La designación de los nuevos rectores del Consejo Nacional Electoral (CNE) por parte del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), fue el tema central desarrollado por el filósofo y analista político Miguel Ángel Pérez Pirela en la edición número 111 de Desde Donde Sea, transmitida este lunes 15 de junio a través de las redes sociales. 

La mentira tras la excepcionalidad del nombramiento de rectores del CNE por parte del TSJ

El experto inició su disertación recordando que en el Desde Donde Sea 106 del pasado lunes 08 de junio, una de las hipótesis que asomó –»jugando posición adelantada«, toda vez que aún no habían sido designadas las autoridades electorales– es que el sector de la oposición que encabeza Juan Guaidó cuestionaría los nombramientos y no participaría en las venideras elecciones legislativas organizadas por este nuevo ente comicial. 

Asimismo, recordó que aún cuando los miembros de la junta directiva saliente no tenían sus períodos de ejercicio vencidos, se acordó una renovación del CNE a través de un acuerdo político entre las distintas oposiciones y el chavismo y en tal sentido, incluso logró nombrarse un Comité de Postulaciones Electorales, del cual formaron parte seis diputados opositores, cinco del chavismo y once miembros de la sociedad civil. 

Sin embargo, en su parecer, para comprender por qué, pese a los aparentes avances que se estaban produciendo en el seno de la Asamblea Nacional para cumplir con el acuerdo, finalmente la decisión recayó sobre el TSJ, había que remontarse a lo sucedido el pasado 5 de enero de 2020, pues entonces se produjo una escisión dentro de las filas opositoras que hacían vida en el parlamento y se sucede una especie de «revuelta» en contra de Juan Guaidó. 

En ese orden de ideas, Pérez Pirela explicó que las causas de esa división dentro de la oposición se debieron fundamentalmente a las acciones del propio Guaidó y de la camarilla más próxima que lo secunda.

Así, detalló, luego de haber resultado electo como presidente de la AN y con base en ese cargo, habiéndose autoproclamado presidente interino de la República, protagonizó distintas acciones desestabilizadoras que resultaron en fracaso, a lo que se sumaron variados escándalos de corrupción protagonizados por él mismo y sus partidarios, así como la disparidad de ingresos entre los diputados de la bancada, pues mientras Guaidó y sus cercanos percibían ingresos en miles y hasta millones de dólares, otros apenas tenían para sufragar sus gastos mínimos. 

Este acumulado, recordó el comunicador, se tradujo en la «crónica de una muerte anunciada«, puesto que el malestar ya había sido manifestado públicamente por un grupo de diputados opositores, y se concretó la división, que, a partir de una alianza con la bancada del chavismo, consiguió desbancar a Juan Guaidó de su posición y designar una nueva directiva para el ente legislativo. 

A partir de este evento, continuó, Guaidó se autojuramentó nuevamente, esta vez como presidente de la AN y el ente legislativo quedó dividido en dos, con él al frente de un bloque minoritario que empezó a sesionar donde fuere y otra fracción mayoritaria que se mantuvo en el Palacio Federal Legislativo

Sin embargo, precisó que para elegir al CNE se necesita el acuerdo de las dos terceras partes  del parlamento y aún suponiendo que ambos grupos operaran por separado con legitimidad –cosa imposible–, ninguno contaba con la mayoría calificada necesaria para designar a las autoridades del Poder Electoral, algo que hoy reafirmó el recién nombrado rector opositor, Rafael Simón Jiménez, en varias entrevistas concedidas a los medios locales. 

El analista también trajo a colación que ese Comité de Postulaciones Electorales que tenía bajo su responsabilidad la elección de las nuevas autoridades del CNE, no hizo su trabajo y dejó que el tiempo transcurriera, sin ni siquiera poner en marcha la primera fase del proceso, que consistía en la compilación de los curricula de los postulados. 

Fue esta razón y no otra la que adujeron representantes de partidos de oposición que adversan a Juan Guaidó ante el TSJ, cuando solicitaron que el máximo tribunal de la República declarara la omisión legislativa y se hiciera cargo de las designaciones, en tanto el lapso mínimo previsto por las leyes venezolanas para organizar unos comicios, es seis meses. 

En opinión de Miguel Ángel Pérez Pirela, el abstencionismo le conviene a Guaidó y al grupo cercano que le secunda, porque le permite al primero seguir aduciendo que es presidente de la AN y de Venezuela y con ello, haciéndose de inmensas cantidades de dinero, incluyendo a partir de la apropiación indebida de activos del Estado venezolano en el extranjero. 

Para justificar su posición, este grupo aseguró que el nombramiento de rectores electorales por parte del TSJ es una excepción, aserción que, como mostró el director de LaIguana.TV, es falsa, puesto que puede comprobarse fácilmente que durante los últimos 20 años, las rectorías del CNE se han renovado en cuatro oportunidades y en tres ocasiones, producto de la incapacidad del parlamento para alcanzar acuerdos en la materia, el testigo ha sido tomado por la cabeza del Poder Judicial, tal y como lo prevé la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. 

