Luego de que este martes 25 de mayo fuese deportado de Colombia el activista argentino Juan Grabois, la tensión entre la nación vecina y el país del sur parece haber vuelto a tensarse. Tanto el gobierno de Alberto Fernández como el de Iván Duque, quienes ya habían protagonizado un impase diplomático a principios de este mismo mes, ahora vuelven a sacar las garras y a manifestar posiciones adversas mediante declaraciones públicas de sus altos funcionarios.

Recordemos que este martes Grabois, quien hoy día se desempeña como dirigente de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (Ctep), había arribado a la ciudad de Bogotá junto a una comitiva de 20 líderes sociales argentinos. El grupo tenía como objetivo observar las protestas que, desde finales del mes de abril, se mantienen activas en las calles de Colombia. Las mismas, recordemos, han sido fuertemente reprimidas por las fuerzas de seguridad del Estado neogranadino.

Grabois, por cierto, aparte de ser considerado peronista y de ser uno de los líderes más radicales y críticos contra la gestión de Fernández, es una persona que ha mantenido un contacto muy cercano con el papa Francisco (suele verlo y comunicarse con él con frecuencia).

Este martes, en horas de la noche, cuando las autoridades migratorias colombianas le impidieron el paso, procediendo luego a su deportación hacia Buenos Aires, el también abogado escribió el siguiente mensaje vía Twitter: “Luego de una serie de agresiones físicas registradas por numerosos testigos y cámaras de seguridad, el gobierno colombiano me expulsa de su territorio por considerarme un ‘riesgo para la Seguridad de Estado’”.

“Me han retenido la documentación y el equipaje. Me suben custodiado a un vuelo a Lima, sin explicación de mi ulterior destino. Son tiempos de cambio para América Latina. Nada va a ser fácil. Pero despertamos. Adiós Colombia ¡Fuerza!”, acotó.

Resurge la tensión

La situación con Grabois de inmediato caldeó los ánimos entre Argentina y Colombia. Cabe destacar que, aparte de miembros de la Ctep, en la delegación del fundador del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) se encontraban también representantes del Servicio de Paz de Justicia, de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, de la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional, de la Asociación Americana de Juristas, del Frente de Organizaciones en Lucha y de la Asociación de Trabajadores del Estado.

El primero en reaccionar fue el canciller argentino, Felipe Solá. A través de su cuenta en la red social Twitter rechazó lo sucedido con el activista. “Lamento que autoridades migratorias de Colombia hayan impedido el ingreso del ciudadano argentino y miembro del Dicasterio para el servicio del Desarrollo Humano Integral de la Santa Sede, Juan Grabois, que integraba la delegación de observadores de derechos humanos Misión Internacional Colombia”, escribió el funcionario.

Es necesario señalar que, en el comunicado de deportación emitido por Migración Colombia nunca se llamó al dirigente por su nombre. En el texto solo se hizo referencia a un “ciudadano argentino que se negó a que se realizara una verificación de sus documentos”.

“Un ciudadano de nacionalidad argentina, quien se negó a que se realizara una verificación de sus documentos, luego de que el sistema arrojara una alerta por vencimiento de su pasaporte y faltó al respeto al oficial de migración y supervisor a cargo, fue inadmitido de acuerdo con lo estipulado en el Artículo 2 del decreto 1727 del 21 de diciembre de 2020”, señaló Migración Colombia.

“El extranjero, quien de forma vehemente exigía su ingreso al país, basado en quién era y quiénes lo había invitado, fue dejado a disposición de la aerolínea con el fin de que se cumpla la orden de inadmisión. Migración Colombia rechaza este tipo de comportamientos, así como las presiones ejercidas para autorizar su ingreso e invita a los ciudadanos nacionales y extranjeros a respetar la normatividad nacional”, agrega el comunicado.

La crítica de Solá se suma a las que ya había emitido el propio presidente Fernández a principios del mes de mayo. “Con preocupación observo la represión desatada ante las protestas sociales ocurridas en Colombia. Ruego porque el pueblo colombiano retome la paz social e instó a su gobierno a que, en resguardo de los derechos humanos, cese la singular violencia institucional que se ha ejercido”, destacó el jefe de Estado argentino.

Ante esto, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia respondió: “Cancillería, en nombre del gobierno de Colombia, rechaza firmemente las declaraciones del presidente Alberto Fernández, que desconocen que miles de colombianos han tenido, conforme a nuestro estado de derecho, todas las garantías para ejercer la protesta pacífica a lo largo y ancho del país”.

(LaIguana.TV)