Las pesquisas de la Dirección de Investigación Criminal (Dirincri), de Lima, en relación con el doble asesinato y descuartizamiento de un venezolano y un peruano, apuntan a que el móvil habría sido el ajuste de cuentas.

 

El venezolano Rubén Matamoros Delgado y el peruano Jafet Torrico Jara habrían sido asesinados por una venganza. Estos fatídicos hechos ocurrieron en el hospedaje Señor de Sipán, ubicado en el distrito peruano de San Martín de Porres. El hallazgo de los restos seccionados ocurrió el pasado lunes 9 de septiembre. 

 

Fuentes de la policía peruana aseguran que Matamoros había sido amenazado de muerte: “Cobra fuerza la hipótesis de que lo mataron por venganza, en un ajuste de cuentas”, dijo un agente. Respecto a Torrico, el peruano, por ahora solo se sabe que deseaba a ser policía. Aún no se establece su relación con los venezolanos.

 

El pasado mes de mayo, Matamoros fue expulsado de territorio peruano tras la puesta en marcha del plan Migración Segura 2019. No obstante, hace un mes el venezolano regresó a Perú. Sus padres reconocieron las partes seccionadas de su cuerpo en la Morgue de Lima, a causa de sus tres tatuajes.

 

Hasta el momento, la Policía Nacional de Perú ha detenido a los venezolanos Alexander Salazar y Verónica Andreina Montoya Araujo, por su presunta relación con los asesinatos de los dos hombres.

 

Además, el taxista Raúl Felipe Bodero Cerna, quien trasladó a los presuntos responsables el homicidio para deshacerse de los restos de sus víctimas, recreó la ruta que tomaron por distintas vías de Lima.

 

 (LaIguana.TV)