Se trata, nuevamente, a su parecer, de un nuevo pretexto del que echa mano el sector opositor en torno a Guaidó para no acudir a las elecciones. Más todavía, se preguntó retóricamente por qué, si durante cuatro años y seis meses la oposición gozó de amplia mayoría parlamentaria y fue presidida por Julio Borges, Henry Ramos Allup y Juan Guaidó, no se ocuparon de nombrar un nuevo CNE. 

Para él, la respuesta es clara: «no lo hicieron porque la última de sus intenciones es ir a elecciones», aseguró. 

Mientras tanto, mencionó, hay otro sector de la oposición, conformada por los partidos Movimiento al Socialismo (MAS), Soluciones para Venezuela, Avanzada Progresista, Cambiemos, Esperanza para el cambio y Copei que participará en los venideros comicios y quedará legitimada por los votos, mientras que, augura, el G4 seguirá pidiendo sanciones e invasión ante la Unión Europea y Estados Unidos y cuestionando nuevamente al ente comicial, pese a que ellos, así como gobernadores y alcaldes que adversan al gobierno del presidente Nicolás Maduro, fueron electos bajo el CNE cuya transparencia pusieron, sin fundamento alguno, en tela de juicio.  

¿Grandes partidos? Las presuntas fortalezas electorales del G4 bajo la lupa

Por otro lado, el filósofo cuestionó la presunta fortaleza electoral de la que se jactan los partidos que conforman el G4.

Sobre el partido Acción Democrática, puntualizó que es una organización política que se sostiene a partir de las glorias alcanzadas en décadas pretéritas y de algunos espacios de poder locales y regionales que han logrado conservar, pero que, en todo caso, su militancia real dista de ser lo suficientemente grande como para invocar una gran fuerza electoral, amén de que está dirigido desde hace más de veinte años «por un muerto-vivo de la política, que es Henry Ramos Allup«.

Un Nuevo Tiempo también recibió comentarios negativos, pues el analista precisó que esta organización es «un partido regional del estado Zulia«, que ya no cuenta con la gobernación ni la alcaldía de su principal ciudad, Maracaibo, y apenas tiene presencia en algunas localidades de la entidad. 

Críticas todavía más aceradas en relación con su presunta fortaleza recibió Voluntad Popular, al que pertenece Juan Guaidó. Pérez Pirela se preguntó dónde está su militancia, toda vez que esta agrupación solamente ha mostrado capacidad de protagonizar acciones terroristas e insurreccionales, no de ganar masivamente elecciones.  

Sin embargo, respecto de Primero Justicia, la cuarta pata de esa mesa que es el G4, concedió que probablemente es el partido que cuente con una mayor masa de simpatizantes, pero la bicefalía en el liderazgo, con Julio Borges operando desde Bogotá y Henrique Capriles desde Caracas, más la pérdida de bastiones electorales históricos como la alcaldía del municipio Sucre del estado Miranda, hoy en manos del chavismo, serían signo del debilitamiento de la organización. 

De esta manera y siguiendo los comentarios expresados por el recién designado rector opositor, Rafael Simón Jiménez, se preguntó: «¿No será que estos ‘grandes partidos’ representan la camarilla de la política caraqueña?». 

Coincidiendo con Jiménez, opinó que esos partidos están de espaldas al país y a las preocupaciones de los venezolanos, pues mientras la gente común debe enfrentarse a cotidianidades acuciantes, este grupo de políticos opera en una esfera que está en las antípodas de las necesidades expresadas por sus propios electores y antes bien, han contribuido a agravarlas.

Así, sabiendo que han decepcionado a sus propios partidarios, estas organizaciones políticas no querrían concurrir a los comicios, pues ello los despojaría de la narrativa sostenida en torno a que son los «partidos mayoritarios«. 

Sin embargo, el comunicador comentó que, como ya ocurrió en las elecciones regionales y municipales, estos partidos, especialmente la Acción Democrática de Henry Ramos Allup, podrían estar moviendo piezas subterfugiamente para presentar candidaturas bajo otras tarjetas. 

Ante la disyuntiva electoral, ¿solo Trump puede salvarles?

En el criterio de Miguel Ángel Pérez Pirela, el recurso al que nuevamente apelará la oposición del G4 es solicitarle ayuda directa a la Administración Trump. Sin embargo, esta ayuda no llegaría puesto que el propio mandatario estadounidense la requiere a toda costa, en tanto la situación interna en su nación no es precisamente sencilla y las elecciones están previstas para el venidero 03 de noviembre.

