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El basquetbolista venezolano, Juan Manaure, le hizo un llamado a las autoridades para que agilicen las investigaciones del secuestro de su hijo adolescente, quien tiene ya 43 días en cautiverio.

 

Reveló a la prensa que la madre del pequeño, producto de la desesperación por no saber del paradero de su hijo, ha intentado en varias ocasiones suicidarse.

 

“No tengo cabeza para nada, estoy pegado al celular a ver si recibo de nuevo la llamada de los secuestradores. La madre de mi bebé está bajo sedantes porque se ha intentado suicidar varias veces. Esto no se lo deseo a nadie. Este dolor es solo comparado con la muerte”, dijo.

 

También informó que por medidas de seguridad se encuentra alojado en las residencias del Fuerte Tiuna.

 

“Estoy alojado en el cuarto de descanso de un mayor de apellido Hurtado en Fuerte Tiuna y he querido ir hasta San Agustín, donde secuestraron a mi hijo, a buscar ropa y comida, y no puedo porque es peligroso. Solicité a la Fiscalía una medida de protección para ir acompañado de funcionarios policiales y hasta ahora no la he recibido. Esta semana me atendió un hermano de la almiranta Carmen Meléndez y me prometió que me ubicaría un apartamento en Fuerte Tiuna, mientras resolvía la situación, pero tampoco se ha concretado. Estoy damnificado y sin esperanzas de ver a mi hijo de nuevo”.

 

Hasta el momento la única información oficial que se maneja en torno al suceso fue la detención de una sobrina quien presuntamente estaría implicada en el flagelo y habría suministrado los datos del menor a su esposo, un privado de libertad de la cárcel de Tocorón.

 

“El director del Cicpc, Douglas Rico, me dice que no puede darme más detalles del caso para no entorpecer las averiguaciones. Pero este silencio es desesperante, siento que las averiguaciones están estancadas”, expresó.

 

Informó que ha solicitado hablar con el presidente Nicolás Maduro, pero hasta la fecha no ha recibido respuesta.

 

Los secuestradores solo se han comunicado dos veces con el jugador los días 25 y 26 de diciembre. En la segunda llamada pudo hablar con su hijo, que le dijo: “Papá, ayúdame, me van a matar”.

 

(LaIguana.TV)