La intervención sanitaria que se lleva a cabo en Cuba en la población pediátrica de dos a 18 años con las vacunas Soberana 02 y Soberana Plus ha suscitado no menos de un comentario erróneo sobre la prudencia y efectividad de inmunizar a este grupo poblacional.

Existen campañas para desacreditar el trabajo de nuestros científicos, se invisibilizan sus publicaciones sobre el tema en revistas especializadas y ahora, también, se trata de infundir miedo en los padres cubanos, al difamar sobre la seguridad de los inmunógenos que se aplican a niños y adolescentes.

En Twitter, uno de esos perfiles innombrables que forman parte de la maquinaria de odio contra Cuba, publicó: «Las vacunas para los niños menores de 12 años no están aprobadas mundialmente por la Organización Mundial de Salud (OMS). Mientras sea aprobada por el Partido Comunista de Cuba no es válida. Ustedes mienten con sus candidatos vacunales. Empezarán a fallecer los niños cubanos».

Contundente, desde la ciencia y la verdad, la doctora Dagmar García Rivera, directora de Investigaciones en el Instituto Finlay de Vacunas (IFV), a través de su perfil en esa misma red social, le respondió: «Disculpe. La vacuna de Pfizer/BioNtech no está autorizada en menores de 12 años porque es de RNA, nunca antes usada en niños. Soberana 02 es proteica y conjugada, plataforma usada por décadas en niños, y ya tiene resultados en 3-18 años. La diferencia es técnica, no política».

 

Al respecto, el doctor Yuri Valdés Balbín, director adjunto del IFV, recordó, en una reciente Mesa Redonda, que otras vacunas en el mundo han avanzado en las edades de 12 años en adelante, «pero no en edades más pequeñas, aunque hay dos vacunas chinas que parecen tener ese autorizo. Lo que no ha ocurrido es que haya vacunaciones masivas en esos grupos etarios. Sería la primera vez que se utiliza una vacuna COVID en población pediátrica menor de 11 años, masivamente, como hacemos ahora».

Las plataformas usadas para las vacunas Soberanas se han utilizado, anteriormente, en edades pediátricas.

«Eso tiene un antecedente histórico. El Instituto Finlay de Vacunas y la vacunología cubana han trabajado, durante muchos años, plataformas pediátricas, y cuando llega la
COVID-19, que tenemos que hacer vacunas, entonces nos montamos en esas plataformas pediátricas. Esto es un elemento muy importante y decisivo, porque la mayoría de las vacunas que existen hoy en el mundo, de las más aplicadas internacionalmente y más avanzadas, no son basadas en plataformas pediátricas», señaló el doctor Valdés Balbín.

Así que, Cuba inmuniza a su población infantil porque las fórmulas de las vacunas Soberanas están basadas en plataformas que han sido probadas por años en millones de niños, destacó el científico, quien señaló la vocación del IFV de trabajar para vacunas de niños, que es el medio natural en el que siempre se ha desarrollado esa institución científica.

Remarcó que la vacuna de la Haemophilus influenzae es una plataforma de vacuna conjugada, de la que se han administrado decenas de millones de dosis, y hoy pertenece a la vacuna pentavalente cubana, que se usa todos los años y que es la plataforma de Soberana 02.

«Por tanto, estamos hablando de una plataforma que, si se analiza, es la más segura de las que se puedan utilizar, a diferencia de muchas de las vacunas que se utilizan hoy y que tienen otras tecnologías, que nunca antes han sido utilizadas en poblaciones pediátricas», enfatizó.

«Aquí estamos recogiendo decenas de años de conocimiento, de evidencias, de experiencia trabajando con estas poblaciones pediátricas, que se suman a una evidencia en ensayos muy rigurosos, lo cual nos permitió llegar a este autorizo de uso de emergencia», insistió.

–¿Cuba puede inmunizar a su población infantil, aunque sus vacunas contra la COVID-19 no estén aprobadas por la OMS?

