En el espíritu de analizar por separado cada una de las elecciones contenidas en el proceso megaeleccionario de Chile del pasado fin de semana, el doctor en filosofía y analista político Miguel Ángel Pérez Pirela se refirió a los comicios constituyentes, cuyo resultado ninguna firma encuestadora fue capaz de vaticinar.

Para ello, mencionó que a pesar de las voces agoreras y de los pronósticos de las encuestadoras, que califican a la nación austral como de las más conservadoras de la región, parece estarse cumpliendo el último vaticinio de Allende: «se abrirán las grandes alamedas», aunque, matizó, diversos movimientos sociales con gran capacidad de movilización en la calle –como las feministas, por ejemplo–, no consiguieron insertarse dentro de las reglas electorales, que imponía la participación a través de listas, y no consiguieron representación directa en la Constituyente.

Comentó, asimismo que el gran perdedor de la contienda fue la lista oficialista Chile Vamos, con el que la derecha local se postuló unida. La derrota se hizo más notoria porque tenían «todo a su favor», incluyendo ingentes fuentes de financiamiento.

En su opinión, Chile despertó como país de fuerzas alternativas, progresistas y de izquierda. Incluso en la alcaldía de Santiago, la capital, se impuso una joven mujer representante del Partido Comunista.

Regresando al estropicio electoral de la derecha, precisó que con 37 escaños, la lista Chile Vamos queda lejos del tercio de curules necesarios para vetar los acuerdos constituyentes, una meta que se había propuesto para bloquear aquellas leyes que contravinieran sus intereses.

Ante esta clara derrota, el presidente Sebastián Piñera, gran perdedor de la jornada, dijo: «la ciudadanía nos ha enviado un fuerte mensaje al gobierno y también a todas las fuerzas políticas tradicionales: no estamos sintonizando adecuadamente con la ciudadanía y estamos siendo interpelados por nuevas expresiones y por nuevos liderazgos», citó el comunicador.

Desde su punto de vista, se trata de una forma maquillada para decir que el pueblo chileno se cansó de tanta desfachatez de una oligarquía dictatorial, que permanece en el poder gracias a la Constitución legada por el dictador.

(LaIguana.TV)