño. No le queremos quitar a Salvador Gabriel, a menos que ella nos lleve a eso, que veamos que el niño no tiene la calidad de vida que merece. Ella debe entender que no hereda porque son bienes adquiridos antes del matrimonio. Ese es el patrimonio que le dejó mi hermana a Salvador. No tenemos ningún interés material en eso.

 

Jennifer Soto aprovechó la conversación con «Sin Etiquetas» para pedir justicia por la muerte de su hermana, ya que a casi ocho meses de su asesinato aún no se han capturado a los responsables ni nadie se ha abocado al caso.

 

SALVADOR ES EL ÚNICO HEREDERO

El único y universal heredero de los bienes de Giniveth Soto es su hijo Salvador Gabriel, explicó el abogado José Manuel Simons. “Esta sentencia del Tribunal de Familia genera una vulnerabilidad a su derecho de identidad, el cual comprende tres componentes enmarcados en el artículo 8 de los Derechos del Niño. Estos son derecho al nombre, la nacionalidad y sus relaciones familiares, eso es lo que me da el derecho a la identidad: quien soy, de donde vengo y de quienes provengo. El nombre se le vulneró desde el momento en que no se permitió su registro con sus dos mamás y conducir el Estado a una de sus mamá a renunciar a la comaternidad que tenía con Gini y registrarlo solo como hijo de ella. Se le vulnera su nacionalidad por ser hijo de dos madres venezolanas y no poder registrársele como tal, ahora tiene doble identidad, una en Argentina y otra en el país. También se le vulneran sus relaciones familiares, él ya venía con sus dos apellidos desde Argentina. En Venezuela le desconocen sus relaciones familiares y su vínculo con sus dos madres. Para ejemplificar, nuestros padres son nuestros padres aquí y en cualquier parte del mundo, con Salvador Gabriel no sucede eso, a él se le desconocen en el país sus relaciones familiares con Gini, una de sus madres. Primero debe estar el interés superior del niño.

 

También explicó el profesional del derecho que el tribunal de familia no declara quienes son los herederos, solo dice que Salvador Gabriel no es familia de Gini y por ende no es su sucesor. Con esto los padres introducen la declaración sucesoral e inician el procedimiento sobre el patrimonio material. Pero, independientemente, el Tribunal del Niño, Niña y Adolescente debe declararlos como herederos universales.

 

“Hasta que el Estado no reconozca que es hijo de Gini no existe relación familiar con la rama Soto. Obviamente, Migdely tampoco puede tener acceso a los bienes de Gini y no existe una obligación de su parte de llevarles al niño. La realidad hoy es que el Estado venezolano dejó sin su hogar de origen a un niño”, informó.

 

¿Quién tiene la razón? Al margen de las cuestiones legales que sí importan, lo que tenemos es una familia partida, una madre y mujer inconsolable, un niño que no tiene la culpa de nada y el recuerdo de Gini.

 

(Sin Etiquetas)