Ayer por la tarde nos quedamos sin palabras tras conocer la última decisión del príncipe Harry y Meghan Markle: dejarán de ser miembros ‘senior’ de la familia real británica para centrarse en otras labores e independizarse ‘económicamente’. Además, también planean cambiar su residencia y vivir a caballo entre Reino Unido y Norte América. Vamos una separación en toda regla. La noticia la confirmaron los propios duques de Sussex a través de un comunicado en su cuenta oficial de Instagram:

 

«Después de muchos meses de reflexión y discusiones internas, hemos elegido hacer una transición este año y comenzar a forjar un nuevo papel progresivo dentro de esta institución. Tenemos la intención de dar un paso atrás como miembros ‘senior’ de la Familia Real y trabajar para ser económicamente independientes, sin dejar de apoyar plenamente a Su Majestad la Reina. Es con vuestro apoyo, particularmente en los últimos años, que nos sentimos preparados para hacer este ajuste. Ahora planeamos equilibrar nuestro tiempo entre el Reino Unido y Norte América, y seguir honrando nuestro deber hacia La Reina, la Commonwealth y nuestros apoyos. Este equilibrio geográfico nos permitirá criar a nuestro hijo poniendo valor en la tradición real en la que nació, al tiempo que brinda a nuestra familia el espacio para centrarse en el próximo capítulo, incluido el lanzamiento de nuestra nueva entidad benéfica. Estamos deseosos de compartir los detalles completos de este emocionante próximo paso a su debido tiempo, mientras continuamos colaborando con Su Majestad la Reina, El Príncipe de Gales, El Duque de Cambridge y todas las partes relevantes. Hasta entonces, acepten nuestro más sincero agradecimiento por su continuo apoyo».

 

Pero parece que la reina Isabel II no está muy de acuerdo con esta decisión y ha decidido contraatacar de la misma manera a base de comunicado. Aunque mucho más escueto, ha sido de lo más contundente:

 

«Las discusiones con el duque y la duquesa de Sussex están en una etapa temprana. Entendemos su deseo de adoptar un enfoque diferente, pero estos son problemas complicados que llevarán tiempo resolver».

 

Los duques de Sussex han tomado varias decisiones en los últimos meses que han levantado ampollas. El ejemplo más claro fue su decisión de tomarse un descanso de seis semanas para marcharse a Estados Unidos y Canadá y evitar la presión mediática que estaba empezando a hacer mella en la pareja.

 

La respuesta de la Reina suena totalmente a la respuesta educada cuando tienes un enfrentamiento de pareja en público y no quieres montar un numerito: «ya hablaremos luego en casa». En este caso, en el Palacio de Buckingham.

 

(elle.com)