En este momento, enumeró, la cantidad de infectados por el SARS-CoV-2 en los Estados Unidos supera las dos millones de personas y la cifra de fallecidos alcanzó hoy las 116.090 almas. Además, la crisis de la pandemia ha dejado tras sí casi 50 millones de desempleados y el pueblo estadounidense sigue volcado en las calles, protestando contra el racismo estructural y la violencia policial. 

El devenir de estos acontecimientos le hace creer al experto que Donald Trump ya jugó su última carta, en lo que a Venezuela se refiere y esa fue la fallida invasión mercenaria del pasado 03 de mayo. 

Ahora mismo, el mandatario procura su reelección colocando todos los huevos en la canasta de la exacerbación del supremacismo, pero a su parecer, ello no dará resultado.  

Un CNE hasta enero de 2021

El filósofo comentó que cuando se escudriña en las líneas de la sentencia del TSJ, queda claramente establecido que la nueva directiva del CNE estará vigente hasta enero de 2021, lo que implica que la rectoría recién designada «es prácticamente una rectoría ad hoc», cuya única función será garantizar que se realicen las elecciones legislativas antes de que acabe el año 2020. 

Así, en enero se produciría la juramentación de los nuevos diputados y diputados que conformarán la AN, que contará con nuevos integrantes provenientes del sector de la oposición que participará en el proceso electoral y del chavismo, por lo que esa fecha de caducidad tan próxima estaría indicando que esas fuerzas podrán alcanzar acuerdos para designar a unas nuevas autoridades para el poder electoral. 

En relación con los recién designados rectores y rectoras, Pérez Pirela comentó que el ente será presidido por Indira Maira Alfonzo Izaguirre, quien ejerció como magistrada del TSJ; Rafael Simón Jiménez, exmilitante de partidos de oposición, aunque declaradamente opuesto al Gobierno Bolivariano y ejercerá la vicepresidencia; Tania D’Amelio, que permanece en su cargo de rectora principal; Gladys Gutiérrez (expresidenta del TSJ) y José Luis Gutiérrez. 

Sobre este último rector, mencionó que es hermano Bernabé Gutiérrez, Secretario Nacional de Organización de Acción Democrática y tío de «expseudoembajadora de Guaidó en Chile», Guarequena Gutiérrez. 

Empero, refirió las palabras del recién designado rector, quien declaró: «Soy opositor y vengo a recuperar la confianza del voto».

Desde otro ángulo, cuestionó lo que estimó, ha sido «un gravísimo error» por parte de la oposición durante los últimos 20 años: elegir como estrategia electoral «el malponer al CNE». A su juicio, de no haber seguido este derrotero, pudieron haber conquistado más espacios políticos de los que lograron alcanzar en este tiempo, pero, en su lugar, aún sabiéndose perdidos, invocaron una y otra vez que se había cometido fraude.  

El problema es que, por encima de sus campañas de descrédito en contra del CNE, una porción mayoritaria de la población venezolana quiere resolver las diatribas políticas a partir del sufragio y este no es el espíritu que manifiesta hoy el G4. Muy por lo contrario: supeditan la realización de elecciones a imposibles o a bajezas inaceptables, tales como la proscripción de participación del PSUV y la persecución de su dirigencia o la amenaza de solicitar más sanciones criminales en contra del pueblo venezolano.  

«Así, ¿quién va a elecciones?», fustigó el analista político. 

Asimismo, en su criterio hay «una grandísima oportunidad para resolver los problemas por la vía electoral», pues es imposible que la gente, saliendo masivamente a votar, no cambie la realidad política venezolana.

En contraste, del lado del abstencionismo, no ofrecen solución política alguna y en su lugar han apelado a intentos de magnicidio, a invasiones con mercenarios e incluso a conciertos para recabar «ayuda humanitaria», que terminaron con algunos de sus organizadores envueltos en eventos privados con presencia de prostitutas y cocaína. 

Una palabra para Tibisay Lucena

Al cierre de la emisión, Miguel Ángel Pérez Pirela reconoció la ecomiable labor desarrollada por la exrectora principal y expresidenta del CNE, Tibisay Lucena, quien durante todo su ejercicio hubo de soportar vilipendios y agresiones de la más baja ralea –que incluyó un intento de incendio de su vivienda–, aún cuando se encontraba batallando contra el cáncer. 

Durante su labor, destacó que Lucena defendió los derechos electorales de las mujeres, al punto de lograr alianzas entre representantes del chavismo y de la oposición para que se garantizara la postulación paritaria de candidaturas. 

Frente a tanta vileza, refirió, ella se mantuvo incólume, no retrocedió y «hoy salió triunfante de la sede del CNE«, despidiéndose de los empleados con un saludo. «La historia la absolverá de tanta inmundicia, de tanta maldad, de tanto odio que ha sido derramado sobre ella», concluyó.

Libro del día

Hoy recomendó «Cinco piezas«, un libro de guiones escrito por el cineasta venezolano Román Chalbaud que editó la Alcaldía de Caracas bajo el sello editorial Fundarte.

(LaIguana.TV)