–Pues sí, el sitio web de la OMS aclara que no es responsabilidad de la entidad internacional autorizar el uso masivo de las vacunas contra la COVID-19 en un determinado país.

«A fin de incluir vacunas contra la COVID-19 en la lista de la OMS para uso de emergencia se evalúan su calidad, seguridad y eficacia. Este es un requisito para las vacunas que se suministran por medio del mecanismo Covax, y ayuda a los países a acelerar su propia autorización regulatoria para importar y administrar vacunas contra la COVID-19», precisó esa agencia especializada de la ONU.

No obstante, los países y autoridades regulatorias nacionales pueden aprobar el uso de vacunas que han demostrado ser seguras y efectivas para prevenir la enfermedad, aunque no se haya incluido en la lista de la OMS para uso de emergencia, puntualizó esa organización mundial.

La seguridad de las vacunas es una de las mayores prioridades, y por eso todas pasan por fases de estudio clínico antes de que puedan ser aprobadas para su uso en la población. Estos ensayos tienen por objetivo garantizar su seguridad y capacidad para proteger contra la enfermedad.

El doctor Valdés Balbín indicó que, de conjunto con el Centro para el Control Estatal de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos (Cecmed), discutieron los parámetros que se han de superar para lograr el autorizo de uso de emergencia de las Soberanas 02 y Plus en los niños.

Había tres barreras, recordó el experto. La primera, evaluar la respuesta después de dos dosis de Soberana 02 y demostrar el cumplimiento de la hipótesis del estudio fase I/II (seguridad e inmunogenicidad); la segunda, comparar la respuesta inducida en los niños con la respuesta adulta después de dos dosis y, tercero, comparar la respuesta inducida en los niños con un panel de niños convalecientes de la COVID-19.

«Con esos elementos se desarrolló el ensayo. Los resultados de seguridad eran los esperados; no obstante, había que confirmarlos. Son comparables los eventos adversos con los adultos, pero también con los de las vacunas conjugadas, cualesquiera que sean», precisó.

El dolor en el sitio de vacunación fue el evento adverso más frecuente, «lo cual es normal, y fue el mismo resultado que en las edades mayores». La intensidad de los eventos adversos fue leve. El 100 % de esos niños se recuperaron en un tiempo muy breve.

«Con todos los elementos, empezamos a hablar de la tercera dosis, con lo que empezamos a tener los resultados esperados, porque se disparan todas las respuestas inmunes. Los resultados son excelentes, con una evidencia y solidez importantes. En la neutralización molecular, los resultados son mayores».

«Y con esas evidencias, presentamos un informe muy riguroso y logramos, el 3 de septiembre, el autorizo del Cecmed para el uso de emergencia en edades pediátricas del esquema de dos dosis de Soberana 02 y una de Soberana Plus», subrayó el científico.

El doctor Eduardo Martínez Díaz, presidente del grupo empresarial BioCubaFarma, a través de su cuenta en Twitter, anunció que Cuba iniciará conversaciones con la OMS sobre el proceso de precalificación de las vacunas cubanas contra la COVID-19.

No es la primera vez que la mayor de las Antillas se ve envuelta en campañas para desacreditar su gestión social. A inicios del triunfo de la Revolución, la cia trasladó secretamente a EE. UU. y España más de 14 000 niños cubanos entre seis y 12 años de edad sin acompañantes, como parte de la tristemente conocida Operación Peter Pan.

Esto fue posible –recuerda un artículo publicado en nuestro diario– gracias a las acciones de desinformación que llevaron a cabo el Departamento de Estado, la CIA, la contrarrevolución, y organizaciones católicas, que circularon la patraña de que el Gobierno revolucionario iba a quitarles los hijos a sus padres, privándoles de la patria potestad, entre otras mentiras, que tienen y tendrán patas cortas.

(Gramma)