Un batallón multinacional de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) inició el jueves ejercicios militares en la base polaca de Orzysz, ubicada en el noreste del país, con la participación de las tropas de Estados Unidos, el Reino Unido, Rumanía, Polonia y Croacia.

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, y otros altos funcionarios ya han advertido que la expansión de las actividades del bloque militar occidental cerca de las fronteras de Rusia es una “línea roja”.

Por su parte, la Alianza Atlántica ha manifestado que tiene la intención de reforzar la seguridad de los Estados miembros próximos a Rusia, sobre todo, debido a la anexión de Crimea a la Federación Rusa y el respaldo de esta a los independentistas prorrusos en el este de Ucrania.

Putin asimismo apunta a los países occidentales como responsables de la crisis migratoria en la frontera entre Bielorrusia y Polonia.

De hecho, en las últimas semanas, miles de personas se han dirigido a las fronteras con la Unión Europea (UE) por la mala situación económica derivada de las sanciones impuestas por el Occidente —Estados Unidos y el bloque europeo— contra Bielorrusia. El número de solicitantes de asilo que se ha sumado a la población desplazada cerca de la frontera entre ambos países ha aumentado desde la semana pasada.

En este sentido, la Unión Europea acusó a Bielorrusia de desencadenar una crisis migratoria en su frontera al permitir el ingreso de solicitantes de asilo y presionarlos para que intenten cruzar Polonia, una acusación que Minsk ha rechazado rotundamente.

Esto podría desencadenar un posible conflicto entre los dos países. Por su parte, Polonia ha colocado una alambrada de púas en la frontera y desplegado unos 15 000 militares, policías, guardias de frontera y miembros de las Fuerzas de Defensa Territorial, un cuerpo paramilitar de reservistas y voluntarios, para impedir el ingreso de miles de migrantes y refugiados.

(HispanTV)