Ya se fue el primer mes de un nuevo año en un sistema mundo dividido en parcelas y distintos frentes de guerra entre la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y Rusia, China, Siria, Irán y Corea del Norte, con la oposición firme de esos países al expansionismo preventivo de EEUU en Europa, con el fortalecimiento de sus relaciones comerciales y militares con América Latina, y en medio de una profunda inestabilidad en los mercados caracterizados por los vaivenes en las bolsas internacionales y el estallido de conflictos armados.

Partiendo de ese contexto, la comunicadora e investigadora Naile Manjarrés dedica el estreno de la semana a un análisis Entre Líneas sobre los procesos electorales en puertas en todo el mundo y los liderazgos que se disputan reelecciones y espacios.

2024 y sus pugnas trascendentales

Este 2024, 76 países celebrarán elecciones importantes. Entre esos países tenemos a las 8 naciones más pobladas del mundo: India, EEUU, Brasil, México, Rusia, Bangladesh, Pakistán, y naciones de importancia geoestratégica incuestionable como, por ejemplo: Venezuela.

En ese escenario algunos procesos son impredecibles y otros concurrirán sin mucha sorpresa, como es el caso de la reelección de Vladimir Putin gracias a las consecuencias de sus decisiones y la popularidad que le ha conferido recibir a los habitantes que rescató – por llamarlo de alguna manera para nada exagerada – del neonazismo y de un presidente que se niega y considera que no es el momento para que constitucionalmente se lleve a cabo una elección (Volodimir Zelensky) en su país, Ucrania.

Saquen sus propias conclusiones

En 2013 a Nicolás Maduro le tocó erigirse como líder teniendo encima la sombra de un líder que muchos jóvenes consideraron un padre responsable y muchos ancianos consideraron un hijo bueno. Una figura que dictaba órdenes desde una profunda autoridad ética y moral.  Una figura que podía ser amada u odiada por quienes sabían de su existencia, y generalmente se le amó y se le odió por las mismas razones.

En términos de política exterior y geopolítica, a su liderazgo se debe mucho sobre lo que hoy se está pisando y trabajando en la arena internacional: fortaleció la integración de América Latina y el Caribe, desmanteló la estructura colonial con propuestas integradoras como la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), Petrocaribe, la Celac, UNASUR e inspiró a la creación de medios de comunicación alternativos. También impulsó en la cumbre de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) del año 2000 muchas medidas de largo alcance para equilibrar la producción.

Gracias a sus propuestas en materia petrolera Hugo Chávez contribuyó de forma decisiva a sacar a la OPEP de una profunda crisis, a elevar los precios del petróleo un mil por ciento y a conseguir un precio justo para productores y consumidores en el mercado internacional.

Chávez vaticinaba que el barril de crudo llegaría a los 100 dólares y como ocurre con los grandes líderes positivos, la historia los absuelve y el tiempo les da la razón: los precios se incrementaron hasta rozar los 150 dólares por barril a mediados del 2008 y mantendría en promedio un costo de 100 dólares hasta el 2013. 2013, el año de su muerte.

Ese recuento sobre el liderazgo de Hugo Chávez sirve de puente al origen del liderazgo en Venezuela y su realidad: Nicolás Maduro, su canciller. En 2013 le tocó erigirse como líder ante la ausencia abrupta de aquel punto de referencia y desde entonces es conocida toda la campaña de deslegitimación y difamación interna y externa que ha tenido que atravesar. En términos de política exterior, Nicolás Maduro ha construido un liderazgo caracterizado por la resiliencia. Desde que fue investido como presidente de la nación y como garante de la continuidad de un proyecto nunca antes intentado en Venezuela ha enfrentado innumerables formas de violencia intestinas y extranjeras que lamentablemente afectan, en primera línea, al pueblo de Venezuela.

Liderazgos

En esta entrega de Entre Líneas que a su vez sirve de abreboca a una serie de análisis de los procesos electorales venideros en todo el mundo y el impacto de sus resultados en lo geopolítico y en el ámbito de las relaciones internacionales, revisamos con interés las proyecciones de Gustavo Petro como presidente de Colombia para este año; la postura infranqueable de Vladimir Putin ante la vigencia de organismos como la ONU y la OTAN; los delirios y problemas de salud mental entre los que se disputa la presidencia de EE.UU, con Donald Trump y Joe Biden como las opciones principales; también revisamos las características de la predominancia china en el ámbito comercial y financiero; el rol del presidente de Brasil en medio de negociaciones para resolver conflictos fuera de su país; los berrinches fascistas transfigurados en discursos libertarios del nuevo presidente argentino, Javier Milei; y los virajes a conveniencia de mandatarios como Nayib Bukele en el Salvador, quien se encuentra en la previa de una reelección.

Entre tantos variopintos escenarios y modos, 2024 servirá para dejar claro las diferencias entre líderes y jefes de Estado.

(LaIguana.TV)


Más noticias y más análisis de LaIguana.TV en YouTubeWhatsAppXInstagramTikTokFacebookThreads y Telegram.

El portal de Venezuela.